Arroyo, Castejón y Padín comparten el 90% del poder y el dinero en las juntas vecinales

El aparato del PSOE solo controla las jurisdicciones con menos población, Perín, eminentemente rural, y El Llano, una de las más humildes, después de expulsar a la primera edil como militante. La Palma, La Puebla, El Algar y La Aljorra quedaron en manos del PP, que compartirá el poder con Ciudadanos en Isla Plana y con Castejón en Los Dolores, Molinos Marfagones y El Albujón. Ella controla por sí sola Pozo Estrecho y Alumbres. MC fue en diciembre el gran damnificado de la fragmentación socialista y no manda en ninguno de los departamentos, pese a que en varios fue el más votado. Los Dolores es donde más vocales tiene. En 2015 gobernaba allí y en Perín.

Las juntas quedaron constituidas justo a tiempo para despejar los temores de muchas asociaciones vecinales, culturales, deportivas, juveniles y de mayores, que hace poco más de un mes esperaban con incertidumbre las subvenciones correspondientes a 2019. No en vano, el mes pasado se sucedieron las sesiones plenarias para autorizar esos gastos. En juego había, de media, unos 20.000 euros por junta vecinal. Ese cuarto de millón mantuvo fuera de juego a bastantes colectivos de todo el municipio durante muchas semanas.

«Pueden dar las ayudas por sí mismas las once juntas que ya tenían avanzado en el procedimiento de selección de los colectivos beneficiarios. La excepción está en Molinos Marfagones», explicó el concejal de Descentralización, Diego Ortega. La razón es que, en ese caso, el procedimiento estaba en mantillas. Por eso el equipo de gobierno municipal decidió asumir el proceso selectivo y la adjudicación.

Esta demarcación volvió a ser, como hace cuatro años, una de las más disputadas con una gran división del voto. El cambio en las alianzas (MC y PSOE, en 2015; Castejón, PP y Cs, ahora) ha tenido consecuencias. Antonio Bernal (PSOE) repite como presidente los dos primeros años, pese a que tiene solo dos vocales, uno menos que antes. Será relevado en 2021 por Antonio Martínez, del PP, que tiene tres vocales. MC, con tres representantes, carece de poder. La reivindicación de una mejora del tráfico en la calle principal, en el cruce con la calle Viña del Mar, y la división vecinal sobre si hay que hacer una circunvalación y por dónde marcarán la legislatura. También la vertebración de sus caseríos rurales, de Pozo los Palos a La Magdalena, y su dependencia de la agricultura. La alianza del PP con los afines a Castejón les asegura una mayoría de cinco representantes para salir adelante sin grandes dificultades.

En La Palma y La Puebla preside el PP, pese a que el resultado también fue muy apretado. En ambos casos siguen los presidentes de la pasada legislatura, Pedro Obradors y Juan Manuel Ayaso, respectivamente. En el primer caso, Castejón controla a los dos vocales socialistas, que con los tres del Partido Popular garantizan la gobernabilidad. Los palmesanos esperan que el mantenimiento de los parques funcione mejor, también en plazas como la de las Peñas, recién inaugurada. Asimismo, aguardan a la definición del proyecto de la circunvalación, pendiente desde hace una década. Entre otras cosas, anhelan que mejore la seguridad en el tráfico hacia las localidades limítrofes, incluido Torre Pacheco.

En La Puebla, uno de los vocales socialistas votó inesperadamente a MC y fue el voto al PP que tiene Vox, el que decantó la balanza a la hora de constituir la junta. En esta demarcación, que incluye también a La Aparecida, esperan un impulso en servicios como la limpieza y reivindican aumentos en la dotación de facultativos en los consultorios médicos.

En Los Dolores, MC tiene cuatro de los nueve vocales. Sin embargo, la presidenta es Julia Otón, del PP que tiene tres, con el apoyo de los dos socialistas afines a Castejón. El compromiso es que una de ellos, Rosa María Conesa, sea quien mande de 2021 a 2023. Esta diputación incluye El Bohío y la Barriada Hispanoamérica. Otón repite en el cargo en el que estuvo durante el último año de la anterior legislatura. Esto sucedió tras la crisis de PSOE y MC, que ostentó el poder entre 2015 y 2018. La ruptura en el Ayuntamiento le puso en bandeja al PP la moción de censura y el relevo. Con 27.000 habitantes, es la demarcación con más población, de largo. Por eso la vertebración de Los Dolores, que concentra el 70% de los habitantes, con los núcleos de alrededor es una de las misiones a abordar. Asimismo, hay que mejorar el transporte en autobús hacia la zona norte y la seguridad, así como el mantenimiento del alumbrado, las aceras y el asfalto, en calles secundarias.

