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El aparato, un hidroavión Dornier 16, antes de su despegue en el Mar Menor.
El fallido raid Los Alcázares-Nueva York
FOTOHISTORIA DE CARTAGENA

El fallido raid Los Alcázares-Nueva York

La improvisación y los errores de cálculo impidieron al aviador Ramón Franco cruzar el atlántico dos veces en seis días con un hidroavión Dornier 16

LUIS MIGUEL PÉREZ ADÁN HISTORIADOR Y DOCUMENTALISTA

Lunes, 4 de agosto 2014, 11:04

En nuestra incesante búsqueda de información sobre el inmenso archivo fotográfico del siglo XX en nuestra ciudad, traemos hoy una serie de fotografías existentes en el fondo Casaú.

Se trata de unas instantáneas que recogen la despedida de un vuelo de un hidroavión que pretendía batir un nuevo récord aeronáutico tan de moda en aquellos momentos.

Se trataba de realizar un raid España-Nueva York-España en un Dornier Supervall 16, un nuevo reto para los experimentados y afamados integrantes de la mítica tripulación del 'Plus-Ultra'; el comandante Ramón Franco y sus compañeros Ruiz de Alda, Gallarza y el mecánico Madariaga.

El vuelo del 'Plus Ultra' de 1926 le dio a Ramón Franco una popularidad enorme. De vuelta a España, comenzó a acariciar un nuevo proyecto y así solicitaba por escrito, la ayuda del Gobierno para esa nueva aventura. En una carta dirigida al entonces presidente del Gobierno, Primo de Rivera, argumentaba: «Hoy que todas las naciones luchan por el dominio aéreo de los océanos y organizan vuelos que tienen por misión la unión postal de Europa con América, tratando de obtener las primicias de aquellos transportes, cuya importancia política nos es necesario encarecer, a nuestra patria le corresponde ser la que establezca esta unión postal con las repúblicas de habla castellana, por los lazos raciales que con nosotros tienen; y con la América del Norte por su situación geográfica inmejorable, y si el viaje del 'Plus Ultra' fue una promesa de que abordaríamos este problema con la mayor garantía de éxito, las presentes actividades de las demás naciones europeas, muy principalmente italianas y francesas, ponen en peligro las ventajas obtenidas en nuestro primer vuelo y hacen necesario que hoy, con mejores medios, debido al adelanto de la aeronáutica, se organice un nuevo viaje aéreo que además de establecer y servir de ensayo definitivo de los transportes rápidos, lleve el prestigio español a aquellos países que no fueron visitados por el 'Plus Ultra' demostrando al mundo que España no ha perdido su puesto en la vanguardia de la civilización».

Como punto de salida para esta nueva aventura se eligió el Aeródromo de Los Alcázares. Desde hacía meses se estaba preparando, en la más absoluta confidencialidad, todos los arreglos para cumplir esta gran proeza. El propósito de los aviadores españoles era realizar el vuelo con el hidroavión desde Los Alcázares a Nueva York, con escalas en las Islas Azores y Halifax, regresando a las costas gallegas, desde la ciudad de los Estados Unidos, haciendo escala en Terranova, en un tiempo calculado de seis días, atravesando dos veces seguidas el Atlántico y batir así, todos los récords de vuelos en hidro.

El aparato elegido para realizar la travesía fue un Dornier-Wall con motores españoles Hispano. En su diseño y construcción hubo innumerables dificultades de todo tipo que al final acarrearían nefastas consecuencias.

Finalmente el 21 de junio de 1929, a las cuatro y media de la tarde, se iniciaba en aguas del Mar Menor esta aventura y la cámara de nuestro infatigable José Casaú se encontraba allí para inmortalizar este momento.

Entre las muchas dificultades de toda índole, que pusieron en más de una ocasión la posibilidad de la suspensión del raid, destacamos el accidente sufrido, minutos antes de la partida, por el mecánico Madariaga; encontrándose este último en compañía del comandante Franco ultimando la salida y hallándose ambos debajo de la campanas de respiradero, esta cayó, hiriendo al mecánico en la cabeza, siendo necesario darle cinco puntos de sutura y teniendo que vendarle toda la cabeza, que es como aparece en una de las fotografías.

Apoyo de autoridades

Antes de la partida y desde Cartagena se desplazaron algunas autoridades, presentes en otra de las instantáneas; se trata del Infante Alfonso de Orleans, el entonces director general de la Guardia Civil, teniente general José Sanjurjo, y el Gobernador Militar de Cartagena, general Gil Yuste, acompañados todos ellos por sus ayudantes.

Ramón Franco, sonriente y con gesto optimista, al despedirse antes de embarcar les dijo humorísticamente a los presentes; «A ver dónde nos lleva esta lancha; la lancha del pescador».

No muy lejos; todas la expectativas se vinieron abajo rápidamente. La improvisación, los fallos de montaje y los errores en el cálculo del combustible necesario hasta llegar al punto de repostaje, dieron al traste con este viaje, ni siquiera se pudo completar la primera etapa que eran las Islas Azores, constituyendo el raid del Dornier Supervall 16 un auténtico fracaso que a punto estuvo de costarle la vida a todos sus tripulantes.

Tras varios días desaparecidos y a punto de perecer, el 29 de junio, a las tres y media de la mañana, fueron encontrados y rescatados por el portaaviones británico 'Eagle' flotando sobre el océano Atlántico.

Para conocer en detalle toda esta aventura, existe un interesante libro 'Águilas y Garras', escrito en agosto de 1929 por el propio Franco y en donde en su encabezamiento puede leerse: «Sincera historia de las empresas del comandante Franco, desde su regreso de Buenos Aires hasta la fecha, publicadas en defensa personal y para destruir la campaña de calumnias lanzadas contra su honor y prestigio, relatadas por él mismo».

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