Después de cuatro años y medio desde que lo cesaran de su cargo como presidente de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Adrián Ángel Viudes (Murcia, 1940) sigue al tanto de todo lo que ocurre en el puerto, donde estuvo como máximo responsable desde 1996 a 2014. En junio de ese año Alberto Garre, el mismo que ahora le ha tentado para formar parte de su partido político, Somos Región, lo destituyó para «colocar a Antonio Sevilla». Este año, según estableció en su agenda, tendrían que haber comenzado a llegar los primeros barcos con contenedores a El Gorguel, que él impulsó, pero el proyecto que iba a revolucionar la economía regional está «muerto». El que se confesó durante años ser descendiente de Asdrúbal dedica ahora su tiempo a la lectura y a la escritura, a estar con los suyos y a ayudar en la parroquia del barrio murciano donde vive, Santo Ángel.
-¿Qué fue lo que le dijo exactamente el entonces presidente de la Comunidad Autónoma Alberto Garre cuando le comunicó que le cesaba?
-Entre otras cosas, que tenía que dimitir para poner a Sevilla. Y yo le dije: 'Alberto, que no se te ocurra declarar públicamente que me pides dejar el puesto para colocar a otro, porque el partido (el PP) no es una agencia de colocación'. Él, luego, argumentó que me sustituía, porque yo le había dicho que estaba cansado, algo que era mentira. Cuando me lo pidió, le requerí dos cosas: presidir el consejo de administración de junio, donde aprobaríamos las cuentas anuales que yo había hecho, y despedirme de mi gente el día de la Virgen del Carmen (16 de julio), la fiesta de la patrona de la Autoridad Portuaria. Me las aceptó, pero me dijo: 'No sé si Sevilla aguantará, porque está en el paro'. Pero unos días más tarde me llamó Valcárcel, por cierto, utilizando el servicio de secretaría de presidencia de la Comunidad, cuando él ya era eurodiputado, exigiéndome que dimitiera, y le dije que no. Me negué. Al día siguiente hicieron efectivo el cese sin más y sin respetar el acuerdo con Garre.
«Antonio Sevilla fue un mal presidente, sin embargo, Segado es diferente, hará muy buena labor»
-Se fue dolido.
-Mucho. Mucho. Eso no se puede hacer después de tantos años en el puesto y en el partido.
-Y después de cinco años y dos presidentes, ¿cómo ve el puerto?
-Bien. El anterior presidente regular, no por su gestión, porque el puerto ya tenía una inercia de crecimiento imparable. La único que le achaco es el mal ambiente que creó entre los trabajadores, porque es un hombre muy difícil. Nunca me llamó, aunque me ofrecí. Incluso me puso la proa para cualquier tipo de relación con los empleados portuarios. Sin embargo, con el actual, con Joaquín Segado, es diferente. Es un chico que me llama para pedirme consejo.
-¿Lo ve preparado?
-Antonio Sevilla era ingeniero de Caminos y fue un mal presidente, Segado ha dicho que solo tiene el Bachillerato, porque no le ha dado tiempo a más. Siempre ha estado en política. Eso, es verdad que no es buen ejemplo, porque excepto en política, en el resto de la sociedad necesitas estar preparado para escalar. Pese a ello, creo que hará una muy buena labor, porque sabe escuchar a los expertos. Y porque tiene a su alrededor a un equipazo.
-¿Qué le parece las inversiones que se han realizado desde que se fue, por ejemplo la de Camarillas?
-Dejé ciento y pico millones de euros en la caja, para comenzar a hacer El Gorguel, pero se han gastado en chorraditas, en muchas tonterías, entre ellas Camarillas. Es una obra que debía hacer Fomento por ley.
-Pero, ¿por qué asume ese gasto de 36 millones el puerto?
-36 millones es solo el proyecto, se habrá gastado mucho más. Lo asume, porque el puerto está a las órdenes del Gobierno regional. Por eso me quitaron.
-¿Qué ha pasado con El Gorguel?
-Los estudios más importantes ya estaban hechos. Lo teníamos todo. Incluso, el informe del Instituto de Estudios Económicos, que presentamos en Madrid, decía que el proyecto era totalmente viable. Solo nos faltaba el permiso de Bruselas.
«Le dije a Alberto Garre: 'No digas que me cesas para colocar a Sevilla; el PP no es una agencia de colocación'»
-Y, ¿qué paso entonces?
-Pues, un día me fui a ver al entonces presidente de la Comunidad, Ramón Luis Valcárcel, y le dije que el siguiente paso era que el Gobierno de España declarara este proyecto de Interés Nacional Económico Preferente, porque la declaración del Ejecutivo regional no valía para Bruselas. Y me dijo Valcárcel: 'Pues ahora mismo nos vamos a Madrid a ver a Soraya Sáenz de Santamaría para que lo lleve al Consejo de Ministros'. Pero pasaron días y meses. Cuando preguntaba solo me ponían excusas. Y un buen día tuve una llamada de una persona de Madrid de mi confianza que me dijo: 'Adrián, no te canses. No hay Gorguel. No se hará. Tenemos noticias de que ha sido una de las condiciones que Esteban González Pons, el encargado de hacer la lista del PP para Europa, le ha puesto a Ramón Luis para ser eurodiputado. Y le han dicho que se tiene que olvidar del Gorguel si quiere ir a Bruselas, porque de lo contrario, al puerto de Valencia lo hacemos bicarbonato'.
- Entonces, ¿fue moneda de cambio?
-Eso es, fue la moneda de cambio para que Valcárcel fuera en la lista al Parlamento Europeo de 2014.
-Y por qué si se descartó entonces, ¿el puerto ha seguido haciendo estudios y gastando ingentes cantidades de dinero en ellos?
-Pues porque se pueden hacer estudios de todo tipo para alargar una historia que se quiere mantener viva, pero El Gorguel está muerto. Es la única coartada para evitar decir: 'Señores, lo del Gorguel ya se ha acabado'.
- Pero antes del verano, el Consejo de Gobierno pidió al Estado que lo declarara proyecto estratégico de interés público.
-Me sorprendió, porque ellos saben que esto es mentira, tanto que ya no han vuelto a hablar de este tema.
-¿Este tren ya ha pasado? ¿Se ha perdido la oportunidad?
-Totalmente. Habríamos sido el primer puerto de España. Imagínese hasta dónde hubiéramos llegado. Con petróleo, graneles y los dos millones de contenedores, no habría habido quien nos superara.
-¿Se podría retomar ese proyecto?
-Tendría que ser una decisión política, del Gobierno regional. El puerto aquí ya no pinta nada.
-¿Confía en que pueda salir adelante algún día?
-Qué va. Que no nos cuenten milongas. Con este gobierno no, no sé si con otros que vengan, pero con este no.
- Y los inversores dispuestos a poner más de la mitad de la inversión, ¿dónde están?
- Todos se han perdido. Los chinos, por ejemplo, han invertido en Valencia, porque han visto que allí sí van en serio. El Banco Europeo de Inversión vino a vernos hasta en tres ocasiones a preguntar cómo iba el proyecto. Ellos iban a financiar la obra.
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