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Las lluvias llegaron el pasado fin de semana abundantes a todos los puntos del Campo de Cartagena, incluido a los terrenos contaminados de Zinsa ... . Los vecinos de Torreciega, en pie de guerra contra unos residuos que consideran nocivos para su salud, alertan de que los mismos habrían sido arrastrados parcialmente por el agua durante el sábado y el domingo. Así se lo han puesto de manifiesto en un escrito de denuncia dirigido al Seprona y al que ha tenido acceso LA VERDAD. En concreto, señalan que el grueso de los residuos desplazados por escorrentía se ubican en un punto de vertido autorizado por la Comunidad en el sector norte de la parcela donde se ubicaba la antigua fundición.
La denuncia, rubricada por Pedro Gálvez en representación de la Plataforma de Suelos Contaminados de Cartagena, recuerda que el 20 de agosto de 2024 el Juzgado de Instrucción número 5 de Cartagena dictó auto de medidas cautelares por el que acordó el sellado de las celdas de residuos peligrosos. No obstante, señala que «hasta la fecha, las medidas no han sido adoptadas ni por los propietarios y poseedores de los residuos, ni de forma subsidiaria por la Consejería de Medio Ambiente».
Entre otras cuestiones, Gálvez reseña en su denuncia que el vallado está dañado en varios de sus puntos, donde ha sido presumiblemente «sustraídos o cortados con alicates», lo que, dice, está permitiendo el acceso de personas y mascotas a los terrenos que deben ser objeto de descontaminación y propiedad de la mercantil Cartagena Parque.
«Estos residuos en estado de abandono están siendo erosionados y dispersados por la acción erosiva del viento y el agua, alcanzando nuestras viviendas y espacios públicos, la rambla del Hondón que desemboca en el puerto de Cartagena, las aguas del acuífero subyacente a la parcela y los suelos agrícolas cultivados en los espacios subsidiarios», indica a los agentes del Seprona.
Gálvez reseña fotográficamente los puntos donde se encuentran amontonados los residuos, restos y escoria procedentes de los derribos y de la extinta actividad siderometalúrgica, así como una captura del sistema de seguimiento pluviométrico de la CHS, donde se muestran acumulados de lluvia el pasado fin de semana superiores en algunos puntos de la comarca a los 70 e incluso a los 80 litros por metro cuadrado. «Debido a las intensas lluvias, los residuos peligrosos han sido erosionados y transportados fuera de la parcela mediante escorrentía superficial en sentido estricto, es decir, aquellas aguas que han sobrepasado el perímetro de la finca en su sector sur, filtrándose bajo el vallado perimetral y fluyendo hasta alcanzar la rambla del Hondón», denuncia Gálvez.
Una situación que, alega ante la Guardia Civil, también alcanzó los sistemas de alcantarillado «que recoge las aguas en el área de fabricación y las conduce al exterior mediante un encauzamiento subterráneo. Este sistema –alerta– desemboca en un canal de hormigón que vierte directamente sus aguas a la rambla del Hondón».
Esta escorrentía, a juicio del representante vecinal, tuvo un volumen que puede calcularse a partir de la pluviometría registrada y la superficie de la parcela. En ese sentido, estima que el vertido alcanzó aproximadamente 41.500.000 litros de aguas contaminadas. Todo ello, resalta, «con pleno conocimiento de la Dirección General de Medio Ambiente, que, a nuestro entender, esta omitiendo sus atribuciones que le son conferidas de vigilancia».
Gálvez reseña también y muestra a través de un vídeo cómo, tras cesar la llovizna, el agua queda estancada en depresiones internas de la parcela facilitando, denuncia, su infiltración al subsuelo. Del mismo modo, indica que cuando el agua se evapore también precipitará y, junto al viento, favorecerá aún más la dispersión de los contaminantes. Elementos que, señala, ya se dispersan con el paso de los servicios de limpieza, con sus sopladoras y barredoras.
«Las partículas tóxicas, al ser transportadas y depositadas en todo el barrio, incrementan la exposición de los habitantes de Torreciega a través de ingestión, inhalación y contacto dérmico, siendo los niños la población más vulnerable», critican.
Asimismo, fuera de lo pluviométrico, Gálvez aprovecha para cargar contra los camiones enviados por la Consejería para la retirados de residuos líquidos peligrosos. Asegura en su escrito al Seprona que no iban debidamente identificados, ni «se implementaron medidas correctoras destinadas a evitar la dispersión de contaminantes, como el lavado de ruedas y bajos de los vehículos».
Asimismo, adjunta un vídeo donde asegura que se puede observar el agua fluir desde el interior de la parcela de Zinsa hacia la calle Titio Livio, en el polígono Cabezo Beaza. Incluso adjunta imágenes en las que se observa las balsas de residuos como ácido sulfúrico al límite de su capacidad. También la formación de cárcavas y grietas en algunas de las celdas.
Por todo ello, el portavoz de la plataforma solicita al Seprona una inspección ocular, un análisis de las aguas superficiales y subterráneas y de los suelos, un estudio geotécnico sobre la estabilidad de la celdas del vertedero, un control de la calidad del aire, así como que se verifique el estado de cumplimiento de las medidas cautelares acordadas en relación con el sellado de balsas.
Este periódico se puso en contacto con la Consejería de Medio Ambiente, que aseguró no tener conocimiento de la denuncia y no entró a valorar las medidas solicitadas por los vecinos.
La Comunidad Autónoma ha venido ejerciendo de manera subsidiaria hasta el momento las tareas de descontaminación ante la falta de acción de la propiedad de los terrenos. Precisamente la pasada semana el área de Medio Ambiente que dirige Juan Antonio Mata comunicaba que habían culminado con éxito la retirada de 500.000 litros de líquidos residuales catalogados como peligrosos de una de las balsas ubicadas en los terrenos de Zinsa.
La cantidad de líquido extraído y entregado para su tratamiento por parte de un gestor autorizado exigió el trabajo de unos camiones cisterna especiales con capacidad para 25.000 litros, según informó el Gobierno regional en un comunicado.
Ahora, los vecinos están a la espera de la continuación de esos trabajos. El director general señaló en esa misma nota que la segunda fase de retirada de contaminantes «ya está en marcha, pero en este caso se trata de líquidos catalogados como 'no peligrosos' en otras estructuras existentes en los terrenos».
En octubre del pasado año, reseñaban, el Gobierno regional exigió, a través de un oficio, a Cartagena Parque, la mercantil propietaria, la retirada de los residuos líquidos acumulados en una de las estructuras existentes en la parcela, después de que los Servicios de Inspección de la Dirección General de Medio Ambiente constataran en junio que se encontraba lleno de líquidos el acopio subterráneo cubierto con viguetas.
La parcela en la que se ubicaba Zinsa ocupa más de cuarenta hectáreas y fue declarada suelo contaminado en diciembre del año 2009.
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