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Tras varias horas de tranquilidad por la mañana, el caos en las Urgencias del hospital Santa Lucía regresó este miércoles por la tarde: alrededor de una quincena de pacientes tuvieron que aguardar varias horas para ser ingresados en planta. La alta presión asistencial por un nuevo aluvión de casos de gripe que requirieron atención facultativa, en la mayoría de los casos, provocó que los trabajadores tuvieran una carga de trabajo muy por encima de sus posibilidades otro día más.
En esta ocasión, las esperas en los corredores de Urgencias fueron menores. «En momentos de gran afluencia de pacientes y alta presión asistencial, el proceso de ingreso se ralentiza, porque hay que estabilizar al paciente, hay que coordinar las altas y gestionar la limpieza de las habitaciones, además de coordinar el ingreso en planta o en el Hospital Santa María del Rosell», indicaron fuentes de la Gerencia del área sanitaria.
Por la mañana no hubo pacientes en los pasillos, porque la mayoría de ellos fueron ingresados en el Santa Lucía o trasladados a la planta abierta la noche anterior en el Rosell. Pero por la tarde, el número de personas atendidas fue en aumento, tanto que al menos quince tuvieron que esperar cama en zonas de paso de Urgencias, pese a haber libres en ambos hospitales. La Unidad de Preingreso y la zona de boxes también estaban al completo.
Las fuentes sanitarias insistieron en que se trata de algo puntual y que en todo momento los enfermos estuvieron atendidos por el equipo de profesionales que conforman el servicio. Y añadieron que pese a la agilización de la asistencia, las esperas en momentos con tanto trabajo son «inevitables».
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