Cabezas sostiene que el plan de desalación de Ribera no llegará a tiempo ni resolverá el déficit

El ingeniero Francisco Cabezas, que participó en las recientes jornadas técnicas sobre agua organizadas por la Universidad Politécnica de Cartagena, señala a LA VERDAD que ambos planes «llevan caminos distintos». «El del Tajo no contempla efectos más que los propios y no los socioeconómico o ambientales del Segura. Son dos planes que han ido en paralelo y que no tienen elementos de comunicación. Se aprobaron con el mismo decreto, lo cual es una cosa que se entiende mal. Esa merma no está recogida en la planificación del Segura», recalca sobre los efectos de la subida de caudales ecológicos y el recorte del Trasvase.

Destaca que, en todo caso, sería necesaria mayor desalación, además de la ya prevista, porque el Plan del Segura «no contempla, porque lo ignoraba, una ampliación de la desalación para cubrir la merma de disponibilidades consecuencia del Plan del Tajo». Sobre la ampliación de Torrevieja hasta los 120 hectómetros cúbicos, que el Ministerio piensa licitar en breve, subraya que esta medida ya estaba prevista. «Dicho de otra manera, las ampliaciones necesarias para suplir el caudal ecológico del Tajo no están en el Plan del Segura, lo cual ya pusimos de manifiesto».

Cabezas, autor del Libro Blanco del Agua y del Plan Hidrológico Nacional que se aprobó en 2001 e incluyó el luego derogado trasvase del Ebro, advierte de que la desalación y, en concreto, las ampliaciones que propone el Ministerio como alternativa a la reducción del Trasvase «plantean varias dificultades», sobre todo en los plazos de ejecución. «Suponiendo que así fuese y que se pusiesen en marcha inmediatamente los mecanismos administrativos para posibilitar esa desalación, los plazos para su desarrollo son de muchos años. Las declaraciones de impacto ambiental, redacción de proyectos, análisis de alternativas e información pública llevan un proceso administrativo muy largo, que prácticamente aseguraba que no podrían estar disponibles estas medidas alternativas cuando los caudales ecológicos llegasen al máximo y se desplegasen plenamente. Había un decalaje en una merma de disponibilidad que ha desaparecido para siempre en contra del Trasvase. Parece que está siendo así. Esto también se dijo en su día porque era bastante obvio».

Recuerda que el Ministerio presentó la reducción del Trasvase argumentando que no causaba ningún perjuicio porque se iba a ver compensado con medidas adicionales. Además de la desalación, está prevista la modernización de los regadíos del Tajo, «donde hay un cierto margen de ahorro, una cantidad apreciable». Respecto a la desalación, no obstante, que es la medida principal, Cabezas recalca que a día de hoy aún no se han licitado las ampliaciones. El director general del Agua del Ministerio, Teodoro Estrela, señaló días atrás que prevén licitar las obras en breve para que estén operativas en tres años y no perder los fondos europeos. Añadió que están estudiando la reducción de concesiones en los regadíos del Alto Tajo, así como el cambio de las reglas de explotación.

Sobre esto último, Francisco Cabezas señala que no se sabe en estos momentos si supondrá un mayor recorte del Trasvase. «La necesidad de revisar las reglas es conocida desde la ley del Memorándum, que considera procedente su revisión a medida que las circunstancias van cambiando. Parece lógico y razonable una adaptación en cada nuevo ciclo de planificación. El plazo se cumple en febrero y habrá que hacerlo como es debido. Las demandas cambian con el paso del tiempo, los caudales ecológicos vigentes en estos momentos son otros, etc. Hay una serie de modificaciones que pueden afectar a las reglas y es razonable que se estudie», apostilla.

Para Cabezas, el hecho de que haya menos excedentes para trasvasar al Levante «no es una decisión de la regla, sino del Plan del Tajo, al incrementarse el caudal ecológico aguas abajo de los embalses de cabecera». «Hay menor agua, seguro, pero eso no tiene nada que ver con las reglas».