Juan Pedro Hurtado, la voz del ímpetu

Juan Pedro Hurtado Carrillo (Cartagena, 1966), nació en la calle Jaén de la barriada Fuente Cubas. Desde su infancia andaba con el transistor escuchando la única emisora local, Radio Juventud en las voces de Salvador Escolar, José Antonio Moya y Paco Escudero. Su padre era militar y un gran aficionado a la radio y a los deportes, por eso desayunaban temprano escuchando las noticias, el Diario Hablado de Radio Nacional de España y Radio Gaceta de los Deportes con Juan Manuel Gozalo.

Nos lo cuenta: «Nos gustaba tanto que con mis amigos jugábamos a grabar en cintas casettes programas de radio caseros, inventando noticias del barrio y anuncios de los comercios circundantes a base de humorísticos pareados. Nos metíamos con aquellos vecinos que tenían mala sombra». Algo de eso realizaba quien esto escribe, junto a mis hermanos.

Ha visto la evolución vertiginosa de la radio en estas últimas décadas, pasando de las cintas casettes al satélite, internet o al teléfono móvil. Le parece imposible cómo podían trabajar en aquellos días, visto desde el presente. Con el fax, algo totalmente desfasado en la actualidad, ya alucinaron porque les evitó dictar los titulares por teléfono a la emisora central en Murcia. Puntualiza que el satélite supuso un gran avance al posibilitar de manera fluida las conexiones con Madrid y otras emisoras. Pero con efectos adversos, al condenar al paro a muchos compañeros en las emisoras locales, ganando más horas la programación nacional. Por ejemplo, ahora no hay personal local en los 40, se hace todo desde Madrid. Antes, la gente joven lo saludaba por la calle como expresión significativa de la cercanía que produce la radio de proximidad.

Ha sido un gran currante, durmiendo poco y con más kilómetros que el baúl de la Piquer. Estudiaba y trabajaba en una oficina en turnos de mañana y tarde. Los fines de semana laboraba como pinchadiscos en discotecas. Tres trabajos con 19 años. Considera que esta faceta es fundamental para entender su vida, por eso rememora que la oportunidad como disc-jockey le llegó de la mano de Juan Arroyo, al que considera hermano y maestro. Se presentó a un concurso de DJ de los 40 quedando segundo. La emisora organizadora le ofreció trabajo. Comenzó con música y ensanchó horizontes con magazine y deportes. Seis años y algunos meses en la SER y treinta y cinco en Onda Regional, lo que asciende a un total de cuarenta y un años acompañándonos con un micrófono.

Con esta última emisora ha recorrido millones de kilómetros para efectuar entre tres mil y cuatro mil retransmisiones deportivas, destacando el fútbol, fútbol sala y baloncesto. Comenta la trayectoria de los clubes de la ciudad. Se me antoja que es una metáfora de la propia historia de Cartagena, una sucesión vertiginosa de subidas y bajadas, de la gloria de la segunda división a la desaparición de la tercera, cuando para Juan Pedro el Éfese (en sus infinitas refundaciones) merecía estar en primera división conforme a la importancia de la ciudad.

Es el promotor del Weekend DJ Jimbee Fest, quien tuvo la idea y quien la desarrolla a lo largo de diez ediciones con amigos y la familia. Este mes de junio celebran la cifra redonda de diez festivales en el puerto de Cartagena, una convocatoria que alcanzó en su última cita los 14.000 espectadores al reclamo de los mejores DJ del momento, como Toni Aguilar, la estrella de la radio musical en España y B Jones, una compatriota que lo mismo pincha en Malasia que en cualquier ciudad de Suramérica.

Nadie duda que es un gran profesional honesto. No imparte lecciones de nada, comportándose con humildad, sabedor de que se encuentra en el último tramo de su trayectoria profesional. Pesa el cansancio de tantas millas en el cuerpo, observando que la gente viene pisando fuerte con la frescura y la chispa propia de la juventud. Juan Pedro sigue pensando en radio cuando sale del estudio. Así, durante las tardes consulta las redes sociales y piensa, buscando ideas inspiradoras para la jornada siguiente. No desconecta porque la radio forma parte de su vida. Ella le ha hecho conocer todos los rincones de España, por eso nuestro personaje es algo así como la guía Michelín para los amigos. Si salen de viaje no duden en consultarle acerca de buenos restaurantes y mejores parajes.