
Los éxitos de Justito El Notario
Las cosas por su nombre ·
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TOMÁS MARTÍNEZ PAGÁN
Domingo, 11 de diciembre 2022, 08:22
Camino ya de las fiestas de Navidad, la pasada semana disfrutamos de una Trimilenaria a tope de luz, color, sonido y mucho ambiente. Empezó el ... gran cambio de imagen de la ciudad, con el encendido en una gran fiesta organizada por el joven director de El Corte Inglés en Cartagena, Hugo Lorente, en la plaza del centro comercial: gastronomía, atracciones, música en directo y la alegría de las luces navideñas. Para continuar en la puerta del Palacio Consistorial del encendido de toda la ciudad, de la mano de nuestra alcaldesa, Noelia Arroyo; los locales de hostelería, a tope de gente y muchas actividades culturales, como la presentación de la última novela de Federico Trillo, 'El censor de Shakespeare', y muchos más libros. Coincidí con el notario Miguel Prieto Escudero, con el que semanas atrás tuve la oportunidad de compartir mesa, mantel y larga tertulia durante el mundo del hielo en su sede profesional de Pinoso, en la vecina provincia de Alicante.
Miguel Prieto (popularizado en internet como Justito El Notario), es un notario por vocación, ya que desde muy joven supo que quería tener la misma profesión de su padre y su hermana. Su padre fue de los notarios más jóvenes de España, así que de casta le viene al galgo. Miguel nació en Madrid en 1968, se siente gallego por devoción y murciano de adopción, pues entre Murcia –en cuya Universidad se licenció en Derecho– y Cartagena han transcurrido 38 de sus 54 años. Al notario Prieto le encanta escribir y ya tiene dos libros en el mercado, uno titulado 'Nada antes que opositar' y otro con un sugerente título, 'Crónica notarial de una pandemia', cualquiera de los dos de gran interés, se los recomiendo.
Antes de Justito El Notario hubo un Justito a secas y antes de Justito a secas hubo un Just-ito. Antes de Just-ito solo estaba Miguel. Miguel era un opositor a notarías que encaraba, allá por el año 2001 un último intento de aprobar la oposición. Con un viejo portátil, recurriendo al cable del teléfono y con la exasperante lentitud del internet de aquellos años, comenzó a participar en un foro jurídico en el que tuvo que elegir un apodo o 'nick' por primera vez en su vida. Aquel día, pensando en el Emperador Justiniano y apocado por su larguísima oposición nació Just-ito.
Aprobó, por fin, las oposiciones en junio de 2002 y eliminó el guion de su apodo y con Justito se mantuvo hasta que en 2013 con su entrada en la red social Twitter, pasó a ser Justito El Notario. Entre los años 2002 y 2013 se prodigó mucho por TripAdvisor, donde llegó a la categoría de Gran Crítico y fue incluido en el listado de los veinticinco mayores críticos de Tripadvisor del mundo. Después fue decayendo esta afición y empezó a aburrirse de la crítica gastronómica y viajera.
Un día su hermano José le habló de Twitter. Le insistió en que le iba a encantar, así que el 21 de septiembre de 2013 se abrió la cuenta @justitonotario y ya casi no volvió más por TripAdvisor. Aquel día supuso para Miguel una inflexión, un giro inesperado que lo ha convertido en uno de los más trascendentes de su vida. Poco más de dos años después, su devenir tuitero, en el que se encontró con muchos compañeros, algunos también blogueros, dio lugar al estreno de 'El blog de Justito El Notario', cuyo 'leitmotiv' es 'Nihil Prius Fide & Nihil Prius Manducare'. Está dedicado a asuntos jurídicos, de notarías y de oposiciones, con una ventana a su otra gran pasión, los viajes y la gastronomía. Su preparador de las oposiciones a notarías fue el ilustre cartagenero Miguel Ángel Cuevas de Aldasoro, que tiene en la puerta de su despacho una preciosa vidriera que reproduce el escudo notarial que incluye el lema 'Nihil prius fide', «Nada antes que la fe». Lo del 'Nihil prius manducare' (la fide versus el manducare) es, por el contrario, pura invención del notario Prieto que le está funcionando muy bien.
En España hay más de 2.800 notarios, de los que algo más de 1.800 son hombres y algo más de 900 son mujeres. El notario Prieto, que empezó su oposición en septiembre de 1991, después de once años de oposiciones recibió la mejor noticia que se puede conseguir con 34 años, fue el 29 de junio de 2002. Su padre, que estaba en Madrid, fue al Colegio Notarial a esperar la salida de las notas y le llamó a media tarde para darle la noticia: «Miguel eres notario», le dijo.
La verdad es que Miguel Prieto es un enamorado de su profesión, que la inició en Mondoñedo (Lugo) y la continuó en Menorca (Islas Baleares), hasta plantar su residencia profesional en el municipio de Pinoso, un pueblo pequeño, mágico y conocido por su rica gastronomía, donde tuve la oportunidad de compartir con él una jornada. Tiene un bonito despacho decorado con muchos recuerdos de su vida notarial, estratégicamente ubicado en el corazón de la ciudad, en su plaza principal, donde me sorprendió la facilidad que le dan para aparcar a los conductores, con la indicación en los discos de señalización en plazas principales: «Puede aparcar durante 30 minutos, marque con una nota en su salpicadero la hora de llegada». Facilidad al ciudadano, para tomar nota.
A la hora de comer y con un gourmet de su nivel, le dejé elegir y nos trasladamos muy cerca de Pinoso, hasta el pueblo vecino de Xinorlet, donde se encuentra Casa Elías, uno de los mejores restaurantes donde se hacen arroces con leña. Utilizan los sarmientos de la uva monastrell, en los fuegos que se ven nada más entrar al local, y donde más de cinco paellas las elaboran los expertos cocineros en directo. Cuenta Casa Elías con una exclusiva bodega a la vista y con infinidad de referencias de todas las denominaciones y sobre todo de la zona.
Luis Rodríguez, propietario y alma de Casa Elías, nos acompañó hasta el salón, donde nos mostró la exposición de pintura que tienen en el local. Ya en mesa nos dejamos aconsejar por Luis, que nos recomendó empezar con unas tostas de pan a la brasa de sarmientos, para untar con un tomate rallado, que les prometo que nunca lo había probado tan rico y con un suave alioli para acompañarle, que combinaban de lujo. Continuamos con una ensaladilla de merluza exquisita, riquísima. De la brasa nos sirvieron unos mejillones con un sabor singular y único, así como unas mollejas también riquísimas, con un sabor excelente a la brasa. Terminamos las entradas con unas setas y alcachofas en la misma línea de calidad y sabores. El plato final fue el estrella de la casa, el arroz con conejo y serranas, servido en paellera al centro de mesa: la altura del arroz equivale a dos granos y con un punto de 'socarrat' perfecto, lujazo de arroz y todo regado con un buen vino de Bodegas Volver de Pinoso, un triga tinto, DO Alicante, elaborado con monastrell y cabernet sauvignon, de aromas explosivos de frutas. Tiene buena acidez lo que le aporta elegancia y hace un maridaje a la perfección con los platos. Para terminar con tan exquisito menú, el punto dulce lo puso un creps de manzana caramelizada con helado y una copa de vino El Sequé Dulce, con el que dimos por finalizada una extraordinaria jornada gastronómica y fructífera conversación.
Y con este ambiente navideño en nuestras calles les dejo con esta reflexión: «El silencio y la sonrisa son dos armas muy poderosas. La sonrisa resuelve problemas y el silencio los evita».
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