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Realizar descensos por el río Segura se está convirtiendo en una de las actividades más demandadas en la Región en cuanto a ecoturismo de interior se refiere. Desde primavera y hasta bien entrado el otoño, la aventura está garantizada con la práctica del 'rafting', un deporte que a bordo de las embarcaciones adecuadas está al alcance de cualquiera.
Juan Marín es gerente de Avennatura, una empresa ciezana que viene realizando descensos en 'zodiac' sin motor desde hace años en el trayecto que va desde el embarcadero de La Era, en Cieza, hasta la vecina localidad de Abarán. «Es una actividad de dificultad baja que está al alcance de todos y que discurre por un trayecto de mucha belleza durante unas dos horas», destaca Marín, quien no duda en señalar que «es tiempo suficiente para no cansarse demasiado, para disfrutar con el entorno y para quedarse con la miel en los labios, dejando la puerta abierta a repetirlo».
Paraje El Horno
CIEZA
Embarcadero de La Era
Azud el Menjú
ABARÁN
Presa del Jarral
Playa fluvial el Jarral
Los tres descensos
Hay dos modalidades posibles para practicar este deporte: en ‘rafting’ y en kayak. Este último se puede realizar de forma individual o por parejas.
BLANCA
LA VERDAD
Paraje El Horno
CIEZA
Embarcadero de La Era
Azud el Menjú
ABARÁN
Los tres descensos
Presa del Jarral
Hay dos modalidades posibles para practicar este deporte: en ‘rafting’ y en kayak. Este último se puede realizar de forma individual o por parejas.
Playa fluvial el Jarral
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Quienes decidan embarcarse y realizar este viaje se encontrarán con un Segura totalmente amazónico, con cañaverales y con enclaves donde aún es posible observar el denominado bosque de ribera. Sucede sobre todo en el paraje de El Menjú, un antiguo espacio de recreo donde todavía se conservan las ruinas de la antigua fábrica de la luz creada en la segunda mitad del siglo XIX para abastecer de energía eléctrica a las localidades del entorno.
Allí, los navegantes descargan adrenalina en el pequeño salto para desembocar después en un lugar totalmente salvaje y lleno de vida. En el Menjú, y a pesar de los sucesivos incendios que lo han azotado en los últimos años y con la total indiferencia de las administraciones públicas, se contabilizan centenares de especies animales y vegetales.
Con vistas ya a la vecina localidad de Abarán, los aventureros pueden deleitarse con otros enclaves no menos destacados. En el paraje de la Hoya de Don García se encuentra la Noria de Candelón, la segunda en importancia después de la que podrán ver después en el paraje de Las Norias. Allí luce recién restaurada la Noria Grande de Abarán, la de mayores dimensiones de toda Europa.
Este intrépido viaje va llegando a su final en el paraje de El Jarral. Convertido en una de las playas fluviales más concurridas de la Región, en el Jarral concluye un trayecto con un salto de tres metros en la presa que desvía las aguas a la central eléctrica de Nicolás, aún en uso.
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