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«Está muy vinculado a los murcianos y se le tiene mucho cariño; es un icono y un bien a proteger». Con estas palabras el responsable de Parques y Jardines, José Guillén, rechazó ayer la posibilidad de que este árbol centenario y de gran porte de la plaza de Santo Domingo terminara por ser talado y arrancado, tras la caída este jueves de varias ramas, de entre 25 y 35 centímetros de diámetro, a consecuencia del fuerte viento. El incidente provocó que la pérgola instalada para retenerlo venciera, si bien no hubo que lamentar daños personales.
El concejal, sin embargo, destacó que «por encima de todo» estaba la seguridad de los ciudadanos, por lo que se había previsto reforzar la pérgola y el resto de los elementos de seguridad en su entorno y que se seguirá «conteniendo» su crecimiento. «Solo este año, el ficus ha sido revisado cinco veces, lo que le convierte en el ejemplar en el que más recursos se invierten y el más cuidado y vigilado», de los 125.000 árboles que tiene el municipio, apuntó el concejal.
Guillén comentó que fueron las rachas de fuerte viento las que provocaron la caída de las ramas, que «no presentaban ningún problema de pudrición, estaban totalmente sanas, como apuntan los informes técnicos», e insistió en que «se extremarán al máximo las condiciones de vigilancia» para intentar que no se produzca ningún incidente y garantizar la seguridad de los ciudadanos.
El edil quiso dejar claro que en la zona donde cayeron las ramas nunca ha habido ningún tipo de vallado, como sí lo hay en otras áreas perimetrales del ficus. Este fue ampliado tras los desplomes de ramas que se produjeron en el año 2000 (con una víctima mortal) y en 2017 (donde no hubo que lamentar daños personales). Respecto a la pérgola colocada bajo las ramas, y que hubo que retirar tras el incidente al ceder al peso, Guillén indicó que «ha parado la caída, por lo que ha hecho su función».
El informe realizado por los técnicos del Servicio de Parques y Jardines indica que hubo cinco puntos de desgarro, cuatro en el mismo lugar y otro en una rama adyacente, y que «la entrada de una racha de viento de forma vertical» desgarró la más alta y esta, en su caída, junto con otras rachas de viento, se llevó a las otras cuatro. Este mismo informe recoge que las próximas actuaciones en el ficus serán para compensar «la aerodinámica del árbol», realizando una poda que reduzca la carga de viento sobre los ejes y puntos de unión más débiles, seleccionándolos y reduciendo el volumen de su cara norte.
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