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De izquierda a derecha, Lorenzo Vergara, Francisco Velasco, Stella Moreno, sirviendo el vino, Gustavo Castrillón, Pedro Romero y José Pastor, gerente de Syrah. PABLO SÁNCHEZ / AGM
En Syrah, con Loren, Paco y Pedro
Las cosas por su nombre

En Syrah, con Loren, Paco y Pedro

Domingo, 1 de diciembre 2024, 10:28

Hace algún tiempo invité a mi buen amigo y extraordinario cartagenero Loren, Lorenzo Vergara Pagán, a mi bodega. Pasamos un rato fenomenal hablando de nuestra Cartagena de España– que es como a Loren le gusta que se escriba–, así como de mil cosas más con la confianza plena que se siente cuando sabes que la persona que te escucha entiende la pasión por nuestra ciudad y por sus acontecimientos, ya sea en industria, urbanismo, agricultura, arqueología, cultura, arte o fútbol.

Descorchamos un Ramón Bilbao Límite Sur, 100% garnacha del paraje de Sierra de Yerga, donde predominan arbustos aromáticos como el romero y el tomillo. Es un vino en armonía, equilibrado y con largo recorrido que, acompañado de un queso curado de cabra payoya, resulta de verdadero lujo. Brindamos por la celebración de los 100 años de esta bodega con apellido Cartagena. Loren, entre sorbo y sorbo, me habló de su intensa y extensa vida laboral. Asimismo, me dedicó un ejemplar de su libro '¡Me parece que fue ayer!', editado por la Politécnica de Cartagena.

Loren, a través del conocimiento adquirido en sus 55 años trabajando en lo que hoy es nuestra UPCT, ha reflejado en él las penurias iniciales de la Universidad Española, los sacrificios personales, las decisiones políticas y el conjunto de fuerzas y acciones individuales y colectivas que impulsaron el nacimiento de nuestra Universidad.

La obra 'Luis Fajardo, el gran almirante de Felipe III' repasa la trayectoria de este murciano universal, hijo del II Marqués de los Vélez'Crónica de una Regata, Cartagena en la Vuelta al Mundo 1981-1982' recoge la travesía del velero 'Licor 43' en la actual Volvo Ocean Race

Jefe de laboratorio en Zinsa

Cuenta infinidad de anécdotas acaecidas por la falta de medios que toda la vida ha sufrido la enseñanza. Describe, con su personal estilo, cómo su laboratorio fue creciendo e introdujeron a la sociedad en el conocimiento del medio ambiente y en la progresión imparable de la enseñanza, junto al doctor Joaquín Moreno Clavel y su hija, la doctora Stella Moreno Grau.

El libro lleva más de cien mil lecturas en veintiséis países. Pero Loren también me habló con verdadero amor de su dedicación a la industria, a la que debe todo lo aprendido en química analítica. Estuvo 48 años en Zinsa, 35 de ellos como jefe de laboratorio. Se enamoró de los metales pesados, tuvo la fortuna de poder compaginar fábrica y escuela, lo que hoy es la UPCT y donde sigue prestando su trabajo como jubilado parcial.

Hay otra faceta de Lorenzo Vergara que él cultiva con el amor y la personalidad que le imprime a todo lo que emprende: la literaria. Nuestro amigo común Manuel Ángel Balaguer, recientemente fallecido, le llamó para colaborar en su periódico 'SportCartagena' con '¡La Farola del Lago!', una columna de opinión.

Pero su afán por escribir no termina ahí, también firma la columna '¡Desde mi querida Cartagena de España!' en 'Cartagena Actualidad' y participa en la tertulia deportiva Peña del Asiático.

Pasión por la literatura

No obstante, su principal orgullo es reunir todas las semanas a los 25 miembros de su familia. Ana, una de sus nietas, ha conseguido el primer premio en el VI Certamen Nacional de Relatos. Y es que «de casta le viene al galgo». Ana ha escrito el cuento 'Soñador', que ha emocionado a su abuelo. Por mi parte, necesitaría todas las páginas de este periódico para seguir hablando de mi buen amigo Loren.

