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Un hombre pasea a dos perros por el Paseo de Alfonso XIII.
La imposición de más multas no frena la proliferación de heces de perro en la calle

La imposición de más multas no frena la proliferación de heces de perro en la calle

La Policía Local aumenta la presión sancionadora en la segunda mitad de 2016, pero no aplaca las quejas vecinales

E. R. K.

Viernes, 24 de marzo 2017, 12:48

Los 178 partes de infracción redactados por agentes de la Policía Local en 2016, en relación a perros cuyos dueños no recogieron las heces de sus mascotas de la vía pública, demuestran que esta conducta irregular no remite. En 2015 hubo 170 sanciones de las que 122 acabaron costándole dinero a los ciudadanos a los que se pudo identificar. Nada de eso aplaca las quejas de los vecinos que salen a hacer ejercicio por el paseo junto a la Rambla de Benipila, por el Parque de la Rosa y por otras zonas verdes y sendas transitadas de Cartagena. Varios de ellos indicaron ayer que no han detectado mejorías apreciables en el último año, aunque consideran que el problema no es de inspección o de vigilancia sino de falta de civismo y de limpieza. «Lo de las 'cacas' de perro es un síntoma. Muchos ciudadanos hacen con sus perros lo mismo que cuando tiran un papel a la calle, seguir su camino», explicó Antonio Romero, en la calle Luis Calandre.

El concejal de Seguridad, Francisco Aznar, destacó que las denuncias contra dueños de mascotas que incumplieron la normativa municipal decreció levemente el año pasado respecto al anterior. «Hubo 295 infracciones, sumados todos los incumplimientos, mientas que en 2015 fueron 308», detalló. A su juicio, esto evidencia un descenso de conductas indebidas, como llevar a la mascota sin correa y sin bozal o no tener en regla la identificación del perro, con el chip acreditativo que es obligatorio.

El celo sancionador de la Policía Local había decrecido a principios del año pasado respecto a las 'cacas'. Sus agentes solo impusieron tres multas hasta el mes de junio. Sin embargo, en el último semestre hubo 175 partes, es decir, prácticamente uno al día. «Creo que hemos llegado al máximo posible en cuanto a estas infracciones», subrayó Aznar, quien considera que la Policía Local no puede ir detrás de cada perro y de cada dueño. En su opinión, la solución pasa por un cambio normativo que profundice también en la cuestión de la limpieza de estos restos. «Sabemos que la Concejalía de Calidad de Vida, está avanzando en es sentido junto con los grupos de oposición, dentro de la Comisión de Bienestar Animal», explicó Aznar.

Una iniciativa sin desarrollar

Calidad de Vida, área municipal que dirige el concejal Francisco Calderón, esbozó el año pasado varios proyectos que han quedado, por ahora, en simples ideas sin desarrollar. Calderón aseguró, en 2016, que iba a contratar a un laboratorio para registrar el ADN (la identidad genética) de los perros censados por el Ayuntamiento. Su objetivo era crear un registro que permitiera atribuir cada resto que se encontrara en la vía pública a un can determinado y multar a su propietario. Pero esa iniciativa, de ejecución bastante costosa según las fuentes consultadas, está por desarrollar.

«No sé cómo van a controlar el tema de las 'cacas'. Lo veo complicado. A las horas en la que hay mucha gente paseando, todos los dueños de perros recogen lo que dejan sus mascotas, casi por vergüenza. Pero cuando están solos, especialmente al caer la noche, la mayoría ni se preocupan de lo que van dejando caer los pobres animales», explicó Iván Posimok, sobre al puente rosa que lleva al Barrio de la Concepción. «Mira, lo mejor es lo que hace esa mujer allí abajo. Su perro puede dejar lo que quiera y no molesta a nadie», añadió, mirando a una joven que paseaba con su pastor alemán por el cauce.

Otros vecinos consultados indicaron que cada vez son más los dueños de perros que prefieren cruzar la Rambla de Benipila o ir más allá del Centro Comercial Mandarache, para pasear a sus mascotas por descampados sin tener que recoger del suelo el producto de su digestión.

Las multas que están obligados a pagar quienes incumplen la ordenanza de tenencia de animales en esta categoría son de 165 euros. Es decir, el año pasado el Ayuntamiento impuso sanciones cuyo cobro supone casi 30.000 euros de ingresos. El año anterior los derechos reconocidos ascendieron a 120.000. Sin embargo, el objetivo de las concejalías de Calidad Ambiental y de Seguridad no es 'hacer caja' sino desterrar de las calles una costumbre tan insalubre.

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