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Repsol pone en marcha dos proyectos industriales con una inversión multimillonaria y una importante carga de trabajo en su complejo industrial de Escombreras. Se trata de la parada técnica para la modernización de una parte de la refinería, que comenzará la próxima semana y que se solapará con el inicio de la construcción de una planta de biocombustibles. Ambos proyectos darán trabajo a unos tres mil profesionales este año. La industria auxiliar de la Región de Murcia y más en concreto la implantada en el Campo de Cartagena absorberá gran parte de esos empleos.
Aunque en zonas bien diferenciadas y con una organización extrema, para evitar accidentes y posibles contagios por la Covid-19, los obreros de uno y otro proyecto coincidirán durante el próximo mes y medio. Esto provocará un trasiego de trabajadores inusual en la refinería, solo similar al que hubo durante la ampliación de las instalaciones entre 2009 y 2011. La compañía invirtió entonces más de 3.200 millones de euros y trabajaron un número similar de profesionales.
Así lo anunció ayer el director de la refinería, Antonio Mestre, en una rueda de prensa para dar a conocer los detalles de los trabajos de mantenimiento, que este fin de semana ya darán inicio con la parada de las unidades de conversión e hidrotratamiento, las que serán revisadas y renovadas. En estos trabajos, Repsol prevé invertir 75 millones de euros. Es la «mayor parada de modernización que hemos hecho hasta ahora desde que fue ampliada la planta», aseguró Mestre.
El área de conversión es la encargada de aprovechar los restos de crudo destilados en las áreas de refino para convertirlos en gasoil y gasolina, fundamentalmente. La de hidrotratamiento es la que limpia el petróleo de impurezas, como el azufre, el nitrógeno y el vanadio. Es la parada más grande hecha hasta ahora, no solo por la cuantía de la inversión, sino porque para llevarla a cabo durante el próximo mes y medio necesitará una media de 1.200 trabajadores al día, aunque habrá picos, «al menos de diez días», aseguró el director de la refinería, con dos mil obreros.
Para la ejecución de los trabajos, cuya planificación comenzó hace dos años, Repsol se apoyará en empresas auxiliares. Participarán sesenta firmas en total, de las que 35 tienen su sede en la comarca y en el resto de la Región.
«De los 90 contratos de trabajo firmados en proyectos, el 63% serán asumidos por las empresas locales», incidió Mestre. A las 35 personas que han desarrollado la preparación de la parada, se sumarán, para los trabajos de ejecución, alrededor de 360 profesionales de la plantilla propia, y otros 25 procedentes de otros centros industriales de la compañía.
75 millones es lo que gastará la multinacional en la parada de mantenimiento.
188 millones es la inversión prevista en la construcción de la planta de biocombustible.
La organización de los trabajadores no es una tarea fácil. Para ello, se requiere que cada movimiento de una máquina o de un obrero esté perfectamente planificado, desde que accede a la obra hasta que sale. La seguridad es una de las premisas en que más hincapié hace la dirección del complejo industrial, de ahí que cada uno de los trabajadores que participe deberá superar una serie de cursos enfocados a la prevención de riesgos laborales. La planificación ha estado acompañada de un plan de formación para todos los empleados involucrados, tanto internos como externos, que ha permitido impartir 30.000 horas de formación específica.
A este desembolso hay que sumar los 188 millones de euros que Repsol va a invertir en la construcción de la primera planta de biocombustibles avanzados de España. Durante la fase constructiva dará empleo a 640 trabajadores de empresas auxiliares de media al día, aunque habrá momentos en que el número de trabajadores alcanzará el millar.
Será la primera fábrica de la multinacional dedicada a la elaboración de carburantes a partir de grasas, residuos de la industria agroalimentaria y aceites usados de origen vegetal, entre ellos, los de las cocinas. La intención es convertir esos sobrantes en carburantes de última generación para coches y aviones.
La dirección está a la espera de recibir la licencia de obra del Ayuntamiento de Cartagena para iniciar los trabajos, una vez que ya tiene el permiso de la Autoridad Portuaria para obras complementarias que llevará a cabo en el puerto. Esperan recibirla en las próximas semanas.
Uno de los principales objetivos que se marca la refinería de Repsol en la parada de mantenimiento de sus unidades de conversión e hidrotratamiento es mejorar la eficiencia energética y reducir sus emisiones de CO2 a la atmósfera. Solo a esto ultimo, la multinacional destinará 25 millones de los 75 que tiene previsto invertir en el próximo mes y medio.
En concreto, según explicó ayer el director del complejo industrial, Antonio Mestre, «se van a poner en marcha medio centenar de iniciativas que van a suponer un ahorro de 68.000 toneladas de CO2 anuales, lo que equivale a la absorción de un bosque con una extensión similar a 13.600 campos de fútbol».
Entre las nuevas inversiones, destacan la puesta en marcha de un nuevo compresor en una de las antorchas de la refinería, la instalación de un precalentador en el horno de la unidad de 'topping' y la colocación de una nueva columna en la misma unidad, que permitirá incrementar la eficiencia de su operación. Estos proyectos forman parte de las líneas marcadas por Repsol en su Plan Estratégico 2021-2025, para avanzar en la transformación industrial y convertir la refinería en un polo multienergético.
Además de los nuevos proyectos, la parada va a permitir la inspección de 450 equipos, 1.640 válvulas, 192 torres y depósitos, 232 intercambiadores y 22 reactores. Destacan los trabajos de revisión y renovación que se van a realizar en la unidad de cóquer, la más grande de España, y que tiene una altura equivalente a un rascacielos de 36 plantas. En concreto, usando la última tecnología, serán inspeccionadas sus cuatro cámaras, con 41 metros de altura cada una.
Mestre resaltó «la clara apuesta de Repsol por Cartagena y por mantener su refinería como un referente industrial, tecnológico, sostenible y competitivo», que permita seguir generando valor social y económico en la ciudad y la Región de Murcia. Máxime, añadió, en un momento difícil para muchos sectores como consecuencia de la pandemia. Concluyó resaltando que solo en inversiones en paradas de mantenimiento, su compañía invertirá este año 90 millones. La otra fue la realizada en el área de lubricantes a principios de este año.
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