Cae una banda dedicada a la extorsión sexual con más de 250 víctimas en distintas comunidades, entre ellas, la Región de Murcia

La Guardia Civil desarticuló un grupo criminal especializado en 'sextorsión' y cuatro miembros de la banda fueron detenidos tras descubrir que publicaban anuncios de índole sexual en páginas web de contactos. Por el momento, se esclarecieron casos denunciados en localidades de Cantabria, la Región de Murcia, Cádiz, Jaén, Granada, Asturias y A Coruña, y se calcula que estafaron más de 18.000 euros.

La investigación, enmarcada dentro de la operación 'Acrodabae', puso al descubierto más de 250 víctimas con las que mantuvieron conversaciones amenazantes. Los ciberdelincuentes ponían los anuncios con imágenes de mujeres obtenidas de diferentes redes sociales para, posteriormente, enviar mensajes a las personas que hacían uso de esas páginas, chantajeándolas económicamente para no revelar su identidad.

Tres de los implicados, de 26, 27 y 36 años, fueron detenidos como presuntos autores de las ciberestafas, mientras que el cuarto, de 34 años, fue considerado el 'colaborador necesario' por ser el que facilitaba a los compañeros múltiples tarjetas de telefonía móvil a nombre de terceras personas.

Estos hechos delictivos, ahora esclarecidos, se remontan a 2023 cuando el Equipo de Investigación Tecnológica de la Guardia Civil de Cantabria comenzó una investigación por la denuncia de una persona que recibía graves amenazas tras haber accedido a una página de contactos. Además, la denunciante ya había pagado más de 5.000 euros a los ciberdelincuentes. En concreto, los arrestados chantajeaban a los usuarios pidiéndoles dinero para no revelar su identidad y los amenazaban con enviar a sicarios.

Los investigadores encontraron similitudes entre estas amenazas y otras que se habían registrado por diferentes puntos de la geografía nacional, con idénticos propósitos y motivos, que hacían sospechar que eran realizadas por las mismas personas.

«En estas amenazas, los delincuentes se hacían pasar por peligrosos proxenetas para amedrentar a las víctimas con mandarles sicarios y decirles que acudirían a sus domicilios varios de sus mejores hombres para zanjar el problema, acusándoles de haber molestado a las mujeres que trabajan para ellos, haciéndoles perder mucho dinero», según informaron fuentes de la Guardia Civil. Además, utilizaban palabras o expresiones para simular ser originarios de países de Europa del Este.

También les decían que conocían los posicionamientos de sus teléfonos, circunstancia que no era real, pero servía para aumentar la sensación de miedo en las víctimas. Además de dar instrucciones para el pago de importantes cantidades de dinero, les avisaban de las repercusiones que podrían sufrir por no pagar o por denunciar los hechos.

Tras realizar diferentes análisis tecnológicos, los efectivos del Edite determinaron que tanto quienes mandaban los mensajes amenazantes como los que se apoderaban del dinero se encontraban en Valencia. Asimismo, los investigadores averiguaron la vivienda desde donde se realizaban estas actividades, situada en la localidad de Picanya, y que adquirían las tarjetas telefónicas a nombre de terceras personas, muchas de ellas ficticias, en un locutorio próximo.

En fechas recientes se procedió a la explotación de la operación, donde además de detener a los supuestos autores de las estafas, se practicaron registros en la vivienda y locutorio. Entre otros efectos, se intervinieron diez dispositivos de telefonía móvil, en los que se encontraron una gran cantidad de imágenes de mujeres jóvenes, que habían sido conseguidas de diferentes redes sociales para utilizarse en los anuncios.

En uno de los terminales se pudo comprobar que, en el plazo de dos meses, se llegaron a utilizar hasta 106 tarjetas de teléfonos diferentes con titularidades falsas, situación que dificultaba las investigaciones, según indicó la Guardia Civil.

«Una de las cuentas bancarias utilizadas, a nombre de un tercero, contaba con más de 23.000 euros. De los casos hasta la fecha esclarecidos, se calcula en más de 18.000 euros el dinero estafado, si bien la mayoría de víctimas no habían denunciado», concluyó.

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