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La denuncia de los vecinos de Mar de Cristal respecto a la falta de un sistema de evacuación en la balsa antirriadas promovida por la Comunidad Autónoma para evitar inundaciones en el pueblo ha llevado a realizar obras urgentes para corregir esta deficiencia. Dos meses después de la gota fría de septiembre, durante la que el depósito no frenó la avenida de agua porque estaba lleno desde mayo y carecía de una tubería de desagüe, la Comunidad de Regantes Arco Sur está ultimando las obras necesarias para solventar este problema.
Según confirmaron a 'La Verdad' fuentes de este colectivo agrícola, la balsa ha sido dotada de una canalización que permite llevar el agua almacenada hasta la red de suministro de Arco Sur, una vez finalizadas las lluvias. Según los cálculos realizados, este aliviadero facilita un vaciado progresivo a lo largo de un mes, con la ventaja de que este caudal no es vertido al Mar Menor o al Mediterráneo, sino que es reutilizado para el riego de cultivos en esta zona del municipio de Cartagena.
Fuentes de la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente señalaron que, tras conocerse que la balsa no estaba preparada para proteger a la población, el Gobierno regional instó a los regantes a tomar medidas correctoras. La previsión manejada por la consejería que dirige Antonio Luengo era que la «instalación de vaciado» acabara el 28 de octubre, para tenerlo listo ante nuevas lluvias torrenciales. Los trabajos han sufrido una demora, pero los regantes aseguran que están a punto de conectar la balsa -que tiene una capacidad de 90.000 metros cúbicos- a su infraestructura, previo paso de la tubería por una finca privada.
Ante la polémica generada por la forma en que fue construida esta balsa -que también estuvo llena durante la 'minidana' del mes pasado-, la Consejería aseguró que no estaba entre sus obligaciones supervisar el estado de este depósito. Sin embargo, al final el Ejecutivo autonómico ha intervenido respecto a una instalación construida al amparo del «Proyecto de acciones correctoras frente al riesgo de inundaciones» en Mar de Cristal e Islas Menores, que impulsó la propia administración regional tras las inundaciones de los años 2011 a 2015.
Aun así, a través de un portavoz, la Consejería ha insistido en la afirmación de que éste y otro proyecto similar realizado en Los Nietos no incluyeron las «infraestructuras de vaciado». «Únicamente» abarcan «la construcción de infraestructuras como balsas y canales o motas de conducción de agua», concretaron en la Comunidad. Y agregaron que, a la vista de la declaración ambiental simplificada del embalse de Mar de Cristal, días atrás la Consejería «instó por escrito al promotor, la Comunidad de Regantes de Arco Sur, a su cumplimiento». En realidad, según la documentación sometida a información pública el promotor de estos proyectos fue la Dirección General del Agua de la Comunidad.
Respecto a la otra balsa edificada en Los Nietos, en Arco Sur indicaron que sí está conectada a la red de riego general. Lo que sucedió en los dos últimos meses es que, al igual que en el caso del propietario de la finca de Mar de Cristal, el dueño decidió en mayo almacenar el agua para los cultivos de otoño-invierno. En ambos casos, aseguraron, los depósitos siempre serán vaciados para recoger los aportes de nuevas precipitaciones.
Fuentes conocedoras de estos expedientes aseguraron que lo ocurrido con las balsas ha generado preocupación y malestar entre los funcionarios de la Comunidad. La plantilla ha mostrado su inquietud por el hecho de que un juzgado de Cartagena mantiene abierta una investigación sobre las inundaciones de Mar de Cristal, Los Nietos y otras poblaciones de la ribera sur del Mar Menor. En esta causa, están imputados por diversos presuntos delitos diecisiete empresas y un exalto cargo de la Dirección General de Carreteras por la puesta en regadío de terrenos, previa roturación y orientación de bancales hacia la laguna, y por permitir canalizaciones, diques y otras obras en zonas de cultivo intensivo.
El enfado está relacionado con el hecho de que la Comunidad autorizó las balsas sin tener en cuenta, siempre supuestamente, algunas exigencias planteadas por los técnicos en distintos informes. Entre otras cosas, indicaron que la Dirección General del Agua afirmó que «la hipótesis de que los embalses estén vacíos en el inicio del episodio de lluvia de periodo de retorno de 100 años, se entiende como básica»; y ello, sobre la base de que «parte del mantenimiento de los embalses será dejarlos vacíos a la mayor brevedad tras un episodio intenso de lluvia, por ejemplo utilizando otros embalses de regulación a los que se pueda bombear los volúmenes de los embalses proyectados».
Así lo recogió una resolución dictada el 30 de octubre de 2017 por la Dirección General de Medio Ambiente, en relación con el informe de impacto ambiental de la balsa de Mar de Cristal. Ese documento indica, respecto a la «contingencia» del sistema de vaciado, que la Dirección General del Agua planteó «una solución no contemplada ni presupuestada en el proyecto, y sin embargo, básica». Se trataba de incorporar «una infraestructura de interconexión entre distintos embalses que pueda permitir, a la mayor brevedad, el vaciado de dichas infraestructuras de retención-laminación». Lo cierto es que esa medida no se aplicó y ahora ha tocado correr para blindar, esta vez sí, a vecinos y viviendas.
El Gobierno regional asegura que las «infraestructuras que quedan por construir» para evitar inundaciones en las localidades de la zona sur del Mar Menor serán construidas, «en todo caso, sin el amparo del convenio de colaboración entre Arco Sur y la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería, Pesca y Medio Ambiente». El motivo es que «ya ha vencido el plazo de vigencia del mismo», es decir dos años. Una de las instalaciones planteadas en ese acuerdo de cooperación, y que al final ha quedado pendiente, es un embalse en Los Nietos. Un portavoz de la Consejería indicó que el «órgano ambiental» solicitó a los regantes, que sometiera el proyecto a una evaluación ambiental ordinaria. El motivo era analizar el impacto conjunto de estos embalses en el entorno de la laguna. Como esa evaluación es «un trámite que el promotor no ha realizado, se entiende que desiste de la realización del proyecto», añadieron en el Ejecutivo regional.
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