Los fruteros de Santa Florentina se desesperan por las obras

El motivo de esta cinta policial es que el Ayuntamiento de Cartagena tiene previsto renovar estos puestos situados muy próximos a la puerta principal, que corresponden a diez negocios. Por eso llevan desde el pasado lunes día 6 de marzo con esa especie de precinto.

Los vendedores fueron trasladados a otros puestos situados más atrás, con menos visibilidad, justo antes de la sección de pescadería. Este cambio ha hecho caer sus ventas hasta en un 50% en algunos de ellos. Es el caso del frutero Andrés Ruiz, que señaló también que el tenía dos puestos juntos y ahora le han trasladado a uno solo, que para él es «una caja de cerillas». No puede apenas moverse entre frutas, verduras y hortalizas. También se quejó de que «nos avisaron deprisa y corriendo que nos teníamos que cambiar de sitio por las obras, pero aún no han empezado ni sabemos cuándo lo harán, ni cuándo terminarán».

Los comerciantes trasladados lamentaron que les avisaron el viernes 3 de marzo de que el lunes 6 tenían que hacer el traslado por las obras. Han pasado más de diez días y la reforma no se ha iniciado, lo que está desesperando a los vendedores. Ellos creen que podrían seguir vendiendo en sus puestos habituales, ya que las obras no tienen aún fecha de inicio.

El contrato público se adjudicó a una empresa de La Palma, denominada Española de Obras y Servicios. La constructora informó ayer de que si por ella fuera hubiera empezado hace días la obra, pero que «falta que el Ayuntamiento dé luz verde para iniciar los trabajos». Los constructores avanzaron que harán una visita técnica al mercado entre el 20 y el 24 de marzo, pero indicaron que los trabajos no comenzarán esta próxima semana. Dijeron que será en los «próximos días». Desde la Concejalía de Comercio apuntaron que «todos los trámites de la contratación están cerrados para que las obras se inicien». El presupuesto es de 393.413,20 euros, impuestos incluidos. Y el plazo de ejecución es de cinco meses. Una vez concluidas las obras el Ayuntamiento garantizó que cada negocio volverá al puesto que estaba.

Los tenderos vieron «positivo» que el Consistorio reforme los puestos que ocupaban, porque estaban «muy antiguos». Aunque opinaron que hubiera sido mejor trasladarse el día antes de iniciarse las obras, y después de Semana Santa, cuando las ventas repuntan. Asimismo, lamentaron que los puestos temporales en los que están no reúnen las condiciones, y que incluso tienen que conectarse a la luz de otros negocios, que se la ceden con un alargador. Mercedes Vivancos, que vende frutos secos, comentó que «me han cambiado de sitio y me han dado un puesto sin techo. Ahora estoy continuamente cerrando las bolsas de frutos secos, porque si no los pájaros se los comen».

La asociación que aglutina a estos comerciantes tiene un despacho en el mercado, junto a los puestos precintados. El Ayuntamiento solicitó a su presidente, José García, que desaloje la pequeña oficina para su uso por el nuevo funcionario municipal responsable de mercados. García se niega a irse hasta que no le habiliten un espacio «prometido» en el nuevo parking subterráneo. El subsuelo ya está reformado, pero falta sacar a licitación los trabajos necesarios para equiparlo como zona de estacionamiento de vehículos y después su explotación.