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LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN
Sábado, 26 de noviembre 2022, 09:34
Catorce de junio de 1532, Real Chancillería de Granada, una institución cuya función era la administración de justicia en segunda instancia en el reino de ... Castilla, resuelve uno de los muchos pleitos que el concejo de Cartagena sostuvo con el de Murcia por distintas posesiones para sus términos concejiles.
Quizás el más famoso fue la disputa por el dominio sobre la Albufera del Mar Menor, pero hoy nos referiremos a otro no menos importante, el sostenido por la posesión de Campo Nubla.
Nos encontramos a principios del siglo XVI, con este pleito Cartagena ganó una dehesa que no era únicamente un gran pastizal, suponía un nuevo espacio agrícola de especial importancia para el desarrollo del Campo de Cartagena aunque fuera en detrimento del pasto común que hasta entonces era accesible a la ganadería trashumante.
Con esta ejecutoria o sentencia definitiva en el pleito contra los murcianos por la posesión de Campo Nubla, el cabildo cartagenero ganó una nueva dehesa o zona propia a la que podía impedirse el acceso a los ganados de la Mesta, ampliando de este modo los recursos propios en cuanto a la explotación agrícola, algo que realmente era importantísimo para el desarrollo del propio concejo de Cartagena en aquellos momentos.
¿Pero qué es el Campo Nubla? Actualmente es una diputación cartagenera que se encuentra a unos 17 kilómetros del centro urbano, sus límites son: por la parte norte con la diputación de La Aljorra, por el sur con la de Los Puertos, por el este con La Magdalena y por el oeste es limítrofe con el término municipal de Fuente Álamo, con una topografía variada en altura desde las elevaciones del Morro del Fraile y los Cabezos del Pericón y en donde los núcleos de Los Navarros, el Collado de la Cruz, Los Arroyos, el Rincón de Tallante, Los Escaveas, las Casas de Tallante, Los Paganes de Arriba, Lo Borete y La Manchica diversifican su poblamiento.
En 1532 era mucho más: una larga y estrecha franja de terreno que se extendía desde La Azohía hasta el actual Fuente Álamo, un gran lentiscar con tierra fértil y al abrigo de incursiones de piratas y berberiscos pero no por ello exenta de peligros al ser una tierra de frontera.
Un lugar de disputa entre dos concejos que intentaban incrementar sus términos en una pertinaz competencia que, en la mayoría de los casos, terminaban en los tribunales de justicia, resolviendo estos con ejecutorias y sentencias a favor de unos y en contra de los otros, pero que a lo largo de los siglos serían reiterativamente fuente constante de conflictos y pugnas.
El caso que nos ocupa, en esta ejecutoria, cuyo original documento se conserva hoy día en nuestro Archivo Municipal, constituyendo uno de sus principales tesoros documentales por la importancia y belleza propia de este magnífico códice, nos encontramos ante un documento que se encuentra encuadrado por una artística orla de policromada ornamentación en el que se incluyen figuras de dragones y aves.
Escrito en letra gótica, presenta un encuadre bien trabajado y de cierta calidad, su transcripción del castellano medieval corresponde al resumen de los problemas surgidos entre estos dos municipios ya planteados en época de los Reyes Católicos en cuanto a la ocupación por parte de habitantes de Cartagena de tierras y dehesas, así mismo como cacerías llevadas a cabo por esta mismos individuos y que en Murcia consideraban como términos comunes, hasta que esta ejecutoria falla a favor de los primeros.
Destaca la figura de medio cuerpo y a todo color del rey Carlos I, y abajo, el escudo de la ciudad representado por un castillo de oro en campo azul, levantado sobre peñas batidas por las azules olas del mar.
Está considerado como una de las primeras y mejores impresiones antiguas del escudo de la ciudad de Cartagena; la forma de este blasón es de un acaudado rudimentario, es decir según los tratados de heráldica un cuadrilongo redondeado por abajo en sus ángulos inferiores, terminando en punta en medio de su base y con una leyenda oval que dice: «De Cartagena este es el Castillo», para refrendar una vez más la condición de plaza fuerte de esta ciudad, todo un símbolo de fortaleza, su castillo sobre el Cerro de la Concepción que hoy desgraciadamente apenas podemos observar desde tierra o mar. Una pantalla arbórea crecida sin control e ilegalmente plantada lo está ocultando como lo que siempre ha sido, el símbolo y la seña de identidad de Cartagena.
En opinión de este cronista, el escudo actual de nuestro municipio, implementado en 1929 por Federico Casal, no refleja la autenticidad y la tradición del que aparece en este códice, pero eso sería cuestión de otro debate.
Hoy nos quedamos en Campo Nubla, de cómo pasó a formar parte de nuestro municipio incluso teniendo que pelearlo durante muchos siglos después de ganar esta ejecutoria. Solo un dato: en el año 1774 habían pasado 242 años y todavía se trataba de situar los mojones en el lugar preciso sin conseguirlo.
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