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EFE
Martes, 3 de mayo 2016, 01:45
Los carthagineses que hace más de dos mil años fundaron Quart Hadast sobre las ruinas de la fenicia Mastia no dejaban nada al azar cuando se tratataba de erigir sus palacios y grandes edificios públicos. Aquella vieja ciudad que hoy se corresponde con Cartagena no solo fue planificada siguiendo criterios estratégicos y defensivos. Sus fundadores también expresaron la idea de reflejar el orden cósmico, al igual que se hizo en la capital egipcia de Tebas, la hitita de Hattusha y la Petra de los nabateos. En todas predominaba la orientación de templos y monumentos a los solsticios.
La orientación astronómica de Quart Hadast y Carthago Nova ha sido estudiada junto a las de Tebas, Hattusha y Petra en un artículo de los investigadores Juan Antonio Belmonte, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), y César González-García, del Instituto de Ciencias del Patrimonio del CSIC en Santiago de Compostela.
El murciano Juan Antonio Belmonte asegura de que se trata del primer estudio comparativo en este ámbito de estas antiguas capitales, en las que sus edificios religiosos y civiles muestran alineamientos relevantes hacia el solsticio, en particular al de invierno. Este se da en los días previos al de Nochebuena.
El diseño de Tebas, antigua capital de Egipto en los Reinos Medio y Nuevo; Hattusha, del Imperio Hitita; Petra, del Reino Nabateo, y Cartagho Nova, de los dominios púnicos en la Península Ibérica, refleja «de alguna manera el cosmos de sus constructores», explica Belmonte.
Sobre el terreno
En todas se manifiesta la influencia de los solsticios, algo que en el caso de Cartagena investigaron sobre el terreno los autores del estudio en 2013 con un detallado análisis arqueoastronómico de los restos descubiertos en la ciudad durante los últimos veinte años, y que han renovado el interés científico y turístico.
Quart Hadast fue fundada en el año 227 antes de Cristo por Asdrúbal el Bello, cuñado de Aníbal, como una ciudad «gemela» de Cartago en la que el principal enclave sobre el lugar y el puerto se dedicó a Eshmun y una colina al dios púnico Baal Hammon, lo que probablemente servía de nodo para una serie de curiosos alineamientos astronómicos.
El más significativo y relacionado con el solsticio era el área sagrada de Arx Hasdrubalis, el actual cerro del Molinete, alineado hacia el noreste-suroeste, donde se erigió un santuario que presumiblemente se dedicó a una deidad femenina, quizás Tanit, la principal diosa de los cartagineses.
Belmonte y González-García han reconstruido la peculiar topografía que en la antigüedad tenía la ciudad de Cartagena con un diagrama que muestra la localización de las cinco colinas principales: Arx Hasdrubalis (Molinete), Mons Cronos (Monte Sacro), Mons Aletes (cerro de San José), Mons Hephaistos (Despeñaperros) y Mons Aesculapii (cerro de la Concepción).
De forma casual o deliberadamente, el monte Cronos albergó el santuario de la principal deidad púnica, Baal Hammon, y pudo haber actuado como el nodo de alineamiento astronómico hacia mediodía, el equinoccio o el solsticio en relación con las otras colinas, según sostienen estos autores.
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