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Por increíble que parezca es precisamente el corazón de la misma ciudad, su casco antiguo y monumental, un lugar inhóspito para los más pequeños. Apenas ... existen lugares para que los papás puedan acudir con los nenes a jugar al parque, subirse a un columpio, tirarse por el tobogán o subirse a un triste balancín. Esta falta lleva muchos años detectada por los residentes del casco antiguo, que, a través de su asociación de vecinos, han logrado arrancar al ejecutivo municipal el compromiso de instalar una nueva zona de juegos infantiles.
Así lo anunció la propia alcaldesa, Noelia Arroyo, con motivo de la apertura de la nueva sede de la asociación vecinal en al calle Duque. La promesa de la regidora, además, es que no será un parque cualquiera, sino que será también inclusivo, es decir, apto y accesible para niños con diferentes capacidades.
La zona escogida para dicha instalación, según trasladan fuentes municipales a este periódico, en el bulevar José Hierro, centro neurálgico del Barrio Universitario. En concreto, en su mitad más próxima al campus de Antigones. Según trasladan los mismos medios, la intención del equipo de gobierno municipal es emprender los trabajos para su construcción después de este próximo verano.
La idea, inciden, «es nivelar una zona del bulevar para instalar sobre ella los juegos infantiles». El proyecto contemplará, indican, un parque accesible e inclusivo. «Esto viene determinado por el tipo de juego, que en el caso de los columpios incluye un asiento de seguridad con una determinada inclinación para el cuerpo y que el perímetro no presente ningún tipo de obstáculo que dificulte el acceso hasta este punto».
La concejala de distrito, añaden, planteará a la asociación de vecinos su idea de parque para que estos puedan opinar sobre el mismo. El presupuesto (con IVA) estimado es de unos 47.000 euros aproximadamente.
La llegada de padres y niños podría, por otra parte, revitalizar una zona bastante nueva, pero que en los últimos años se estaba viendo degradada por la presencia en horario nocturno de cuadrillas de bebedores y fumadores sentados en los bancos, donde las copas de los árboles les ofrecen cierta intimidad en la penumbra.
Además, recientemente, los vecinos también han venido manifestando cierta inquietud por el merodeo en las calles adyacentes de 'okupas', que ya han asaltado alguna de las viviendas construidas para dar cobijo al estudiantado de la Univesidad Politécnica de Cartagena (UPCT). También el abandono de basura sobre los restos de calzada romana allí conservados.
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Fernando López Hernández
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