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La calle Puerta de Murcia y el entorno del Icue a rebosar de gente durante la pasada edición de las Cruces de Mayo. ANTONIO GIL / AGM
El plan para la suspensión de los límites acústicos en Cartagena recibe cinco alegaciones

El plan para la suspensión de los límites acústicos en Cartagena recibe cinco alegaciones

Tres de las aportaciones ciudadanas al documento proceden de particulares y las otras dos de asociaciones, entre ellas Cartagena Sin Ruido

Domingo, 6 de abril 2025, 07:49

No son pocas las urbes que buscan limitar en la medida de sus posibilidades los ruidos, sobre todo los procedentes del tráfico, por medio de carriles bus y bici, vehículos eléctricos o peatonalizaciones. Pero hay épocas del año donde disparar el sonómetro es prácticamente inevitable. Al menos si lo que se quiere es tener una rica y variada agenda cultural y, al mismo tiempo, revitalizar un casco histórico cada vez más inhabitado e inhabitable por el abandono de viviendas.

Para elevar los decibelios en la vía pública, el Ayuntamiento requiere de justificación documental que le permita disponer de las calles a su antojo y eludir posibles consecuencias legales por la suspensión temporal de los objetivos de calidad acústica. Estos momentos álgidos en ruido a lo largo del año los protagonizan en la mayoría de ocasiones las propias concejalías, pero también la más variada gama de entidades sociales y festivas. Así se refleja en el estudio de incidencia acústica encargado por el área de Alcaldía, Turismo y Cultura, el cual finalizaba esta misma semana su periodo de exposición pública.

Las claves

22 eventos

conforman el conjunto de actos culturales y festivos analizados por el estudio.

El plazo de 20 días hábiles para estudiar y leer detenidamente el documento rubricado por la empresa Acre Ambiental a inicios del pasado febrero concluyó, según trasladan fuentes del equipo de gobierno a este periódico, con un total de cinco alegaciones. Según reseñan, dos procedían de asociaciones y otras tres de particulares, detallan sin desvelar el nombre de las mismas. Este diario ha podido confirmar que una de las entidades alegantes es Cartagena Sin Ruido, según confirma su portavoz, José Galindo, implicado en la lucha contra la contaminación acústica en el corazón del casco antiguo.

Según destacó el propio Consistorio en una nota de prensa, esta es la primera vez que cumple al sacar a exposición pública el calendario de eventos potencialmente ruidosos.

En total son 22 eventos, entre los que figuran fiestas, espectáculos y acciones culturales, como Carnaval, las Cruces de Mayo, Rock Imperium, La Mar de Músicas, Trovalia, Carthagineses y Romanos o Navidad, especificando cuándo y dónde se celebran.

14 epígrafes

Sobre esa base, el estudio de Acre Ambiental evalúa cada uno de los eventos festivos y las posibilidades que existen de reducir el impacto acústico de los mismos. En este sentido, la mercantil contratada estudia si, desde el Ayuntamiento, se han tenido en cuenta diferentes aspectos como la ubicación misma del evento, la orientación del escenario, el horario, la duración, las medidas de aislamiento acústico, los equipos de reproducción y así hasta un total de 14 epígrafes para concluir a continuación si las medidas de mejora sugeridas se aplican o no, o si directamente son imposibles de llevar a cabo.

Como resultado del análisis, según se desprende del documento, no hay ni un solo evento de todos los analizados que aplique todas y cada una de las sugerencias que la empresa estima oportunas para mitigar el impacto sonoro de los eventos estudiados en sus diferentes ubicaciones. O lo que es lo mismo, todos ellos son susceptibles de implementar mejoras para evitar molestias vecinales.

El estudio, además, incluye una serie de mapas en los que se refiere a aquellos espacio del centro de la ciudad que presentan mayores niveles de ruido fuera de cualquier evento, tanto en periodo diurno, como nocturno y vespertino. En términos generales, los registros de ruido más elevados se dan en la parte baja de la Alameda y en la plaza de España. Espacios a los que le siguen la cuesta del Batel, el entorno próximo a Héroes de Cavite y el extremo occidental del muelle de Alfonso XII.

Con el periodo de presentación de alegaciones terminado, ahora deberán ser los técnicos municipales los que resuelvan si las aportaciones deben ser atendidas e incorporadas al documento o si, por el contrario, son rechazadas y el documento se aprueba.

  1. Piden que se incluya entre los eventos ruidosos la Semana Santa

Cartagena Sin Ruido, en su alegación, evidencia que los documentos que se aportan no expresan de forma clara y precisa el cómputo total del número de horas de afectación por ruidos y vibraciones y los días que median entre cada evento que se celebra en una misma ubicación, ni el número de personas afectadas, ni las mediciones dentro de las viviendas.

Asimismo, la entidad señala que no figura en el calendario festivo la Semana Santa y piden que se haga un estudio pormenorizado al ser uno de los eventos que más ruido genera en el centro. Asimismo, señalan que los mapas con las mediciones de ruido son similares a los que se emplean para medir la contaminación acústica por tráfico.

Para la asociación encabezada por José Galindo, los niveles preoperacionales para realizar esta evaluación en el casco histórico no son válidos, y señala que a menudo el corazón antiguo de la ciudad se cierra al tráfico para los cruceros y la principal fuente de ruido la representa la hostelería, así como la limpieza viaria y la recogida de basuras en las madrugadas.

Para Cartagena Sin Ruido la suspensión de los objetivos de calidad acústica suspende el derecho a un medio ambiente sano y una vivienda digna.

Derechos fundamentales

Suscriben que el hecho de que se haya declarado un evento de especial proyección hace que el interés general se reduzca, a su entender, «al aspecto lúdico y económico bajo el epígrafe de cultural, que es un subterfugio. Ese interés no es suficiente para justificar la violación y supresión continuada de los derechos»

Asimismo, alertan de que el exceso de contaminación acústica puede tener consecuencias negativas sobre el patrimonio histórico. En este sentido, defienden que, si para cualquier evento en un entorno protegido se precisa de permiso de la Consejería de Cultura, también se debería requerir y valorar los ruidos y vibraciones que dicho evento generan sobre los materiales envejecidos de los monumentos.

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