En El Algar, al PP, que tiene cuatro ediles, le basta con los dos del PSOE y el de Ciudadanos para gobernar. La presidenta, María Francisca Martínez, repite en el cargo esta legislatura. Esta zona, la última en la que se creó una junta vecinal, es de las que más riqueza patrimonial y cultural atesoran. Allí está el restaurado Teatro Apolo, que tiene programación todo el año, y necesita subvenciones. También el Edificio Rubio, para el que se pide un uso educativo. Exigir el mantenimiento e incluso el aumento de los fondos será una de las tareas de Martínez. Otro objetivo será conseguir que una de las localidades más damnificadas por las lluvias en el Mar Menor, Los Urrutias, no se sienta discriminada.

En esta demarcación también preocupa la influencia de la cercana Sierra Minera y la recuperación de algunos de sus enclaves. Pero si hay dos zonas en las que el tema minero es prioritario esas son la del Llano y la de Alumbres, que también suma la afección de la actividad de grandes industrias a sus habitantes.

El Llano está aparentemente bajo la disciplina del nuevo PSOE. Su presidenta, Carmen Soto, pertenece a la dirección provisional del partido y se ha mantenido firme después de la expulsión de Castejón. Con siete vocales, Soto puede gobernar cómodamente. Solo una fractura interna entre socialistas podría generar algún problema. La contaminación minera y su afección a la población es ahora su principal problema, incluida la influencia sobre el colegio del Llano.

En Alumbres, la fidelidad de los vocales socialistas a Castejón la garantiza el presidente de la junta, Miguel Garrido, que seguirá en el poder con cuatro vocales. Los tres de MC no le estorban, dado que cuenta con dos del PP para apoyar sus decisiones. En este caso, su reto es mejorar las zonas verdes del pueblo e intentar que los habitantes de Vista Alegre y de la Media Legua reciban lo suyo y no se sientan discriminadas. En cuanto a las reivindicaciones al exterior destacan la de la variante de la línea ferroviaria para mercancías, para que la actual vía deje de estrangular al pueblo y la de una mejora del control de la calidad del aire, ante la proximidad de plantas de hidrocarburos y del puerto industrial de Escombreras.

Pozo Estrecho también está en manos de los afines a Castejón. No en vano, se trata de su localidad natal. Allí hay cinco vocales que siguen sus órdenes. La presidenta, Rosa María Fernández, está claramente de su lado y no necesita apoyos para sacar adelante sus proyectos. Dar continuidad a las muchas actividades populares y festivas (teatrales, gastronómicas y folclóricas) es uno de los retos. Entre las reivindicaciones de cara al exterior está que se consume la eliminación del paso a nivel de la carretera de La Palma. También tener un recinto ferial para acoger fiestas como la de las pelotas galileas, celebrada ayer.

En El Albujón, el popular Ángel Nieto continuará durante dos años el mandato de los pasados cuarto y dará el testigo, en los dos últimos, al PSOE. Como en Los Dolores y en Molinos Marfagones, en esa demarcación los vocales afines a Ana Belén Castejón han tenido que pactar abiertamente con el PP, en contra de la disciplina de su antiguo partido. A los vecinos les preocupa la continuación de la reforma de la Avenida de la Constitución para evitar inundaciones en las casas anexas y en las calles perpendiculares. También que se arregle la salida hacia La Aljorra, que queda anegada cada vez que llueve y cuyas obras ya están en marcha. Como cabecera de un cuartel de la Guardia Civil al que no le sobran los agentes, la reivindicación de más seguridad contra las robos es aquí especialmente vehemente. Algo parecido pasa en Pozo Estrecho, donde hay un cuartel de la Policía Local pendiente de una prometida ampliación, y en La Aljorra. Todo ello para prevenir las oleadas de asaltos en viviendas y robos de bienes con las que ha comenzado 2020.

En esta ultima localidad, esa exigencia de más efectivos policiales se une a la de mayor control de las emisiones gaseosas. La cercanía de la planta de Sabic preocupa a muchos vecinos. Allí gobierna el PP con Antonio Conesa como presidente. Este decidió hacer vicepresidenta a Maribel Martínez Muñoz, del PSOE. Las mejoras en los equipamientos del centro urbano, en especial para evitar que se inunden zonas habitadas, son otra prioridad para quienes residen en la localidad.

En la zona oeste hay dos diputaciones con prioridades distintas. En la de Perín, controlada por María Isabel Conesa, designada por el PSOE, preocupan especialmente la seguridad y la vertebración territorial de una población que se distribuye entre localidades pequeñas y caseríos muy diseminados. Hay mucho suelo natural protegido, con gran cantidad de construcciones que deben ser legalizadas o derribadas en lugares como Galifa. Los vecinos prefieren lo primero. En Isla Plana y La Azohía, mandarán Luis Lozano (PP) los dos primeros años y Loli Díaz (Ciudadanos) los dos últimos. En ambas zonas costeras preocupa la accesibilidad, el tráfico y el mantenimiento del litoral de las calles y de las plazas.