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RUBÉN SERRANO
CARTAGENA
Martes, 24 de abril 2018, 07:23
Recibir una multa de tráfico por no pagar la tarifa de la Ordenanza Reguladora de los Aparcamientos (ORA) cada vez es menos habitual. Al menos así lo muestran los datos de los últimos seis años de Estacionamientos y Servicios (Eysa), la empresa que gestiona las plazas de pago en la ciudad: los revisores han reducido en un 41,5% el número de sanciones a los conductores. En concreto, en 2011 pusieron 47.985 y el año pasado, 19.920, según fuentes municipales y de la sociedad consultadas por 'La Verdad'. La tendencia ha ido a la baja desde entonces.
Este reducción «significativa» de las multas está motivada, según el edil de Seguridad, Francisco Aznar, por la precaución de los ciudadanos, más pendientes de que no se les pase la hora del ticket; el uso del transporte público; la aplicación móvil y los aparcamientos disuasorios próximos al casco histórico, como el de La Conciliación, en el Barrio de la Concepción (a escasos metros del centro universitario ISEN), y los solares del Monte Sacro, la Casa del Mar, la explanada del restaurante Techos Bajos, el Mandarache y el entorno del estadio Cartagonova. En algunas zonas, los operarios pintaron marcas de estacionamiento en batería, para triplicar las plazas.
19.920 infracciones hubo el año pasado, por sobrepasar la hora o carecer de ticket. En 2011 fueron 47.985.
3.134 son las plazas de la ORA, distribuidas en el Ensanche, San Ginés y casco histórico. Hay 25 revisores.
«La crisis económica también ha afectado», según Aznar, para que los ciudadanos estén más pendientes de la hora del ticket. «La gente sigue aparcando igual, pero en mi caso presto mucho atención. Las multas son abusivas y más vale no recibir ninguna», criticó uno de los usuarios, Francisco Javier Ros, en la calle Real. No en vano, la ordenanza sanciona con 60 euros a los automovilistas que tienen el billete caducado más de una hora, y con 80 y el posible traslado del vehículo al depósito a los que no abonan la tarifa en el parquímetro y, por lo tanto, carecen de él.
Sin embargo, la normativa de estacionamiento sí es más flexible para abonar la multa. Los infractores pueden pagar solo la mitad si la abonan en un plazo de 20 días, a contar desde la fecha en que se recibe la notificación. Además, la sanción es anulable si ha pasado menos de una hora desde que el revisor dejó la nota pegada en el parabrisas del coche. Esta operación, no obstante, conlleva un gasto de 3 euros. Caso más grave es utilizar un billete manipulado, que está castigado en el Código Penal por falsedad documental.
La otra razón que ha llevado a reducir las sanciones, según Aznar, es que desde 2015 existe una aplicación móvil ('eparking') que permite el pago desde cualquier lugar, sin necesidad de sacar el ticket ni colocarlo en el parabrisas. «Es más cómodo y lo puedes controlar, estés donde estés». Para usarla es necesario crear una cuenta, dar la matrícula, los datos de la tarjeta de crédito y el nombre. «A mi mujer la multaron un día; estaba en el trabajo y no pudo salir a tiempo. Desde que tiene la 'app', ya no le pasa, está más pendiente», sostuvo Miguel Ángel Segura, vecino de El Algar, tras aparcar en la explanada del Cartagonova.
A preguntas de este diario, un portavoz de la empresa Eysa aseguró que el pago por el móvil «reduce las denuncias», aunque no supo aclarar cuántos usuarios la tienen instalada en la ciudad. También confirmó que «los reincidentes en no pagar la ORA prácticamente han desaparecido, porque hay más conciencia». Aclaró que la bajada no se debe a la reducción de inspectores. «Hay 25», distribuidos en el Ensanche, casco histórico y San Ginés, «los mismos que en 2011», para controlar las 3.134 plazas de pago que hay.
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