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Un médico y un técnico de emergencias del Servicio de Urgencias de Atención Primaria, SUAP, del centro de salud de San Andrés, en Murcia, fueron agredidos el pasado 15 de junio por un paciente al que atendieron en su domicilio. El personal sanitario acudió a una vivienda para atender un aviso de asistencia urgente a un hombre con adicción a las drogas. La asistencia se estaba desarrollando con normalidad hasta que el paciente, que no estaba tomando la medicación prescrita por su psiquiatra, adoptó una actitud agresiva y se lanzó a propinar un puñetazo al médico, que recibió el golpe en el pecho y cayó al suelo.
El técnico, que acudió en su auxilio, forcejeó con el agresor para intentar reducirlo y ambos cayeron al suelo, donde el agresor intentó asfixiar al técnico. Finalmente, y tras momentos de gran tensión, el facultativo y el técnico consiguieron zafarse y controlar la situación hasta que llegó la Policía Nacional, según denuncia el Colegio de Médicos, que ha condenado el ataque.
Como resultado de esta agresión, el técnico sufrió una contusión miocárdica y diversos hematomas y el médico una contusión por el golpe recibido, además de sufrir episodios de insomnio y estrés tras sufrir esta situación.Las víctimas denuncian que, posteriormente, tuvieron conocimiento de que se trataba de un paciente con antecedentes de violencia hacia los sanitarios y que esta información no fue facilitada en el aviso, cuando se podrían haber tomado medidas preventivas.
Igualmente, los sanitarios trasladaron que cada vez son más frecuentes las agresiones en el día a día de su actividad laboral y que se encuentran todavía a la espera del juicio rápido. El Colegio de Médicos expresaron todo su apoyo a los sanitarios y a todos aquellos que han sufrido episodios de violencia durante el desempeño de su trabajo, «dado que esta agresión no es la única de la que hemos tenido constancia durante las últimas semanas», afirman en un comunicado.
Del mismo modo, el órgano colegial exige a la Administración que se responsabilice de estos problemas y ponga en marcha las medidas efectivas para garantizar la seguridad de sus trabajadores. «Todos los centros sanitarios deben estar dotados de vigilante de seguridad, cámaras, consultas con doble puerta y todas aquellas medidas que sean efectivas para prevenir episodios de este tipo, no solo en los centros sanitarios, sino también para la protección de los equipos en avisos domiciliarios y vía pública». El Colegio pide, asimismo, la implicación y colaboración de toda la sociedad «para poner fin, juntos y de una vez, a este grave problema que suponen las agresiones en el ámbito sanitario», concluye.
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