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El hipermercado Eroski que hay en el Centro Comercial Rambla, junto al Palacio de Deportes, cerrará «el 30 de junio, por causas económicas», según confirmaron ayer una portavoz de la empresa y un representante sindical. Sin embargo, el edificio de 12.000 metros cuadrados, de los que el híper ocupa la mayor parte, seguirá abierto y la actividad se mantendrá en el restaurante de comida rápida, el bazar, la administración de loterías y la peluquería que funcionan en la galería comercial. Seguirán tanto tiempo como estipulen sus contratos de arrendamiento y decidan sus responsables. La gasolinera operada por Eroski también continuará en marcha.
La cooperativa con sede en el País Vasco anunció hace tres semanas, por medio de una carta dirigida a los representantes de la plantilla del hipermercado, el cese de actividad en sus instalaciones. Una delegación de la empresa confirmó ayer, en una reunión en Cartagena con los sindicatos, el alcance de esa decisión. Los afectados son 90 personas, de las que el 90% son cooperativistas y el resto, trabajadores por cuenta ajena, con contrato en vigor. A todos ellos se les ofrecerá una posibilidad de traslado a otros hipermercados de la cadena, en otras partes de España, aunque lo más probable es que estén ubicados en zonas alejadas de Cartagena y situadas en el norte de España. En caso de no aceptar ese acuerdo, la solución es un plan especial de desvinculación para los cooperativistas y un expediente de regulación de empleo, para los empleados. El final del hipermercado se consumará en la última quincena del mes de junio. El 1 de julio todo habrá acabado.
El motivo oficial del cierre son las bajas ventas, indicó la portavoz de la empresa. Pero esto coincide con un repliegue de la compañía hacia zonas más cercanas a su principal área de influencia. Los cierres en Albacete y Cáceres y las ventas de los centros de Molina de Segura y San Javier así lo demuestran.
En el caso de Cartagena, Eroski aseguró a los sindicatos que no ha encontrado un comprador que asuma la subrogación de la plantilla para que la actividad continúe con otra marca comercial, como sí ha ocurrido en las otras dos localidades mencionadas de la Región. De ahí el expediente de regulación de empleo y el plan desvinculación anunciado a los trabajadores. Los sindicatos estarán vigilantes para reclamar la subrogación, si hay algún intento de venta dentro de unos meses.
El anuncio del cierre tiene lugar cuando el promotor Tomás Olivo acaba de pactar con el Ayuntamiento la reactivación del plan urbanístico de la zona de la que forma parte el centro comercial. Además, Olivo es un hombre de negocios que también se dedica a la gestión de centros comerciales como uno en Málaga y otro en Granada. No consta que haya hecho ninguna oferta en este caso.
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