La tromba de agua en Cartagena anega calles, viviendas y garajes y obliga a rescatar a 15 personas

La noche de miedo e incertidumbre que vivieron los vecinos de Los Dolores y el polígono residencial Santa Ana, durante la fuerte tromba de agua que dejó en ambas zonas más de cien litros por metro cuadrado en menos de dos horas, les será difícil de olvidar. Sobre las diez y cuarto de la noche del pasado sábado, el cielo se rompió y descargó una intensa tormenta que a los pocos minutos de su inicio ya comenzó a anegar calles, viviendas y garajes. Además, obligó a rescatar a quince personas de sus vehículos al quedar atrapadas en su interior. Minutos antes, el aguacero ya dio un primer aviso en El Bohío, donde una granizada cubrió el suelo de pequeñas bolas de hielo. Tras ello, llegó el caos y la angustia.

«Entró casi un metro de agua y lo arrasó todo. Menos mal que mi madre no estaba dentro en ese momento», explicó a LA VERDAD José Fernández, un vecino de la calle Francisco Martínez de Los Dolores. Junto a la calle Santa Ana fue el lugar donde más agua se acumuló: casi un metro y medio de altura. Ambas hacen una especie de hondonada y recogen el agua de lluvia de San Isidro y Solsona, entre otras. La acumulación provocó la inundación de cinco casas, dos de ellas deshabitadas, y que tres coches con ocupantes quedaran prácticamente cubiertos.

«Un chico y sus dos hijos quedaron en el interior de uno de los turismos. Llamé a la Policía Local, pero cuando llegaron se quedaron también atrapados. Entonces bajó un vecino y, jugándose la vida, se acercó al automóvil y rescató a los menores. El padre, con mucho esfuerzo, consiguió salir por su propio pie, con el agua por la cintura. Fue horrible. Pasé mucho miedo», relató este domingo por la mañana Yasmine Sánchez, una vecina de la zona.

El fuerte aguacero provocó el corte de varias carreteras. Entre ellas la del camino del Sifón y la de Molinos Marfagones a Los Dolores a la altura de la rambla de Benipila. El vial de Santa Ana a Miranda también quedó bloqueado debido a la caída de dos árboles, aunque los bomberos los retiraron y el tráfico quedó restablecido sobre las cuatro de la madrugada. Los efectivos municipales intervinieron en decenas de incidentes. Entre los más importantes, el rescate de ocho personas que habían quedado atrapadas en tres vehículos en Pozo de Los Palos.

El chaparrón provocó en el Rincón de Sumiedo, en Tallante, un gran socavón en un camino de acceso y desprendimientos en la N-332 a su paso por Los Ruices. Y en Santa Ana pueblo, una vez más la plaza Aparejos quedó totalmente cubierta por el agua. La centralita del servicio 112 llegó a recibir casi un centenar de llamadas de avisos y otras tantas el 092, según fuentes del Ayuntamiento.

Durante ese tiempo, los vecinos del polígono Santa Ana vivieron lo que nunca antes «en treinta años», confesó José Cervantes de la calle San Remo. «Comenzó a entrar agua sobre las diez y media y llegó por encima de los sesenta centímetros. Empezamos a achicar y no paramos hasta las cuatro de la madrugada. Y este domingo por la mañana hemos continuado», añadió. Tendrá que tirar un frigorífico, un congelador, un motor industrial y numerosos muebles ya inservibles.

En la calle paralela a esta, en la calle Pisa, a Bea Cuenca no le dio tiempo a quitar su coche aparcado en la intersección con el Paseo Palermo. Allí se concentra buena parte del agua de lluvia del polígono. Su vehículo quedó anegado y ayer, junto a su pareja, se afanaba en sacar el agua del interior del turismo. Como ella, varios vecinos de esa calle estuvieron gran parte de la madrugada limpiando sus garajes, donde, en algunos casos, el agua y el barro superó el metro y medio de altura.

Una de las viviendas afectadas fue la de Juan Sánchez, quien se vio sorprendido por el chapetón. «Uno de los canilleros reventó y el agua subió hacía arriba. Jamás me había pasado algo similar aquí», indicó. Como el resto de vecinos de la zona, echa la culpa a la falta de limpieza de las hojas que caen de los árboles de la calle. «Están todos sin podar desde hace años y colapsan los imbornales», detalló.

En las próximas semanas mantendrán una reunión para exigir al Ayuntamiento de Cartagena y a la entidad de conservación del polígono residencial un mayor mantenimiento de la zona y obras de canalización, con el fin de evitar que en próximas lluvias se vuelvan a inundar sus garajes. Otra de las zonas afectadas de Santa Ana fueron las calles Catania y Parma y la avenida Génova, donde por unos minutos el agua quedó estancada, igual que en la rotonda de entrada al residencial.

Cayetano García y su familia comenzaron a achicar agua de su sótano sobre las doce de la noche, con cubos y fregonas, y terminaron pasadas las dos de la mañana. «En esta zona, más de media docena de viviendas se inundaron, aunque la altura no fue como en la calle Pisa», explicó este vecino.

Y en la Algameca Chica, dos mujeres quedaron atrapadas con su coche en el camino de salida. Fueron ayudadas por los vecinos de la zona.