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La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha constatado este viernes por la mañana una situación generalizada de agravamiento de la sequía debido a la casi nula cantidad de lluvia producida en los meses pasados y las elevadas temperaturas, lo que supone una mayor demanda hídrica de los cultivos. Sobre esta base, el organismo de cuenca que preside Mario Urrea advirtió en la Comisión de Desembalses que si se mantiene la tendencia de los indicadores de escasez coyuntural, «en el corto plazo podría llevar a la cuenca del Segura a una situación de sequía extraordinaria en el próximo verano».
Explicó que si esto se produce, se promoverá el decreto de sequía y, consecuentemente, se aplicarán las medidas que el vigente Plan Especial de Sequias (PES) contempla, en particular la activación de la Batería Estratégica de Sondeos, para lo cual el Gobierno de España ha aprobado la semana pasada una dotación presupuestaria de 10 millones de euros, para las actuaciones de explotación, conservación y mantenimiento, informa la CHS en un comunicado.
Al respecto, el organismo de cuenca ha trasladado a todos los usuarios la necesidad de realizar un consumo contenido, ya que de seguir las pautas actuales podríamos llegar a final de año hidrológico con muy poca reserva de agua en los embalses. La CHS señala que ha retrasado la entrada de la situación de sequía extraordinaria, en relación a otras cuencas intercomunitarias, «gracias al mix del agua que permite gestionar recursos tanto superficiales, subterráneos, del trasvase Tajo Segura, y una aportación muy significativa de las aguas procedentes de la desalación y de la reutilización».
Asimismo, la CHS ha constatado que para el inicio del próximo año hidrológico 2023/2024, con ese escenario se dependería de las lluvias de otoño «para una hipotética recuperación del volumen embalsado, que de no suceder llevaría a un inicio del citado año hidrológico muy complicado en su gestión, por lo que, una vez más, hay que apelar al uso responsable y contenido de los volúmenes regulados en la actualidad en los embalses por parte de los usuarios del regadío».
Mario Urrea ha presidido la Comisión de Desembalse de la cuenca del Segura, órgano de gestión en régimen de participación con los usuarios, donde se ha propuesto que los desembalses totales de este año hidrológico para los usos propios de la cuenca serán de 319 hectómetros, lo que significa 158 hm3 para lo que resta de año. Representa «una disminución significativa frente a lo inicialmente previsto» de 23 hectómetros.
No obstante, este dato está sujeto a la evolución del índice de escasez coyuntural del sistema del Segura que, actualmente, se encuentra en prealerta (0,387), dado que de empeorar la situación podría llevar a escenarios más restrictivos.
El periodo comprendido entre el 1 de octubre de 2022 y el 1 de mayo 2023 se ha establecido como la fase con menor registro de precipitaciones de la última década. La precipitación areal en estos meses fue de 92 litros por metro cuadrado (l/m2), unos 220 l/m2 por debajo de la media del año pasado, 166 l/m2 inferior a los últimos cinco años y unos 153 l/m2 menos de las aportaciones medias de los últimos diez años lo que supone un descenso del 62% en la última década.
Asimismo, la existencia de recursos propios en la cuenca a 1 de mayo de 2023 es de 205 hm3, es decir, 117 hm3 inferiores a la misma fecha del año hidrológico anterior.
Con estos datos la comisión debe deliberar y formular propuestas al presidente sobre el régimen adecuado de llenado y vaciado de los embalses de la cuenca, atendiendo los derechos concesionales de los distintos usuarios siendo los riegos tradicionales los que tienen la mayor prioridad, y los últimos, los sobrantes y excedentarios.
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