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Entrega de trofeos a los caballistas que exhibieron sus animales en la plaza.

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Entrega de trofeos a los caballistas que exhibieron sus animales en la plaza. Antonio Gil / AGM

San Antón recupera las bendiciones en Cartagena

Los vecinos y la iglesia recuperan la bendición de los animales en unas fiestas mermadas por la Covid y la situación social del barrio

Martes, 18 de enero 2022, 00:53

Tras un 2021 sin fiestas, los vecinos de San Antón se encontraron ayer con la tradición. En el día en que oficialmente acaban las pascuas, festejaron el día de su patrón recuperando solo una pequeña pero importante porción de la fiesta y la costumbre: la bendición de los animales. La situación de la pandemia obligó a suspenderla hace un año y ayer fue retomada extremando las medidas de prevención sanitarias. Quizás por ello y por ser lunes hubo menos gente que de costumbre.

Aves, reptiles, ponis, caballos y, sobre todo, perros fueron rociados con agua bendita por el párroco Saúl Sánchez Fernández en la inveterada ceremonia que tiene lugar cada festividad de San Antón en la plaza de la iglesia. Allí estuvo acompañado por otros sacerdotes con los que antes concelebró la eucaristía y por las autoridades locales, encabezadas por la alcaldesa, Noelia Arroyo.

A la puerta del templo volvió el puesto de rollicos bendecidos de San Antón, con algunos de ellos sueltos y a merced de las jóvenes solteras, que, como es costumbre, deben robar uno si quieren encontrar novio.

La nueva directiva de la Asociación vecinal, que preside Fernando Gallego, y la parroquia han recuperado este año las actividades esenciales de la fiesta. Han quedado pospuestos para mejores tiempos aspectos lúdicos y de ocio, como los bailes del vermut, las tómbolas y los caballitos y las degustaciones de pulpo asado en las planchas que los pocos bares que quedan en el barrio suelen instalar en la calle. Solo unos pocos lo sirven este año dentro.

El Casino, centro neurálgico de las actividades, acogió una exposición de artículos y moda artesana elaborado por los colectivos de mujeres, donde se integran inmigrantes de distintas procedencia. La multiculturalidad es la nueva esencia de uno de los barrios más castizos de Cartagena, pero también de los más deprimidos y envejecidos.

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