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La zona azul y la falta de aparcamiento en el casco antiguo y el Ensanche han provocado que una gran cantidad de conductores, ya sean ... estudiantes, trabajadores o turistas, confluyan cada mañana en el mismo sitio: los parkings de la plaza de toros, el antiguo Hospital de Marina y la Casa del Mar. Una situación que muchos cartageneros ya dan por normalizada, pero que resulta cuanto menos discutible a ojos de los urbanistas. Los expertos convienen en indicar que esta zona, muy al contrario que ahora, debería albergar parkings subterráneos que permitan liberar la superficie para zonas de esparcimiento ajardinadas.
Así lo indica, sin ir más lejos, el propio Plan de Movilidad Urbana Sostenible y Accesible (Pmusa). Aprobado en 2021 por el anterior equipo de gobierno, este dedicaba un apartado específico al problema derivado de esta singular zona donde los redactores estimaban que se juntan hasta medio millar de coches diarios. Un parking «transitorio» e «informal» cuyo uso actual, rubricaban, «es incompatible desde el punto de vista urbanístico». «Resulta inevitable que, tarde o temprano, dicha zona acabe perdiendo su uso de aparcamiento», añadían.
El Plan General de 2012, derogado por los tribunales en 2015, establecía que las tres bolsas de aparcamiento estaban calificadas como zonas verdes. Con el vigente Plan General, el de 1987, estos solares son espacios libres compatibles con el uso como parking. Pero así podría dejar de considerarse con el nuevo Plan General, actualmente en tramitación. Un documento que, ya en sus primeros avances, señalaba estos terrenos como zona verde al igual que ya figuraba en el plan tumbado por la Justicia en 2015.
Para dar solución a esta irregularidad urbanística, el Pmusa sugiere ya la construcción de subterráneos en estas zonas. Proyecto para el cual ya se avanzaban posibles vicisitudes que podrían «hacer inviable la solución». La principal y de sobra conocida son las elevadas posibilidades de dar con restos arqueológicos. Huelga decir, por ejemplo, que el parking de la plaza de toros colinda con los restos del anfiteatro romano, cuyo yacimiento es hoy todavía objeto de excavación.
Pero esa no es la única cuestión. «A esto habría que añadir la dificultad para asegurar la viabilidad económico-financiera de la concesión de dicho aparcamiento, pues el usuario más frecuente durante el día es el alumnado universitario, que está acostumbrado a no pagar por ella, lo que hace difícil conseguir su financiación», indicaba el informe encargado a la Cátedra de Movilidad que el Ayuntamiento impulsa con la UPCT.
Para solventar este otro obstáculo, los redactores señalaban que «sería recomendable iniciar transitoriamente un periodo de estacionamiento regulado como zona azul o zona verde, incluyendo después bonos con importantes descuentos subvencionados de manera que no generase un perjuicio económico importante al alumnado».
Todo ello queda ahora en manos del Ayuntamiento, que, de momento, no podrá decidir qué ocurrirá con estos aparcamientos 'informales' hasta que el Plan General no acabe su tramitación. En estos momentos, los técnicos municipales no han informado todavía las alegaciones tras pasar el nuevo PGOU por exposición pública. La solución al problema de Antigones, por tanto, sigue en el mismo punto que en 2021. «El largo periodo de tramitación impide regular a corto plazo esta problemática, que queda en estos momentos supeditada a la calificación definitiva que otorgue el nuevo Plan General, pudiendo ser todavía replanteada», decían los redactores del Pmusa.
Uno de los redactores de aquel Plan de Movilidad fue el profesor de la UPCT, Salvador García-Ayllón. El docente ratifica palabra por palabra lo que se reflejó en aquel documento y reconoce que es una cuestión de difícil solución. Para el caso de Antigones, el experto anima a buscar fórmulas para que, en el futurible escenario de construir un subterráneo, sean las plazas de rotación y los turistas los que mayormente costeen la inversión y no los universitarios.
El profesor ratifica así también que, dentro de la tendencia general a sacar los coches fuera del centro de las ciudades, la realidad de la Campus de la Muralla es una «anomalía». «No tiene mucho sentido que haya un parking en superficie delante de un espacio como el anfiteatro romano que, en el futuro, será uno de los principales reclamos turísticos», analiza.
