Vecinos de Torreciega critican de nuevo las labores de descontaminación de Zinsa

A juicio de los vecinos, las máquinas deberían contar con un sistema lavarruedas que evite que los residuos queden adheridos a los bajos y la carrocería y, de ese modo, limitar su posible dispersión tanto espacial como aérea. En este sentido, aportan fotografías tanto de los camiones en plena faena como de supuestos restos de residuos que se habrían desprendido de los vehículos a su salida de las instalaciones.

«Estos contaminantes peligrosos son dispersados por el viento, alcanzando nuestras viviendas y depositándose tanto en el interior como en el exterior de las mismas, incluidos los espacios públicos de nuestro entorno vital, provocando un incremento del daño sanitario y ambiental por las vías de ingesta, contacto dérmico e inhalación que venimos sufriendo desde el abandono de las instalaciones industriales en 2009», indica Gálvez en su escrito a la Guardia Civil.

Ya a principios de este mes, la misma entidad vecinal dirigió denuncia también ante el Seprona alertando de que los mismos residuos estaban siendo objeto de escorrentía fruto de los frecuentes episodios de lluvias de los últimos días. Regueros de agua presuntamente cargados de metales pesados que aseguran que se filtran al subsuelo, acaban en las proximidades de sus viviendas y que incluso, aseguran, podrían estar llegando al mismo puerto a través de la rambla del Hondón.

«Las copiosas precipitaciones registradas en lo que llevamos de marzo han provocado la erosión y el transporte de una parte de los residuos peligrosos acumulados desde el cese de la actividad industrial. Como consecuencia, estos residuos han sido arrastrados desde el sector norte y el área de fabricación hasta el límite de la parcela que lindan directamente con nuestras viviendas», ratifica la asociación vecinal en su escrito.

En la misma denuncia, con fecha de este pasado lunes, refieren que han encargado un estudio pericial al profesor José Matías Peñas que, dicen, refleja que los terrenos acumulan elevados de niveles de metales tales como el aluminio, el manganeso, el hierro, el cobre, el zinc, el estroncio, el cadmio o el plomo.

En la misma denuncia los vecinos vuelven a recalcar, como hicieron en su anterior escrito, que hay una balsa con ácidos que está al límite de su capacidad. Señalan que el líquido está a punto de rebasar la cota de superficie impermeabilizada y que han detectado, dicen, surcos que pueden comprometer la estabilidad de la estructura exponiéndoles en un futuro a un posible vertido tóxico.

Por todo ello, requieren a la Guardia Civil que identifique a los transportistas y el destino final de los residuos extraídos de los terrenos. Asimismo, piden a los agentes una inspección ocular y la toma de muestras de agua para su análisis en aras a determinar una posible comisión por omisión de un delito contra el medio ambiente.