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Martes, 4 de noviembre 2014, 17:27
Uno de los letrados de los policías acusados en relación al crimen de Cala Cortina ha remitido un escrito al Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena donde pide que el Servicio de Biología analice los diez sobres que contienen el ADN de las uñas del fallecido y que fueron enviados por el Instituto de Medicina Legal de Cartagena.
En el escrito el abogado señala que "de ser así y dar resultado positivo", el mismo podrá ser cotejado con el de su representado y el resto de imputados con el fin "de que se acredite no sólo que no coincide con el ADN de los mismos sino que, muy posiblemente, sea coincidente con el de los que hasta la versión ofrecida por el testigo fueran los principales sospechosos", sin descartar otros personas de confianza del fallecido.
El abogado, Raúl Pardo-Geijo, considera que esta prueba "puede ser definitiva para determinar la identidad del o los presuntos autores" debiendo, a su juicio, "practicarse a la mayor brevedad posible".
Asimismo, ha solicitado una copia de las grabaciones de las cámaras de vigilancia de un local próximo al lugar de los hechos de la noche del 11 de marzo de 2014 porque "en su contenido se podrá comprobar" que su representado "aparece buscando al por entonces desaparecido en Cala Cortina".
Pardo Geijo también ha pedido al juzgado que tome declaración en calidad de testigo a un hombre que manifestó recientemente que los responsables de la desaparición "podían haber sido conocidos suyos vecinos del entorno del fallecido", cuya autoría ya fue descartada por los investigadores, teniendo en consideración la declaración prestada por la actual pareja de uno de los señalados cuando se refirió "que está cansada de oír comentarios que se oyen por el barrio donde vive su suegra, que dicen que a Diego lo mató su pareja, (Antonio Zajara)".
Un nuevo testigo
El abogado defensor solicita, además, que el Juzgado de Instrucción número 4 de Cartagena abra oficio a la Sala del 091 para que aporte el número de teléfono desde la que se realizó la llamada de un individuo que aseguró saber, un mes después, quién había matado a Diego "con objeto de identificar a la persona que advirtió a la policía" y que ésta sea citada en calidad de testigo.
El autor de la llamada apuntaba a un hombre y una mujer como autores del crimen y facilitó sus nombres y apellidos. En este sentido, Pardo Geijo critica que la Policía haya tardado más de seis meses en entregar esta prueba.
Entre las pruebas entregadas recientemente por la Comisaría de Cartagena se encuentran un DVD en el que se registra la llamada del 091, así como los efectos personales que llevaba el fallecido cuando su cadáver fue hallado en la playa (DNI, tarjeta de la Seguridad Social, un llavero con una llave de su vivienda, un teléfono móvil, una batería y tarjeta SIM).
Por último, se remite una copia de conversación de whatsApp mantenida entre el hermano del fallecido y un tal José, 'El Valenciano', relativa a la desaparición de Diego Pérez.
Por todo ello, el abogado de uno de los policías detenidos por este crimen cuestiona al testigo protegido porque es "persona de confianza" del que fuese principal sospechoso de la muerte de Diego, "su testimonio es claramente favorecedor" al mismo y solicita la declaración de un vecino del fallecido porque considera que su testimonio puede aportar luz en el caso.
En su escrito, Pardo Geijo tacha de sorprendente que casi tres meses después de la desaparición del fallecido "aparezca por arte de birlibirloque" este testigo protegido y "revele" una versión "que provocaría el cambio de rumbo de la investigación inicial", logrando "liberar de toda sospecha" a su "gran compañero", Antonio Zajara.
Tras lo que hace mención a las declaraciones del testigo, quien manifestó "tener pánico y temor por su familia, dormir mal al lado de la puerta con un colchón en el suelo", y se pregunta si el temor se debe "al hecho de sentirse amenazado por la que es persona de su confianza o por el miedo a que alguno de los investigadores descubriese que, tras el velo que lo esconde, sólo existe una burda mentira para proteger al que durante tres meses estaba siendo acusado por todos los vecinos del barrio de Las Seiscientas como el autor de la muerte" de Diego.
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