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Jorge García Badía
Martes, 10 de enero 2017, 01:22
El ingeniero no se ha andado por las ramas a la hora de exponer sus conclusiones: «La estructura del edificio del colegio Francisco Cobacho está sometida a varios procesos patológicos activos que merman su funcionalidad y seguridad». La Asociación de Vecinos de Algezares encargó un estudio del edificio a Esfera Consultores de Construcción, empresa habilitada como entidad de control de calidad de la edificación (ECCE), y tras recibir el informe alerta de que «queda claro el deterioro del centro escolar y el peligro de los niños».
El documento ha sido elaborado por un ingeniero-geólogo e ingeniero técnico de minas que inspeccionó el centro, el 20 de diciembre, acompañado de miembros de la Junta Municipal y de personal del colegio. El informe expone que existe un «proceso de corrosión generalizado y avanzado en la cimentación y en el forjado sanitario». De hecho, incluye abundante material fotográfico de estribos y armaduras carcomidos. También subraya que hay «fisuras inclinadas junto a algunos pilares en planta baja y planta primera, especialmente en la parte central del edificio».
El mismo panorama agrietado presenta una de las caras de la fachada y la tabiquería. El ingeniero achaca estos daños a diversos factores, como la «mala calidad y puesta en obra del hormigón», a la «falta de recubrimiento de toda clase de armaduras», a la entrada de aguas por la «deficiente gestión de pluviales y pendientes»... Desde la Asociación de Vecinos de Algezares critican que «se supone que está previsto que esto lo solucionen desde hace años, pero nunca se ha hecho nada». De momento, trece familias han dejado de llevar a sus hijos al colegio.
Un grupo de padres presentará hoy escritos de queja en la Consejería de Educación exigiendo soluciones porque el documento técnico insta a «actuar en consecuencia para garantizar la seguridad de los usuarios del centro».
Entre otras actuaciones, Esfera Consultores de Construcción propone la comprobación del estado de la estructura del edificio y su cimentación, que data de 1989. Además de evaluar la calidad del hormigón, mediante la extracción de testigos y ensayos, y examinar «las pérdidas de sección de acero, especialmente en jácenas y viguetas», con el objetivo de evitar posibles colapsos. También estiman necesario un estudio geotécnico de las caracteríscas del suelo. «Se debe valorar la viabilidad económica y funcional de las actuaciones necesarias sobre la estructura de los necesarios niveles de seguridad, funcionalidad y durabilidad, o bien su demolición o reconstrucción».
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