Los Pérez vuelven a Cala Cortina

Con las miradas perdidas en el horizonte, preguntándose qué pasó el 11 de marzo de 2014, buscando respuestas sobre las causas de la muerte y pidiendo justicia. Con todas esas dudas y la intención de rendir un sencillo homenaje llegaron ayer a Cala Cortina los familiares del vecino de Las Seiscientas Diego Pérez Tomás, hallado muerto quince días después de que su pista se perdiera tal día como ayer de hace un año, asunto por el que seis policías nacionales están en prisión desde el pasado mes de octubre.

Con el corazón encogido, volvieron al lugar donde unos senderistas vieron flotando en el mar el cadáver de Diego sus hermanos Enrique y Marina, así como su sobrina y cuñada, Remedios Pérez y Carmen Gazcón, respectivamente. Volvieron a ese lugar para rendirle un sencillo y emotivo homenaje.

«Un año después aún no sabemos qué pasó ese día. Hay muchas contradicciones y muchas incógnitas que aún no se han resuelto. Con este acto, queremos recordarle y pedir que se haga justicia por una persona que no tenía culpa de nada», comentaba Enrique Pérez, mientras clavaba en una piedra del espigón una foto de su hermano y el resto de familiares lanzaban claveles rojos al mar.

El acto fue tan íntimo que solo asistieron esos cuatro familiares. «No hemos querido avisar a nadie más, ya que si lo hubiéramos hecho se habría desvirtuado este momento, para nosotros tan importante y emotivo», según Enrique.

Los cuatro bajaron al paseo de la playa para situarse a la altura de donde yació el cuerpo de Diego, de 43 años de edad, tras ser rescatado del agua por los bomberos. En la balaustrada, muy cerca del restaurante Mares Bravas, colocaron otra foto del fallecido y un ramo de flores ante las miradas de las pocas personas que pasaban la tarde en la playa.

«Justicia para Diego Pérez Tomás. 11-3-2014», se puede leer en los carteles colocados por unos familiares que reclaman a las autoridades que aceleren la investigación. Además de justicia, quieren pasar página.