Hablando de libros, días atrás me encontré en el Real Parque de Artillería de nuestra Trimilenaria con un gran doctor en Historia Moderna, catedrático de Historia, profesor de la UNED y académico de la Real Academia Alfonso X El Sabio. Me refiero al cartagenero Francisco Velasco Hernández. Fue en la presentación que realizó, junto a Alejandro Cuerda, almirante jefe del Arsenal Militar, de la obra 'Luis Fajardo, el gran almirante de Felipe III', escrito en colaboración con Valeriano Sánchez Ramos, Académico de Número de la Academia Andaluza de Historia.

Fajardo fue un murciano universal, hijo del II Marqués de los Vélez. Fue nombrado veedor en Sevilla de las flotas de la carrera de Indias donde tuvo a su cargo al escritor Miguel de Cervantes. Llegó a almirante general, trajo desde América más de 70 millones de pesos en plata. Fue, con creces, el mejor almirante de Felipe III. Les recomiendo su lectura, está editado por la empresa cartagenera Ediciones Nova Spartaria.

Crónica de una regata

Y como nunca hay dos sin tres, en la presentación estuvo Pedro Romero Magdalena, graduado social y funcionario jubilado del Ayuntamiento. Verlo me sorprendió gratamente, pues me comentó que también había escrito un libro y, por qué no decirlo, un relato muy especial: 'Crónica de una Regata, Cartagena en la Vuelta al Mundo 1981-1982'.

Se trata de la travesía del velero 'Licor 43' en la Whitbread Round The World Race, hoy conocida como la Volvo Ocean Race. Una aventura que merece estar descrita en este libro del cartagenero Pedro Romero, dado que fue una epopeya náutica. La historia del 'Licor 43' no solo es una narración de éxitos y desafíos, sino también una crónica de perseverancia, donde el autor ha logrado capturar la esencia de esta gran aventura con una precisión y una pasión que solo alguien profundamente comprometido con la historia de su ciudad podría hacer. La participación del ingeniero Joaquín Coello es un testimonio del ingenio y valentía de los cartageneros. Una ventana abierta a un pasado glorioso de nuestra Trimilenaria que también les recomiendo que lean y valoren las fotos de aquella época desde su construcción, botadura y regata.

La mejor manera de compartir tertulia, amistad y cartagenerismo fue citándonos todos en el nuevo restaurante Syrah, situado en Ciudad Jardín. Allí, José nos sorprendió con un menú muy especial que arrancó con unos aperitivos. El primero fue panipuri y boquerón, o lo que es lo mismo una bolita crujiente frita de harina de garbanzo, rellena de guacamole y jalapeño con un boquerón encurtido. El segundo, un brioche de sardina ahumada de Barbate con chutney de mango y ralladura de chiles chipotles. Continuamos con unos gambones en curry tailandés marcados a la parrilla y seguimos con un tartar de mejillones escabechados y aderezados con lima y salsa Perrins, acompañados de unos nachos caseros.

Diversidad gastronómica

Lo siguiente fueron unas patatas al Cacio, compuestas de panceta tostada en lascas con huevos y unas patatas fritas bañadas en salsa cremosa de Roma con pimentón de la vera.

A continuación, unas arepas colombianas de harina de maíz con pollo, queso y carne deshilachada de lomo macerada al estilo pulled pork y torreznos. Todo regado con un tinto Syrah de Finca Río Negro. El blanco, un Viognier de Castilla y León de bodega Caraballas que se expresa de forma muy original.

El plato principal fue Mantou, un pan tradicional de China ligeramente dulce cortado en rebanadas, con pollo cocinado en su jugo junto a una selección de especias y cubierto con salsa de yogurt.

El punto dulce lo puso un coulant de chocolate belga con naranja y una torrija de pan brioche con una copa de Tokaji 3 puttonyos de Oremus.

Finalizamos con unos bocaditos semi-dulces de camembert con almendras, chocolate y unas lascas de hueva de mújol Garre diseñadas por Néstor que acompañaban al cóctel Gin Basil Smash, realmente espectacular.

Termino con una reflexión muy real: «Los que están siempre de vuelta de todo, son los que nunca han ido a ninguna parte». Totalmente cierto.

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