![El 'boom' de la estética dispara la cirugía de párpados en las clínicas oftalmológicas](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/05/12/190830590-k3NF-U22097108953eN-1200x840@La%20Verdad.jpg)
![El 'boom' de la estética dispara la cirugía de párpados en las clínicas oftalmológicas](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2024/05/12/190830590-k3NF-U22097108953eN-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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A sus 70 años, Ángela quería «recuperar» su mirada. «Mi madre terminó con los párpados muy caídos, y a mí me estaba empezando a pasar lo mismo», cuenta esta murciana de ojos oscuros mientras aguarda a ser atendida por la oftalmóloga María Dolores Romero en la clínica Novovisión. Hace un par de meses se sometió a una blefaroplastia, una intervención para extirpar el exceso de piel flácida en sus párpados, y ahora acude a revisión. Todo parece ir bien.
Ángela es solo un paciente más entre los muchos que acuden a las clínicas oftamológicas en busca de una operación que les «rejuvenezca la mirada». La demanda de blefaroplastias, y de otras intervenciones de carácter estético en la zona periocular, «se ha multiplicado por cuatro desde la pandemia», señala María Dolores Romero. Es un aumento exponencial que confirman otras especialistas en cirugía oculoplástica, la disciplina que desde la Oftalmología aborda este tipo de tratamientos. «Hay un 'boom', sobre todo en personas de más de 40 años», explica María Miranda, quien realiza estas cirugías en la clínica Ircovisión. «La mayoría son mujeres, pero cada vez vienen más hombres jóvenes, de entre 40 o 45 años», apunta Salomé Abenza, quien ha abierto su propio centro, la clínica Visión y Belleza, en Molina de Segura.
Blefaroplastia Es una intervención para la extirpación del exceso de piel y grasa en los párpados. En ocasiones, la flacidez de la piel alrededor de los ojos puede ocasionar una pérdida en el campo de visión. Pero la mayor parte de intervenciones tienen una finalidad estética.
Estas tres profesionales compaginan la actividad privada con su trabajo en la sanidad pública -en La Arrixaca y el Reina Sofía- donde operan tumores de los párpados o patología de la vía lagrimal. Pero es en el ámbito privado donde se está produciendo el gran aumento de la demanda, vinculado a la estética. «Con la edad, los tejidos se destensan, los músculos pierden su tensión normal y hay una piel redundante en los párpados superiores y bolsas en los inferiores. El rejuvenecimiento de la mirada es algo que ha ido adquiriendo cada vez más importancia en una sociedad en la que aumenta la longevidad», reflexiona María Dolores Romero. La pandemia supuso un punto de inflexión. «Durante mucho tiempo nos cubrimos con la mascarilla. Hasta ese momento se le había dado mucha importancia a la boca, a los dientes, pero de pronto lo único que se veía de nuestro rostro eran la frente y los ojos», recuerda Romero. A partir de ahí, y con una fuerte influencia de las redes sociales, muchos se lanzaron a solicitar cita en clínicas estéticas u oftalmológicas. Además de las blefaroplastias, arrasan las infiltraciones de toxina botulínica para eliminar patas de gallo o arrugas en el entrecejo. Mientras una blefaroplastia puede rondar los 2.000 euros, un tratamiento con toxina botulínica puede oscilar entre los 300 o 500 euros.
Romero defiende que la cirugía estética en el ámbito oftalmológico puede contribuir «al bienestar, a la salud visual y a mejorar la autoestima». «Personas que han pasado por distintas experiencias quieren mejorar la confianza en sí mismas. Puede parecer frívolo, pero a veces llevan historias en la mochila y a mí me parece que esto puede ser una ayuda personal. No solo es una mejora estética, sino en su calidad de vida», reflexiona.
Pero detrás del furor por este tipo de intervenciones hay también tendencias sobre las que los psicólogos y otros expertos vienen alertando, como el culto a una imagen corporal alejada de la realidad en Instagram y otras redes sociales. «Ahí entra en juego la deontología profesional. Los cirujanos oculoplásticos tenemos nuestro código para saber actuar ante pacientes problemáticos, o multidemandantes. Muchas veces, el paciente demanda cosas porque no conoce las indicaciones, o no sabe que hay otras alternativas», señala esta oftalmóloga.
2.000 euros es el precio aproximado de una blefaroplastia. La intervención es algo más cara en los párpados inferiores.
A María Miranda también le han llegado pacientes reclamando «unos ojos como los de las Kardashian». «Hay que tener empatía, hablar con el paciente y establecer expectativas realistas. Hay que buscar resultados naturales, y no fuera de lo común», asegura.
Todo este 'boom' ha convertido la estética en un negocio millonario, y ello lleva a una fuerte competición por el mercado. Los cirujanos oculoplásticos advierten de que son ellos los especialistas en el área periocular. «Los pacientes deben acudir a clínicas oftalmológicas acreditadas, donde haya medios suficientes. Hay que tener en cuenta que las blefaroplastias son intervenciones con anestesia local y sedación», detalla María Miranda. No es ajeno a este 'boom' la 'revalorización' de las plazas MIR de Oftalmología, que ha pasado a ser una de las especialidades donde antes se agota la oferta.
De todo lo relacionado con este ámbito se hablará en el XXXIII Congreso de la Sociedad Española de Cirugía Oculoplástica (SECOP), que se celebrará del 12 al 14 de junio en el Auditorio Regional.
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