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Travesía de Molinos Marfagones, llena de comercios y de viviendas.
El origen de los Molinos Marfagones

El origen de los Molinos Marfagones

JOSÉ SÁNCHEZ CONESA

Miércoles, 9 de septiembre 2015, 09:00

Federico Maestre de San Juan es autor de numerosas publicaciones sobre nuestra historia, libros escritos con Vicente Montojo como la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno (Marrajos) de Cartagena en los siglos XVII y XVIII. Ha firmado diversos artículos en revistas como 'Cartagena Histórica', entre ellos La explosión del volcán Tambora y cambio climático en Cartagena; Aquellos años en los que vivieron en Cartagena cuatro jinetes del Apocalipsis (1635-1659); o La sociedad cartagenera ante el 'boom' de los inicios de la minería. En 'Murgetana', revista de la Academia Alfonso X El Sabio, editó trabajos como La aristocracia de Cartagena en el siglo XVIII o, junto a Montojo, La Cofradía California de Cartagena en el siglo XVIII.

Maestre de San Juan presentó al I Congreso Etnográfico del Campo de Cartagena la comunicación 'Origen y nacimiento de un pueblo de la comarca de Cartagena: Los Molinos Marfagones', publicada en la 'Revista Murciana de Antropología', en el número 10 (2014). Ésta se puede encontrar en internet. Nos cuenta en este trabajo que el mencionado pueblo forma parte de la diputación rural de La Magdalena y desde los años 80 experimenta un gran crecimiento debido al amplio número de habitantes de la ciudad que buscan tranquilidad y sosiego en un lugar rodeado de campo, sobre todo almendros.

La toponimia de la población debe mucho a un apellido: Balfagón. La primera persona que se llamó así en la zona de Cartagena fue Juan Bautista Balfagón. De él se tuvo noticias a finales del cuarto decenio del siglo XVII, cuando el 1 de junio de 1640 otorgó escritura de obligación con el convento de San Leandro de Cartagena, de la orden de los agustinos. En el texto se expresa que Balfagón es vecino de Cartagena, arquitecto y maestro de obras. Se comprometió con el convento a finalizar las obras iniciadas.

La familia Balfagón

El día 16 de octubre cobró 9.400 reales de vellón al término del trabajo, cantidad estipulada en el contrato. Fue un hombre polifacético, nombrado por el municipio artillero y municionero. Entonces tuvo la obligación de custodiar las municiones de la ciudad. Como artillero se encargaba de todos los utensilios relacionados con la artillería, como pólvora o cuerda.

En aquellos años, la monarquía española luchó contra franceses y holandeses. Las costas fueron asoladas por la piratería norteafricana. Los frailes de San Ginés de la Jara solicitaron a la municipalidad armas y municiones para su defensa ante los piratas berberiscos.

Se dio cuenta en el cabildo celebrado el 22 de agosto de 1641 de la petición del guardián del convento de 2 arrobas de pólvora, una de cuerda y 500 balas de arcabuz. El municipio encargó a Balfagón dicha entrega. El convento sufrió el robo por parte de los moros el año anterior, 1640.

Nuestro protagonista vivió también en Orihuela, quizá con motivo de la dirección de alguna obra. Tras ello, renunció al oficio de artillero y municionero, aunque siguió vinculado a Cartagena, donde invirtió en la adquisición de viviendas y esclavos.

Molinos en una finca

Desde Cartagena se desplazó hasta Águilas para redactar un proyecto que indicase cómo colocar los cañones en la torre de Cope. Su hijo, del mismo nombre, llevó una vida igualmente activa. Primero fue maestro carpintero y después fabriquero de bizcocho en Cartagena. Aclaramos que bizcocho era un pan que se cocía dos veces para que durase más tiempo, empleado en la alimentación de la marinería, forzados y esclavos de galeras.

María Madrid, viuda de Pedro Pérez de Tudela vendió 40 fanegas de tierra con casa, pozo, arbolado y 15 tahúllas de viña, con cuatro tinajas de vino. Todo ello ubicado en la zona llamada las Tortugas, por un precio fijado en 300 ducados. En ésta finca se levantaron molinos de viento. Por ello se conoció el sitio como los molinos de Balfagón, evolucionado por la tradición oral en Molinos Marfagones.

Era un apellido desconocido en la ciudad y su zona de influencia, hasta la llegada de esta familia, lo que contribuyó a que se pronunciase mal, según indica el historiador Federico Maestre de San Juan. La erección de molinos tenía pleno sentido para moler trigo, debido al oficio de fabricar bizcocho que ya hemos señalado. Inquieto como lo fue su padre fue también maestro mayor de arquitecto. Se casó con María Chinchilla y su hijo mayor fue patrón de varias galeras.

La hacienda que dio nombre a los Molinos Marfagones se dividió a su muerte en dos mitades, una correspondiente a su viuda y la otra a sus hijos.

Molinos Marfagones es ahora un importante pueblo muy cercano a la ciudad, que tiene una importante actividad comercial, social y cultural. Posee una cuadrilla de cantes tradicionales y una banda de música plagada de jóvenes intérpretes. Estos días celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen de la Soledad.

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