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Fue emplazamiento de cañones, prisión, escenario de asaltos históricos y testigo de la historia de Cartagena desde que en 1707 fue construido. Pero, ahora, siglos después, parece que nada de eso importa, dado el estado de ruina que presenta el castillo de San Julián, parte esencial del patrimonio olvidado del municipio y que lanza un SOS a gritos. Las grietas surcan sus grandes muros, las pintadas afean la entrada y las paredes interiores y la suciedad, la maleza, el suelo levantado, la basura y los escombros confieren una imagen deplorable a este monumento declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1997.
Asociaciones de defensa del patrimonio y partidos políticos llevan años denunciando la situación de este inmueble, propiedad de la multinacional española Telefónica. Entre ellos, la concejal responsable de Patrimonio Histórico de MC, María Dolores Ruiz, a través de esta formación y también de la Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico (Daphne) y de la Plataforma Virgen de la Caridad, a las que pertenece.
«Como lo dejen dos años más sin hacer ningún tipo de obra de consolidación, será imposible recuperarlo en un futuro. Hay muros que están a punto de caer y las malas hierbas campan por todo el recinto, por no hablar de los accesos, que están en un estado cada vez peor», explicó a LA VERDAD.
La Ley de Patrimonio Cultural establece en su artículo 8 que los propietarios de bienes que, como el castillo, están declarados de Interés Cultural están obligados a «conservarlos, custodiarlos y protegerlos para asegurar su integridad y evitar su destrucción o deterioro». Pese a ello, Telefónica apenas ha realizado en el edificio inversión alguna en los últimos años, aparte de la retirada de una de las antenas de comunicaciones, tras una resolución emitida el pasado año por la Dirección General de Bienes Culturales. El mandato de Cultura fue consecuencia de la denuncia presentada por la asociación Daphne. Fuentes de la empresa indicaron que hay planes de futuro que ya están siendo desarrollados, como una posible apertura al público.
María Dolores Ruiz asegura que debe ser el propietario quien realice las obras de afianzamiento de los muros y de los edificios que conforman el conjunto monumental. En el caso de que no sea así, afirmó, «es la Comunidad Autónoma la que le debe obligar a hacerlo y a acabar con una situación de total abandono», asevera Ruiz.
El castillo de San Julián recibe visitas a diario, principalmente de deportistas y senderistas que entrenan por las laderas del monte, pese a que los accesos están cada vez más deteriorados por la falta de mantenimiento.
La Asociación de Defensa del Patrimonio Histórico también lleva años denunciando el deterioro que sufre en inmueble. Al robo del mecanismo de apertura de su acceso original y de las puertas aspilleradas de una de sus entradas, se une la amenaza de desplome de su túnel y de los muros que conforman el patio de armas en su parte oriental, que fueron reconstruidos con el empleo de vigas metálicas tras la tragedia de 1898, en la que murieron diez soldados al explosionar accidentalmente el polvorín.
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