![Dos trabajadores en las instalaciones de Amazon en la Región de Murcia.](https://s3.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202110/19/media/cortadas/image00010-kbfD-U150880707965VsF-624x385@La%20Verdad.jpg)
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Jeff Bezos escogió Amazon como nombre para su empresa por dos motivos: el río Amazonas es el más grande del mundo y reflejaba así las altas aspiraciones que tenía volcadas en la compañía; y porque, además, el gigante fluvial suele asociarse con cierto exotismo, por lo que la nomenclatura podía ejercer un factor diferenciador sobre sus potenciales clientes. Lo cierto es que cuando uno entra en el nuevo centro logístico que la compañía del magnate americano ha inaugurado oficialmente este lunes por la mañana en Valladolises percibe un poco de ambas cosas.
No cuesta imaginarse lo que pudieron sentir los primeros exploradores de la vasta cuenca amazónica: todo alrededor es gigante o desconocido. Los 160.000 metros cuadrados de los que consta el espacio sobrepasan ampliamente la escala humana, aunque la exuberancia natural de la jungla sudamericana contrasta con la sencillez y geometría del pragmatismo artificial.
Los árboles son estanterías -54.000 en total-, pero no tienen unas ramas más gruesas o retorcidas que otras. Los cursos de agua son caminos de hormigón, pero no forman meandros serpenteantes, sino ángulos rectos perfectamente medidos. Los caimanes y jaguares son máquinas cuya amenaza no es una mandíbula capaz de triturar cualquier hueso, sino ruedas que transportan mercancía de hasta una tonelada y media de un lado a otro.
2.895 'drives' o robots mecanizados ayudarán en sus tareas a cientos de trabajadores del centro.
550.000 serán las unidades que podrá enviar al día la planta cuando alcance su pleno rendimiento.
Sin embargo, «uno de los activos más importantes para Amazon», según se ha encargado de repetir esta mañana Fred Pattje, director de Amazon Customer Fullfilment para Francia, Italia y España, son sus trabajadores. Y ellos parecen estar de acuerdo. Tatiana no cesa de medir productos y encajarlos en las estanterías que los 'drivers' -así denominan a los robots- colocan frente a ella; es lo que llaman 'stow'. No es la única función que ha desempeñado en las dos semanas que lleva trabajando con Amazon. «Va variando según el día, es un aprendizaje constante», dice mientras coloca el enésimo objeto de la mañana.
Algunos empleados, como Pedro, provienen de otros centros de España. «Llevaba tres años en Madrid cuando me ofrecieron el traslado y acepté sin dudarlo». Ahora es 'team lead' o, lo que es lo mismo, motivador de grupo. «También me encargo de que las cargas de camiones se produzcan en tiempo y hora», explica mientras empuja una carretilla de palés.
Kelly llegó hace tan solo un mes de Barcelona, donde trabajó previamente durante más de medio año. Asegura que «no existía tanta robótica como aquí, es la única diferencia que encuentro» entre el centro de la ciudad condal y el recién inaugurado en la Región. Comenta que «la oportunidad de crecimiento» que ofrece la empresa de Bezos es lo que más le ha seducido durante este tiempo.
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Laia se trasladó a la Región procedente de Cataluña, atraída por una jugosa oferta en la que le incluían un ascenso. Así, dejó atrás su labor como empaquetadora y pasó a supervisar una sección de este proceso. Aunque confiesa que no sería capaz de mantener una conversación en un perfecto inglés, aprender los conceptos que se manejan en la compañía le ha resultado sencillo, ya que «por costumbre al final los interiorizas».
Si uno detiene su vista en los carteles fijados en las columnas, tiene la sensación de encontrarse en el aeropuerto de Heathrow, no en la sede murciana de una empresa. El objetivo de esta obstinación por la lengua de Shakespeare es que, en caso de un traslado hacia un centro en otro país, la adopción de las mecánicas no se vea alterada al desconocer los conceptos que se utilizan. Lo cierto es que este método ha permitido que Amazon abra 50 espacios en todo el mundo de características similares al estrenado de manera oficial ayer -aunque lleva operativo desde el pasado 13 de septiembre- en la Región.
No obstante, Pattje subrayó que el de Valladolises cuenta «con la última tecnología» y alcanzará los «1.200 empleos fijos en tres años», lo que le permitirá almacenar hasta 25 millones de productos. Asimismo, manifestó la importancia de la apertura de un centro de estas características, del que se prevé que se beneficien «unas 300 pymes murcianas que ya trabajan para Amazon» y que sea un «punto estratégico no solo en España, sino en todo el sur de Europa». Coincidiendo con el décimo aniversario de su aterrizaje en nuestro país, destacó la «simbiosis entre robots y empleados» y el «gran éxito» que esto supone.
El presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, presente también en el acto, celebró la «magnífica noticia» de recibir en territorio regional a un «gigante del comercio» y prometió a Pattje que «no se va a arrepentir» de la elección del enclave para su instalación. El alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, se mostró igualmente satisfecho por el estreno de «un centro logístico puntero y nicho de empleo» que «repercutirá positivamente en todo el municipio».
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