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Ni había mala mar, ni mal tiempo, ni era una zona peligrosa para la navegación. Las primeras hipótesis que barajan los investigadores sobre las causas del naufragio y posterior hundimiento del catamarán turístico 'Olé', el pasado domingo por la tarde, pasan por posibles «defectos en la estructura» que provocaron que el barco «se partiera en dos» y «colapsara». Aunque el análisis de los motivos del fatal accidente están aún en una fase previa, todo hace indicar, según explicó a LA VERDAD el capitán marítimo, Óscar Villar, que había «fallos en el material» del que estaba construido el barco: fibra de vidrio.
La comisión de investigación de accidentes e incidentes marítimos, un departamento del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, es quien se ha hecho cargo del análisis de lo ocurrido en el barco, de donde fueron rescatadas 33 personas, entre ellos tres niños. De ellos, doce tuvieron que ser trasladados al hospital Santa Lucía con síntomas de hipotermia y contusiones. Tras realizarles distintas pruebas, fueron dados de alta esa misma noche, según fuentes sanitarias.
La embarcación se encuentra ahora a unos 35 metros de profundidad, aproximadamente. Una pareja de buzos sondeó este lunes la zona acotada del hundimiento, que se produjo ya entrada la noche y cuando ya no quedaban nadie a bordo, pero las corrientes dificultaron su hallazgo. A lo largo de este martes, habrá más inmersiones para localizar su posición exacta y determinar la necesidad de realizar la compleja y costosa maniobra para reflotarlo.
Características del catamarán. 23,80 metros de eslora, 10,50 de manga y 2,60 de puntal. Su plataforma central tenía 200 metros cuadrados.
Capacidad. Estaba preparado para albergar a 90 personas.
Fabricación. Fue puesto a flote en abril del año 2010. Fue construido por los Astilleros Carthago Charter. Costó un millón de euros.
Ello dependerá del patrón y del grupo de investigación. Si este último lo cree conveniente, habrá que sacarlo del fondo para estudiar las posibles causas del siniestro. El análisis se centraría entonces en el material con que fue fabricado hace más de 11 años y por qué terminó partiéndose en dos.
Lo hizo sobre las 16.20 horas del domingo. Pocos minutos después, el patrón de la embarcación emitió por la emisora un mensaje de auxilio, el mismo que recibió el patrón de guardia de la Corporación de Prácticos del Puerto de Cartagena, Juan Cupeiro. Junto a sus dos ayudantes en el barco, llegó el primero al lugar del accidente. «Cuando llegamos, la situación era de auténtico caos. El catamarán estaba semi hundido y la gente y los niños se agarraban a lo que pillaban. Pudimos rescatar a siete», detalló este lunes a este diario, ya más calmado.
El patrón de la embarcación de recreo 'Olé', Eloy Aranda, aún buscaba ayer una explicación a lo sucedido en la tarde del pasado domingo. «No sé cómo ha ocurrido esta desgracia; aún no puedo encontrar una explicación a todo esto», detalló en declaraciones a LA VERDAD. Aranda prefirió no dar más datos de lo ocurrido solo 24 horas antes, «puesto que estamos en plena investigación junto a Capitanía Marítima». El catamarán tiene 23,80 metros de eslora, 10,50 de manga y 2,60 de puntal. Su precio, según sus dueños, ronda el millón de euros, un coste inferior a otros barcos de las mismas características. Fue puesto a flote, tras varios años de construcción, en abril del año 2010.
Tras este grupo, llegó el 'Glacial', un remolcador que consiguió sacar del agua a otras 14 personas. Una zódiac salvó a tres y el resto lo hicieron las embarcaciones de Cruz Roja y Salvamento Marítimo. Todos ellos recibieron la enhorabuena de parte del capitán marítimo y de la presidenta de la Autoridad Portuaria de Cartagena, Yolanda Muñoz, quien les agradeció su «labor coordinada». Este trabajo, añadió, nos trasmite «seguridad y tranquilidad» y sensación de que «estamos preparados para cualquier emergencia».
Para Juan Cupeiro, Santiago Sánchez Colomer y Rafael Pividal, tres miembros del equipo de prácticos del Puerto de Cartagena, la tarde del pasado domingo iba a ser como otra cualquiera. Sobre las 16 horas, tenían en su parte de trabajo una maniobra para sacar a un mercante del puerto de Escombreras. Cuando se dirigían a desempeñar su labor, a bordo de la embarcación 'Mandarache', una voz de alarma se coló por la emisora. Era el patrón del catamarán 'Olé' que pedía auxilio. «Sin más, dimos media vuelta y nos dirigimos al lugar donde nos indicaron. Tardamos menos de cinco minutos. Cuando llegamos, la imagen que vimos era todo caos. Al ver a los niños, ni nos lo pensamos, nos centramos en rescatar a los tres que había. Después, cogimos a cuatro mujeres más. Las caras de todos ellos eran de auténtico miedo. Fueron unos momentos de agobio», detalló ayer Cupeiro a LA VERDAD.
Ellos fueron los primeros en llegar al lugar. Los segundos, una zódiac con una pareja de jóvenes. Uno de ellos, según relató Cupeiro, «sacó del agua a tres mujeres más y, cuando se fue a por la cuarta, se quedó sin fuerzas y tuvimos que subirlo a bordo».
Al poco llegó la embarcación de los remolcadores 'Glacial', dirigida por Vicente Isaac. Él y su tripulación lograron rescatar a otros catorce, algunos de ellos «exhaustos y aún en el agua», relató a este diario. Apenas quince minutos después del primer aviso llegó Cruz Roja y Salvamento Marítimo, quienes rescataron al resto. A las cinco y cuarto de la tarde, todos los pasajeros, procedentes de diferentes puntos de la Región de Murcia, entre ellos de Alcantarilla y la pedanía murciana de Cobatillas, ya estaban siendo atendidos en el puerto y algunos de ellos trasladados al Santa Lucía, de donde fueron dados de alta por la noche.
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