Las 'picaoras de esparto' darán nombre a una plaza de Cieza como homenaje a su legado

Las 'picaoras de esparto', un oficio que formaba parte de la cadena de trabajos que conllevó la manipulación de este producto y en el que trabajaron miles de mujeres de Cieza, tendrán una plaza dedicada en este municipio. Así lo anunció ayer el alcalde, Tomás Rubio, tras la petición previa que le realizó María Cano, coordinadora del Museo del Esparto, durante la visita que la consejera de Política Social, Conchita Ruiz, realizó a este edificio de la localidad, donde se conservan los útiles tradicionales que se empleaban para estos trabajos.

A su vez, la visita de la consejera también sirvió para homenajear, a título póstumo, a estas mujeres dedicadas al trabajo del esparto, así como a la ciezana Francisca Moya del Baño, la primera mujer catedrática de la Universidad de Murcia (UMU). Por ello, la sala de estudios que lleva su nombre y que se encuentra ubicada en el edificio multiusos de la Esquina del Convento exhibe ya una placa que la convierte en «mujer referente de la Región de Murcia». También, a las puertas del Museo del Esparto se muestra otra placa similar dedicada a las antiguas esparteras.

Francisca Moya, que estuvo presente en el acto, quiso restar importancia a su legado, afirmando que «todas las mujeres son importantes y las que más, aquellas que trabajaron en Cieza en la época del esparto, de penumbra y hambre, pero sacando sus casas adelante», expuso. Este reconocimiento se suma al de 30 mujeres y colectivos femeninos que, al igual que Moya, están incluidos en el itinerario regional, por «haber fijado un peldaño importante hacia la igualdad, en muchos casos, sin ser conscientes, y haber contribuido, con su trabajo y esfuerzo, al desarrollo económico y social de la Región», dijo la consejera Ruiz, quien destacó que la catedrática fue pionera en el ámbito académico y reconocida por sus valores.

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