García-Ayllón señala que el espíritu del Pmusa es precisamente la creación de varios disuasorios conectados por lanzaderas con el centro de la ciudad. «Se plantearon tres. Uno en la zona oeste, otro en la zona norte, en Mandarache, y un tercero para la Ciudad de la Justicia. Los dos primeras están prácticamente terminados y el tercero todavía tendrá que esperar, que es del se podrían beneficiar los estudiantes».
Si bien no son usuarios habituales de Antigones, los vecinos siguen aquejando la falta de aparcamiento. La antigüedad de los inmuebles hace que los edificios residenciales con plazas en sótano sean poco habituales. Además, los promotores temen iniciar nuevas construcciones con sótano por temor a que se vean paralizadas como sucedió, por ejemplo, con la Casa Llagostera.
García-Ayllón indica que, en el casco antiguo, se podría permitir de forma excepcional edificios de aparcamientos y con bajos convertidos en parking. La asociación vecinal de San Diego-Casco Antiguo, sin embargo, aboga por mantener el aparcamiento en Antigones y hace hincapié en que observa muy interesante acondicionar y regular el aparcamiento en superficie sobre los solares derruidos del Monte Sacro.
«Cuando entré de presidente en 2023, se propuso al Ayuntamiento hacer un aparcamiento en Monte Sacro o destinar el espacio a uso deportivo. Lo importante es que se le dé uso», indicó el responsable de entidad vecinal, Luis Ibáñez, que señaló que este espacio sería más cómodo para las personas que acuden al centro de la ciudad. «Al menos más que el aparcamiento que están haciendo en Mandarache, que pilla más lejos»
El representante vecinal señaló que lo ideal es que la gestión de ese espacio sea municipal y tenga zona azul y zona para residentes. «Que esté asfaltado e iluminado. Algo en condiciones y no como está ahora, de tierra».
La propuesta vecinal, que ha sido bien acogida por el Ayuntamiento, ya tiene como detractor a MC. «Zahorra y aparcamiento a un euro. Eso es el progreso para el PP», señalaba en noviembre el líder y portavoz del partido, Jesús Giménez Gallo.
El campus de la Muralla del Mar estará cortado al tráfico este jueves y mañana por la celebración de las paellas universitarias, en la festividad de San José. La calle principal afectada es Adarve de Artillería, así como su correspondiente aparcamiento disuasorio, que estará inhabilitado para aparcar. Tampoco se podrá circular por la calle Doctor Fleming ni por la Subida a San José. Igualmente, no estará habilitado el estacionamiento disuasorio ubicado junto a la plaza de toros, en Antigones. En la Subida a San José tampoco se podrá estacionar el vehículo, ya que esta zona tendrá una parada de taxis para cubrir la demanda del evento universitario.
El colectivo que observa el problema del parking de Antigones con más cercanía es sin duda el de estudiantes. Usuarios mayoritarios de los aparcamientos de la plaza de toros y el situado en el adarve de la muralla, frente al antiguo Hospital de Marina, piden que se habilite un aparcamiento de uso exclusivo para universitarios y personal docente. Así lo señala sin ir más lejos el presidente del Consejo de Estudiantes de la UPCT, Alfonso Bastidas. «Nosotros siempre hemos venido defendiendo que el parking debería de ser de la UPCT», subraya.
El representante estudiantil, además, critica el mal estado actual del mismo. Señala que «está totalmente abandonado». «La gente aparca como quiere, fuera de las plazas. Hay problemas en la salida de los coches y con los gorrillas, que dan una sensación de inseguridad. Se aparca allí al final porque es gratis».
En ese sentido, Bastidas urge una intervención para, en tanto no llegue una solución definitiva, el actual aparcamiento presente un mejor aspecto y esté más controlado. «Nosotros a partir de las 8.15 de la mañana ya no encontramos apenas sitio. No queda parking. Conforme vas llegando por la mañana cada hay más gente de fuera y coches mal aparcados que te impiden casi salir».
Eso es la dinámica habitual que, señala el presidente del Consejo de Estudiantes, se complica cuando es el Rock Imperium o cuando llegan, como sucede esta semana, las paellas. «En esos eventos hay gente que aparca abajo de la muralla, frente al Batel, y hay gente que alquila parking como yo». Plazas en estacionamientos privados y de pago como el del puerto o el de la plaza del Rey que, cuenta Bastidas, ofrecen bonos para estudiantes. «Cobran unos 55 euros al mes más o menos por aparcar en durante todo el día en horario lectivo. No te dejan más», relata.
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