

Secciones
Servicios
Destacamos
De Ayman, un niño argelino de 11 años, no hay una foto que sirva de testimonio incontestable de su tragedia y que despierte conciencias en el mundo como la del pequeño Aylan Kurdi, ahogado con solo tres años de edad en el Mediterráneo, en la costa de Turquía, en septiembre de 2015. De Ayman tampoco hay una instantánea como la de Valeria Martínez, que en junio de este año pereció en brazos de su padre, Óscar, con solo un año y once meses, cruzando el río Bravo en dirección a Estados Unidos.
Pero los testimonios recabados el pasado 24 de septiembre por agentes de la Policía Nacional entre seis inmigrantes rescatados a solo 20 millas de Cartagena, tras volcar la patera con la que intentaban llegar a España, muestran con crudeza el trágico destino de Ayman, otro crío ahogado en el Mediterráneo en una de las rutas de la inmigración clandestina donde operan las mafias. Según pudo confirmar ayer 'La Verdad', el niño era el único menor entre las siete personas que viajaban en la barcaza y, al no saber nadar ni tener a mano un chaleco salvavidas, murió ahogado a la vista de los adultos, entre los que había un familiar.
Ayman se convierte, así, en la primera, y por ahora única, víctima mortal reconocida por las autoridades en la reciente oleada de pateras ocurrida en la Región de Murcia. Además, su caso ha acabado en los tribunales, porque una juez investiga si los seis adultos que iban en la patera le dejaron morir y si, en caso afirmativo, son responsables de un delito de homicidio por imprudencia.
Dos días después del naufragio, la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Cartagena, María Antonia Martínez, tomó declaración e imputó por un presunto delito de homicidio por imprudencia a los seis supervivientes del naufragio, todos ellos hombres y que, según fuentes cercanas a la investigación, tienen entre 20 y 30 años de edad.
A través de una portavoz, el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Región de Murcia confirmó a este diario que los seis investigados fueron puestos a disposición de la magistrada por la Policía Nacional, que los detuvo tras interrogarlos y advertir en su conducta indicios de delito.
Fuentes de la Jefatura Superior de Policía en la Región indicaron que, a la vista de los relatos obtenidos por los agentes especialistas en Extranjería, estos individuos fueron trasladados al Palacio de Justicia para que prestaran declaración como supuestos autores de los delitos de homicidio por imprudencia y de favorecimiento de la inmigración ilegal.
La juez, que estaba en funciones de guardia y cuyas diligencias han sido asumidas por el Juzgado de Instrucción número 4, decretó para los seis imputados la puesta en libertad con cargos. Eso sí, al tratarse de personas que intentaron entrar de forma ilegal en el país, autorizó a la Policía a trasladarlas al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Sangonera (Murcia).
Los foráneos pasan por estas instalaciones de forma provisional, mientras el Ministerio del Interior tramita y ejecuta el expediente administrativo de expulsión del territorio nacional. En este caso, al estar el grupo de seis inmigrantes imputados por unos hechos especialmente graves -solo por haber actuado como patrones de barco o 'pateristas', varios argelinos han sido juzgados y condenados a penas de prisión en los últimos años-, su futuro está en manos de lo que determine la Justicia respecto al 'caso Ayman'.
A la espera de que la instructora, María del Mar Gómez, ordene, en su caso, nuevas diligencias, ha trascendido que los extranjeros salieron de la costa de Mostaganem, en Argelia. Debido a las condiciones del mar y a la precariedad de la embarcación -algunos indicios apuntan a que los argelinos cubrieron parte del trayecto en un pesquero utilizado como barco nodriza-, esta se desequilibró.
Los ocupantes dijeron, tras el rescate, que el constante movimiento de los bidones de gasolina influyó en el accidente y que no disponían de chalecos. Eso habría sido determinante para el ahogamiento del chiquillo, que no sabía nadar y que no aguantó los embates del mar como los demás, que se aferraron a las botellas y a la patera hasta la llegada de los equipos de rescate. Cuatro varones fueron trasladados al puerto cartagenero en un barco de Salvamento Marítimo, y dos, hasta Valencia en un helicóptero estatal.
Otras fuentes indicaron que la patera carecía de motor, por lo que el peligro de naufragio era mayor para los ocupantes. No obstante, todos los arrestados se negaron a declarar ante la juez, que decretó su imputación tras escuchar al representante de la Fiscalía. Días atrás, según fuentes de la investigación, familiares del chico fallecido se desplazaron hasta Murcia desde Francia para tratar de localizar al menor y formularon una denuncia por su desaparición.
Explicaron que el niño iba en la barca con un pariente, al parecer un primo de su padre, y que el objetivo final de ambos era pasar desde España a Francia y Alemania.
La avalancha de pateras, que según la Delegación del Gobierno ha implicado el reparto de 250 inmigrantes en distintos CIE de España y en centros de organizaciones sociales, se saldó también con otra persona imputada. Se trata del presunto patrón de una de las pateras interceptadas gracias a los medios tecnológicos y al despliegue conjunto de la Guardia Civil y Salvamento Marítimo, junto con medios aéreos de Frontex, la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.