Setenta vecinos de cinco barrios de Cartagena se quedan sin los cursos de educación para adultos

Setenta vecinos, la mayoría de ellos mayores, de cinco barrios de Cartagena se quedarán este año sin los cursos de educación para adultos y, de paso, sin el entretenimiento y formación que para muchos de ellos suponían desde hace años. La Consejería de Educación ha suspendido las clases y los talleres, impartidos por profesores especializados, para residentes de Los Dolores, Santa Ana, José María Lapuerta, San Félix y Barrio Peral. La razón, según indicaron fuentes de ese departamento regional, es la concentración de toda la oferta en el Centro Permanente de Educación para Adultos, ubicado en el antiguo colegio Antonio Arévalo, en la barriada de San Ginés, para «mejorar las clases y el servicio».

La supresión de este tipo de formación en barrios ha suscitado las críticas de los vecinos. Una de las alumnas afectadas es María Teresa García, de 76 años y vecina de Santa Ana. «De pequeña no pude ir a la escuela y desde hace cinco años voy a las clases de ortografía y caligrafía. Para mí, que soy viuda, son una distracción, un contacto con otros vecinos, pero sobre todo me sirven para aprender y coger agilidad en la lectura», explicó a LA VERDAD.

Como ella, otros veinte vecinos de Santa Ana se ven afectados por esta decisión de la Consejería de Educación. Ninguno de ellos se trasladará a las instalaciones de la barriada San Ginés para continuar con las clases este curso. «Para mí es imposible. Tengo coche, pero solo lo uso para ir a hospital, no para meterme al centro de Cartagena. La verdad es que lo han hecho muy mal. A muchos nos han quitado nuestro entretenimiento de tres tardes a la semana», añadió.

El presidente de la Asociación de Vecinos de ese pueblo, Juan Diego Cánovas, ha enviado varios escritos a la Consejería pidiendo explicaciones y exigiendo que repongan las clases: «No pueden obligar a nadie y menos a estas personas mayores a trasladarse tan lejos. Es injusto».

También mandó escritos de queja la presidenta vecinal de José María Lapuerta, Patricia Andreu. A este barrio también acudían a dar clases de español para inmigrantes y de escritura gente de San Félix y del Barrio Peral. «Llevábamos ya 32 personas apuntadas, pero vemos que será imposible dar este año los cursos. Nos dicen que por falta de espacio no las pueden dar, pero tenemos el salón del local social de Barrio Peral también para las clases», contó. Algo similar ocurre en Los Dolores, donde impartían inglés para extranjeros, sobre todo a marroquíes y ucranianos. Critican el argumento de la Comunidad de la falta de espacio, porque, aseguran, tienen de sobra.

• Temas
• Cartagena
• Educación