María Teresa Cervantes, la poeta errante de Cartagena
Obituario ·
Secciones
Servicios
Destacamos
Obituario ·
Cartagena despide a una de sus hijas más ilustres, la poetisa y educadora María Teresa Cervantes Gutiérrez, quien falleció días atrás dejando tras de sí un legado inmenso y profundo en la cultura y el arte de nuestra ciudad y más allá. Nacida en 1931, ... su vida fue un periplo de experiencias, un viaje constante que la llevó a transitar por distintos países, pero sin perder nunca de vista su conexión con su ciudad natal. La vida de María Teresa fue la de una mujer errante, pero también la de una mujer que, en su errancia, fue construyendo un camino único, lleno de sabiduría, de poesía y de humanidad.
Recuerdo con enorme gratitud las distintas ocasiones que tuve el privilegio de pasar con María Teresa. Fueron momentos íntimos, impregnados de serenidad, donde su entorno –lleno de libros, de recuerdos, de ausencias y soledades– reflejaba perfectamente la complejidad y la profundidad de su alma. Cada rincón de aquellas casas hablaban de su vida y de su obra, de los lugares que había recorrido y las personas que habían dejado su huella en su memoria. Sentarse a hablar con ella fue como escuchar el latido mismo de la historia de Cartagena, una historia que ella misma ayudó a escribir con sus versos, con sus reflexiones y con su incansable búsqueda de la verdad y la belleza.
María Teresa Cervantes siempre fue una mujer sin vanidad, una poeta elegante y abierta, libre en todos los sentidos posibles. Desde su juventud, cuando comenzaba a formar su carácter y sus inquietudes, supo que el mundo era mucho más vasto que los confines de su ciudad, y que su alma necesitaba volar, conocer, aprender y vivir intensamente. Pronto dejó Cartagena para iniciar un camino de exploración personal y artística que la llevaría a lugares tan diversos como los Pirineos franceses, París y Bonn. En cada uno de esos lugares, sin embargo, llevó consigo un pedazo de su tierra, una conexión espiritual que siempre reflejó en su poesía.
Fue en París donde se diplomó en Literatura Francesa en la Universidad de la Sorbona, uno de los muchos logros que marcaron su carrera como educadora y como escritora. En Francia y Alemania, dedicó gran parte de su vida a la enseñanza de la lengua y la cultura española a los hijos de emigrantes, una labor que ella utilizó con la misma pasión y compromiso con el que vivió cada etapa de su vida. Pero, más allá de su labor educativa, María Teresa nunca dejó de escribir, nunca dejó de componer versos que reflejaban sus inquietudes más profundas, su búsqueda del amor, de la belleza y de la verdad.
Pero si algo marcó de manera indeleble la vida de María Teresa fue su relación con Cartagena y con la comunidad cultural que encontró en su juventud en la calle Subida de la Morería nº 4. Allí, en el estudio del maestro Vicente Ros, María Teresa, joven e inquieta, comenzó a forjar su camino en el arte y la cultura, rodeado de una comunidad que, como ella, ansiaba la creatividad y la convivencia. Aquel pequeño estudio se convirtió en un referente cultural para toda una generación, y allí fue donde María Teresa encontró por primera vez un espacio en el que su sensibilidad y su talento podían florecer.
En aquel lugar, durante más de treinta años, cientos de personas encontraron un espacio donde compartir ideas y experiencias, donde la creatividad no conocía límites. María Teresa, con su belleza y su carácter magnético, cautivó a todos los que la conocieron en aquel tiempo. Fue incluso musa para el maestro Ros, quien la inmortalizó en el lienzo de la Coronación de la Virgen por la Santísima Trinidad (1953), hoy expuesto en la iglesia de Santa María de Gracia. Este detalle es solo un reflejo de cómo la vida de María Teresa estuvo siempre conectada con el arte en todas sus formas, ya fuera como modelo, como poeta o como participante en tertulias literarias y artísticas.
Su vida fue un continuo compromiso con la literatura, pero también con la vida misma. Así lo expresó en numerosas ocasiones, como en su reflexión titulada 'La Lucha del Escritor', incluida en el libro homenaje 'Aquí y ahora': un tributo a su palabra, donde un numeroso grupo de poetas y artistas rindieron homenaje a su trayectoria. En ese texto, María Teresa reflexiona sobre el papel del escritor y su compromiso con su obra, señalando que la poesía es, ante todo, un compromiso con uno mismo, con la vida y con los que nos rodean. Para ella, escribir era un acto de supervivencia, una forma de conectarse con los demás y de compartir las inquietudes más profundas del alma.
Hoy, al despedirla, no podemos sino recordar su figura con un inmenso agradecimiento por todo lo que nos dejó. María Teresa Cervantes fue más que una escritora o una educadora; fue una guía, una fuente de inspiración para todos aquellos que buscamos en la literatura una forma de entender el mundo. Su obra es un testimonio de su vida, de sus luchas, de sus éxitos y de sus fracasos. Cada poema suyo es un reflejo de su alma, de su capacidad para sentir y para expresar lo inefable.
Aquella tarde en su casa, al despedirme de ella, tuve la sensación de haberla conocido siempre, aunque fuera la primera vez que hablábamos en persona. Tal vez fue su encanto personal, tal vez fue la inmensa sabiduría que irradiaba, pero lo cierto es que salí de su casa con la certeza de haber estado en presencia de una mujer excepcional, de una artista cuya obra y cuya vida permanecerán para siempre en nuestra memoria colectiva.
Gracias, María Teresa. Gracias por tus versos, por tu compromiso, por tu vida. Tu obra seguirá viva en cada rincón de Cartagena, en cada corazón que alguna vez haya sido tocado por la belleza de tu poesía. Te recordaremos siempre como la poeta errante que supo, mejor que nadie, captar la esencia misma del alma humana.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.