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El centro comercial de Santa Ana sigue incrustado en el fango y trae de cabeza a las diferentes directivas del polígono residencial. El inmueble debía ser un epicentro de ocio y entretenimiento. Pero está cerrado y la entidad de conservación del residencial reclama casi un millón de euros a una inmobiliaria ligada a Caixabank, su propietario desde hace un lustro, en concepto de los gastos comunes de mantenimiento incluidos en sus estatutos. El asunto está judicializado y lo peor es que cada vez es más complicado que algún postor se decida a reflotar el edificio situado en la avenida Venecia. La crisis sanitaria del coronavirus ha traído más dudas al respecto de su rentabilidad.
La filial inmobiliaria de Caixabank, Building Center, adquirió la galería comercial en 2016 en subasta pública, por un precio cercano a la deuda hipotecaria que le debía su anterior propietario, Lucentum Ocio. Desde ese momento, Building Center está en vías de validar su título de propiedad, para buscar un inversor interesado en el inmueble y sacarle rentabilidad a la operación. «El título está solicitado desde mayo, a la espera de poder avanzar», señaló un portavoz a LA VERDAD, sin ofrecer más detalles.
Pendientes de validar esa operación, la propiedad está «intentando avanzar en dar pasos», añadieron, sin concretar. Hasta el año pasado, según consta a la anterior directiva del polígono residencial, la inmobiliaria ha barajado diferentes propuestas para darle una utilidad al inmueble, tanto comercial como de vivero de empresas. Hubo inversores interesados pero las negociaciones no se concretaron. La crisis sanitaria, en opinión de varios residentes consultados por este diario, terminará por restar interés.
Además, las necesidades comerciales del residencial están cubiertas: hay numerosos negocios de hostelería, zonas de juegos y la cadena MasyMas construye desde el año pasado su supermercado en los terrenos que antes ocupaba un concesionario de coches, junto a la antigua carretera nacional N-301. También hay un comercio en la gasolinera para abastecer a los más de 7.000 residentes. «En su momento, cuando fue inaugurado [en 2003] no funcionó y ni siquiera existía el Parque Mediterráneo. Quizá necesite algo innovador», aseguró la gerente de la Entidad de Conservación, María José Martínez.
El centro comercial tiene dos plantas y ocupa un 10% de los terrenos edificables del polígono de Santa Ana, de ahí que deba desembolsar anualmente cerca de 100.000 euros en concepto de mantenimiento, conservación y tratado de residuos. Lucentum dejó de pagar en 2012 y ya no han vuelto a recibir abonos. Martínez reconoció que «no hay novedades de pago» y que siguen en «pleitos judiciales».
La Entidad de Conservación es un organismo independiente del Ayuntamiento para el mantenimiento de los espacios públicos y la seguridad privada. «Es difícil que la entidad sobreviva con una carga de morosidad tan alta. Es una cantidad muy grande, pero tengo esperanzas de que tarde o temprano se regularice. Por parte de Caixabank no hemos visto voluntad de pagos. Se lo exigimos como a cualquier otro vecino. Ahora mismo no hay movimiento en los juzgados, pero esperemos tener alguna noticia en breve», añadió.
El inmueble ha registrado vandalismo, destrozos y robos, pese al sellado de las puertas.
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