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El acusado, este lunes, durante el juicio. J. M. Rodríguez / AGM
El capataz acusado de abusar de seis jornaleras en La Palma lo niega y afirma que le tendieron «una trampa»

El capataz acusado de abusar de seis jornaleras en La Palma lo niega y afirma que le tendieron «una trampa»

Cinco mujeres ratifican sus denuncias contra un compatriota marroquí, al que la Fiscalía atribuye agresiones y explotación en una finca

Lunes, 26 de septiembre 2022, 15:54

«Yo tengo mi mujer y jamás haría eso. Mi mujer es guapísima y si la comparas con las chicas, no tienen nada que ver». Este fue uno de los argumentos con que Mimoune Zouhir, capataz agrícola de origen marroquí, acompañó este lunes sus rotundas y repetidas negativas ante las preguntas de la fiscal que le acusa de distintas agresiones sexuales a seis trabajadoras en una finca de La Palma, en Cartagena. El acusado, que afronta una solicitud de 95 años de prisión, también rechazó ante la Audiencia Provincial haber explotado laboralmente a estas jornaleras, que según el Ministerio Público fueron víctimas, al menos desde 2019, de distintos atentados contra sus derechos por su situación de especial vulnerabilidad.

«Todas son mujeres extranjeras en situación irregular, analfabetas y que desconocen el idioma español», recordó la fiscal María del Pilar Romera en la primera sesión del juicio, en Cartagena. Y solo encontró en el procesado, quien cumple prisión provisional desde que la Guardia Civil lo detuvo hace casi dos años, una respuesta afirmativa sobre su relación con una de las presuntas víctimas.

Zouhir, asistido por una intérprete de árabe, admitió haber tenido sexo con una mujer, si bien lo relató como un acto consentido por ella. «Una vez me acosté con ella en Torre Pacheco, donde juegan al fútbol. Fue dos o tres semanas antes de cogerme la Policía», manifestó.

El capataz, de 61 años, explicó que es pastor pero que, tras sufrir un accidente y quedarse en paro, trabajó «cuatro o cinco años» en la finca por ser la de un amigo. Allí se ocupaba de cabras, conejos y gallinas, labor que complementaba con la de trasladar en vehículos a mujeres inmigrantes a fincas agrícolas. Ni en esos viajes ni en la finca realizó tocamientos, abusó sexualmente o violó a ninguna, repitió ante el tribunal, presidido por Jacinto Aresté. E instó a la fiscal a «llamar al médico» para salir de dudas respecto a si violó a alguna de ellas.

Habla de venganza laboral

«Solo llevé dos veces a las chicas a la finca para trabajar. Una vez, dos chicas llenaron un cuarto con trigo y otra vez llevé a una chica para quitar la hierba. Fue el día que me detuvo la Policía. Había quedado con dos pero una dijo que estaba mala y que le dolía la boca y otra insistió en ir conmigo a trabajar. Entonces, se vino y me hicieron la trampa para detenerme», afirmó el reo.

Zouhir culpó a una de las mujeres de ser «la causante de todo esto». «La despidió su jefe y se ha vengado con todo esto», señaló el procesado, quien destacó su condición de padre de siete hijos y no haber estado en la cárcel en sus 34 años en España previos a este asunto.

Agregó que solo empleó para tapar una puerta el colchón donde supuestamente cometió abusos. «Lo usaba como puerta, porque entraban las palomas y se comían los sacos de comida. Yo no me tumbaba en él», manifestó. Dijo conocer por qué la Policía halló restos biológicos suyos ahí.

Asimismo, contestó con un no a haber amenazado a las mujeres con dejarlas sin trabajo y con delatarlas ante la Guardia Civil para expulsarlas de España al carecer de papeles, si no se acostaban con él. Tampoco profirió frases obscenas ni les mostró los genitales, insistió. Según dijo, ni él se ocupaba de seleccionarlas ni, salvo una vez, se encargó de pagarles. Eran los empresarios quienes lo hacían, afirmó. Y citó a cinco dueños de terrenos adonde llevaba a trabajar a las mujeres, incluidos los domingos, y quienes pagaban a las trabajadoras de 20 a 25 euros y a él, 7 euros.

CC OO, en el juicio

Cinco de las seis mujeres declararon tras un biombo y a puerta cerrada, por petición de la fiscal. Esta adujo que hay «un entorno bastante hostil» de «familiares del acusado», quienes anunciaron que desvelarían «datos personales de las víctimas y cuestiones relativas a su libertad sexual». Según fuentes del caso, las mujeres (una no compareció) ratificaron sus denuncias. El abogado Manuel Martínez pidió la absolución de su defendido y señaló la falta de pruebas y las «contradicciones» de las obreras.

Comisiones Obreras apoyó a las mujeres para denunciar y ejerce la acusación popular. Una decena de miembros del sindicato se manifestó a las puertas del Palacio de Justicia para respaldar a estas trabajadoras del campo.

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