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Ana María Vaacas Martínez-Blasco
CARAVACA DE LA CRUZ
Lunes, 3 de marzo 2025, 11:33
A Elena, de pequeña, le apasionaba pintar y todo lo relacionado con las manualidades, pero fue cuando vino a vivir a Caravaca cuando verdaderamente comenzó a dar clase con Tere Calvache. A pesar de que todos lo consideraban una afición sin más expectativas, ella fue interiorizando la pintura como una profesión y a los dieciséis años ya no podía prescindir de ella. Su madre le aconsejaba que tomara una decisión meditada porque los últimos años de bachiller estuvo muy indecisa en la elección de sus estudios, pero tomó la mejor decisión de su vida, estudiar Bellas Artes en la Universidad de Granada. No se arrepiente porque estos años de carrera le han abierto la mente en cada una de las disciplinas que ha estudiado: pintura, fotografía, escultura… pero también social y personalmente, considera que ha crecido mucho en Granada, ciudad donde continúa viviendo.
La pintura para ella es un modo de despejarse, su mundo se para y percibe que su mente se recarga de energía, haciéndole más dulce la vida. Como le enseñaron sus profesores, siempre hay que pintar en el mismo humor que el sentido del cuadro, para que exista una consonancia paralela entre ambos, por ello se ha convertido en una norma que intenta aplicarla en su obra.
No tiene más remedio que recordar a aquellos profesores que le fueron imprescindibles en la Universidad de Bellas Artes, como Jesús Osorio (Dibujo experimental), Alfonso del Río (Escultura) y Jesús Montoya (Idea y concepto); de cada uno de ellos aprendió lo que hoy aporta. Piensa que va a seguir pintando toda su vida, pero también quiere ser docente de Arte para poder transmitir a todos los alumnos lo que a ella le han transmitido y que tanto la ha enriquecido.
En Bellas Artes se dio cuenta que esta profesión es muy competitiva entre compañeros y en un momento determinado empezó a afectarle y, razón por la que decidió cambiar el círculo de amistades para apartar esa sensación entre creadores y rodearse de aquellos que le aportaran una crítica constructiva, alimentándose entre todos. El arte se tiene que concebir siempre como una simbiosis generosa y positiva que nunca reste, siendo conscientes que el ser es único y por lo tanto su obra también.
Existen referentes que marcan y conducen su inicio, en su caso, Liu Xiaodong, Pascal Möhlmann, Juan Ruiz y Jokin Sortwo son los que le motivan e inspiran.
Muchos de sus amigos pintan por evolución a otros conceptos, pero quizás en su caso prefiere el realismo, aunque no descarta nada en su trayectoria, ya que también los profesores le han exigido que investigue y se base en proyectos conceptuales para ser más libre en sus obras.
Ahora mismo está realizando una serie de obras relacionadas entre sí por un proceso de desarrollo similar. Utiliza una cámara analógica con un filtro retro, fotografiando rostros y mezclando estas imágenes con elementos de ilustración o dibujo. Estudia mucho la técnica que utiliza variándola continuamente, mediante la pincelada, con arrastre del cartón, espátula o cualquier material que sirva para expresarse, a veces partiendo de la fotografía o iniciando el boceto desde su interior.
Elena piensa que le falta obra para tener un criterio personal y no le falta razón, pero podemos vislumbrar un potencial extraordinario que sólo necesita tiempo de trabajo para desarrollarse. Me gustan los artistas que no tienen prisa, que realmente quieren definirse con su verdad, que son personas con energía y positividad por encima de los cánones establecidos, y así defino a Elena.
Su relación con el mundo artístico se centra en Granada, junto a otros artistas que ha conocido en sus años de formación, pero su personalidad y sus ganas de expresarse atraviesan todas las barreras hasta conseguir la atención de este proyecto con la obra realizada de Santa Teresa en el II concurso Nacional de Pintura Mística en Caravaca de la Cruz, del cual fue finalista en 2024.
Elena piensa que es crucial que entres a una galería y seas la obra que pintas, que puedas expresarte con libertad y puedas explicar tu trabajo de manera íntegra sin censuras. Este debería ser un principio básico para respetar al artista, además de potenciar su creatividad se consigue que éste sea más permeable con el visitante enriqueciéndose así el momento del encuentro.
Estamos en una sociedad en la que los valores artísticos se siguen menospreciando sin darse cuenta de que no seriamos nada sin ellos, por ello estoy muy satisfecha de mostrar el talento que nos rodea y las grandes posibilidades que nos ofrecen.
Bienvenida, Elena, a la VII Edición Icon Talents.
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