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Lo que hace un par de meses eran pequeños baches en la calzada se han convertido en las últimas semanas en socavones peligrosos para ... la circulación de vehículos. Obstáculos viales que salpican barrios y pedanías de Murcia y que dificultan el tránsito cotidiano de los conductores, que se ven obligados a desarrollar un olfato especial para esquivar estas piedras en el camino que se han multiplicado por todo el callejero municipal tras las abundantes lluvias con las que ha llegado la primavera en la Región de Murcia.
Un ejemplo de la proliferación de estos desperfectos en el asfalto está en Cabezo de Torres, donde los vecinos contabilizan al menos treinta socavones en sus calles y carriles, según destaca el alcalde pedáneo, Juan Francisco Roda. «Solo en la calle Juan XXIII hay entre diez y quince en un recorrido de tan solo un kilómetro».
La calle Jaime I, una arteria que conecta el centro de la pedanía murciana con los carriles de huerta que salen al Camino Viejo de Monteagudo a la altura de Zarandona, es otra de las vías más afectadas por el incremento de socavones. «Los vecinos tienen un cabreo importante. En tan solo 300 metros hay cinco baches peligrosos», asegura Roda.
Tanto es así que la Policía Local ha tenido que señalizar estos 'puntos negros' con conos reflectantes para que los conductores que circulen por la zona tengan especial precaución al volante y no se vean abocados a que su marcha resulte accidentada por estos hoyos, cuyas dimensiones permiten que la señales ocupen todo el hueco dejado por el asfalto dañado.
Juan Francisco Roda cree que el sistema de contratación de obras municipales es lento y debería mejorar. «Lo más práctico sería que se adjudicase a una empresa el mantenimiento de viales en pedanías, tal y como pasa en el centro de la ciudad, donde estos problemas se solucionan mucho antes». El pedáneo de Cabezo de Torres destaca que han tenido que tramitar la apertura de hasta tres expedientes para dar solución a los socavones que complican el día a día de los vecinos de Cabezo de Torres. Asegura que el inicio de las obras de reparación está previsto para los próximos días, tras semanas de trámites. «Ante cualquier necesidad que surge en una pedanía, hay que iniciar un expediente de contratación y el Ayuntamiento de Murcia tiene que darle una solución a este sistema, ya que el mantenimiento de calles es lo más básico y lo que peor funciona, a pesar de la peligrosidad que supone».
Por su parte, el concejal responsable de Infraestructuras y Fomento y vicealcalde de Murcia, Mario Gómez, manifiesta que «la situación de los caminos, carreteras y carriles del municipio es algo endémico» y que está previsto que mañana, jueves, en la Mesa de Contratación se adjudique «definitivamente» el contrato de asfaltado.
El concejal añade que, a partir de ese momento y tras la aprobación en Junta de Gobierno y el posterior replanteo, las empresas adjudicatarias comenzarán las obras. Y concluye indicando que, «tras las lluvias, siempre se actúa en las carreteras sobre las que nos informan los pedáneos y que tienen los socavones más peligrosos».
Esta respuesta no convence del todo a la Asociación de Vecinos de Cabezo de Torres. Según su presidente, David Leal, se trata de «un problema que viene de muy lejos». Leal denuncia que hay baches en la pedanía murciana que llevan más de diez años sin arreglar y que las lluvias simplemente han hecho que el problema se agrave en las últimas semanas, pero no han sido las causantes. «Nos sentimos totalmente abandonados», lamenta.
Mari Carmen Ruiz es una vecina de la pedanía murciana de Cabezo de Torres que no tenía previsto pasar por la calle Jaime I el pasado 5 de abril, pero se ofreció a llevar a casa a una amiga del Barrio María Auxiliadora tras asistir a unas jornadas que había organizado la Junta Local de la Asociación Española Contra el Cáncer y se llevó un buen susto regresando a su casa. «Bajamos por la calle Juan XXIII y pude esquivar los baches que fuimos encontrando por el camino, pero a la vuelta pillé un socavón en Jaime I y reventé la rueda delantera izquierda de mi coche».
Recuerda que era de noche y estaba lloviendo, lo que hizo que la visibilidad se redujera y no pudiese sortear el obstáculo que le costó la vida a su neumático. «El coche se tambaleó por el impacto y paré unos metros más adelante porque me imaginaba que había pinchado, pero cuando lo llevé al taller al día siguiente me dijeron que la rueda estaba totalmente destrozada y que tenía que cambiar las dos delanteras». A Mari Carmen le costó el susto 200 euros, que reclamará al Ayuntamiento de Murcia en los próximos días, pero lo que más le preocupa es la peligrosidad que suponen para los conductores estos desperfectos en la calzada. «Si una moto pilla uno de estos socavones, se estrella», alerta.
No es la única vecina de Cabezo de Torres que ha sufrido las consecuencias de las roturas de asfalto. Asegura que en los últimos días otras personas han tenido percances. «La calle Jaime I es muy transitada y hace un par de días una chica reventó las dos ruedas de su coche en el mismo socavón donde yo rompí uno de los neumáticos del mío». Un incidente que tuvo lugar casi un mes después de que Mari Carmen se encontrara este peligroso obstáculo en su vuelta a casa.
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