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La ministra de Defensa, Margarita Robles, dio un toque de atención a los astilleros públicos de Navantia, porque los retrasos en el Programa S-80 de nuevos submarinos para la Armada, especialmente los que lleva la fabricación del S-82 'Narciso Monturiol', «exceden de lo razonable». Así lo reconoció este lunes en una visita a la Flotilla, Base y Escuela de Submarinos de la Armada, ubicada en el Arsenal de Cartagena, donde recibió el malestar de los marinos involucrados en dicho proyecto. Además, conoció el motivo de las demoras (falta de mano de obra y de suministros) durante una entrevista con miembros del comité de empresa del astillero local.
Robles trasladó a los jefes de la Flotilla, cuyo comandante es el capitán de navío Pedro Márquez de la Calleja, y al almirante jefe del Arsenal, Alejandro Cuerda, que iba a pedir a la dirección de Navantia «un esfuerzo especial» para acelerar los trabajos de fabricación del segundo de los cuatro submarinos de la Serie 80. Desde Cartagena, forzó una reunión para ayer mismo por la tarde en Madrid entre la secretaria de Estado de Defensa, Amparo Valcarce, y el presidente de Navantia, Ricardo Domínguez, para trasladar esta preocupación y buscar soluciones al problema que lastra uno de los mayores proyectos estratégicos de la industria militar española.
«Voy a ser muy sincera. Estoy un poco preocupada por los retrasos», dijo la ministra ante las dotaciones de los submarinos 'Isaac Peral' (S-81), ya en fase de puesta a punto, y del 'Narciso Monturiol' (S-82). Y recordó que, con este proyecto, «nos jugamos mucho» y que «va con mucho retraso». Los cuatro submarinos del Programa S-80 no solo son esenciales para la renovación y modernización de la exigua flotilla de la Armada, compuesta por una sola nave con cuatro décadas de antigüedad y muchas limitaciones técnicas para navegar. La industria naval ha depositado en este diseño nacional muchas esperanzas como producto para la exportación. Pero los retrasos no hacen más que suponer problemas operativos para la Marina de guerra española y de confianza ante posibles compradores.
Con el 'Isaac Peral' entregado el pasado noviembre y en fase de puesta a punto antes de su entrada en servicio, prevista para dentro de un año, el 'Narciso Monturiol' sigue en construcción en el astillero de Cartagena. Lo preocupante es que la dotación de quilla de este segundo buque, cuyo comandante es el capitán de corbeta Damián Niebla, finalizará en julio su periodo de formación e inmediatamente estará disponible para navegar. Para entonces, es muy probable que Navantia no haya terminado de cerrar el casco resistente del barco, operación prevista para finales de 2023. La ministra reconoció que no será posible ponerlo a flote este año ni entregarlo el que viene. Niebla dijo desconocer de cuánto es el retraso ni qué fechas barajan ahora. La compañía está recalculando todo el proceso de fabricación del S-82 para establecer nuevos plazos de acabado, puesta a flote, pruebas de mar y entrega a la Armada.
El comité de empresa de Navantia Cartagena, con su presidente Eusebio Martínez al frente, recordó a la ministra que el principal motivo de los retrasos es la falta de mano de obra para su fabricación. Los sindicalistas calculan que son necesarios al menos 400 obreros con cualificación para poner al día el programa y más para atender posibles encargos internacionales. También denunciaron el incumplimiento del convenio de la empresa y expresaron el compromiso de toda la plantilla con los nuevos submarinos, porque son conscientes de que son el presente y el futuro de su astillero, indicaron fuentes del comité.
Navantia y la Armada siguen trabajando estrechamente en la puesta a punto del prototipo del Programa S-80, el S-81 'Isaac Peral', entregado el pasado noviembre tras veinte años de obras en el astillero. «Llevamos un ritmo de navegación alto y no hay averías reseñables», dijo su comandante, el capitán de corbeta Manuel Corral Iranzo. Sin embargo, el trabajo es intenso para ajustar y sacar mayor rendimiento a sónares, sistema de armas y todo tipo de sensores. La previsión de la Armada es que este submarino, «que se comporta bien», según Corral, pueda entrar en servicio en el plazo aproximado de un año. Previamente hará sus primeras pruebas de fuego real y el llamado crucero de resistencia, una larga y exigente navegación para comprobar el comportamiento de la máquina en distintos escenarios. La previsión por ahora es que 'Isaac Peral' pueda cruzar el océano Atlántico y llegar a Estados Unidos a comienzos del próximo año. Previamente deberá pasar una evaluación y una calificación operativa.
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