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La joven creía que ese día iba a ser como cualquier otro: aburrido y anodino. Y, tal y como había transcurrido la jornada, nada hacía ... pensar lo contrario. Sin embargo, ese domingo, el pasado, le ocurrió algo que hizo que a día de hoy sienta que el miedo la atenaza cada vez que sale a la calle. La chica, española, de 20 años, acabó esa jornada corriendo por la calle para huir de un hombre que la había invitado a subir a una furgoneta, para después comenzar a perseguirla. «Soy una persona que suelo quedarme paralizada ante situaciones de peligro, pero ese día eché a correr». Y eso fue lo que la salvó de un aparente intento de secuestro.
Los hechos se produjeron el domingo pasado, a las 22.05 horas, minutos después de que la denunciante terminara su jornada laboral en el local de comidas en el que trabaja. La joven caminaba por la avenida de Las Palmeras, frente al jardín de Los Chorletes de El Palmar, en dirección al hospital de La Arrixaca. «La calle estaba desierta y muy oscura».
Cuando se disponía a cruzar un paso de peatones, observó cómo una furgoneta, «bastante antigua y de color azul oscuro», comenzó a seguirla. «Me dio la impresión de que me esperaban». Los ocupantes del vehículo eran dos hombres de origen magrebí, de entre 30 y 40 años, «y el que conducía me dijo que me fuera con ellos, que no me iba a pasar nada y que todo iba a salir bien. Yo seguí andando, sin hacer caso».
La chica relata que al pasar por un descampado de tierra, utilizado como aparcamiento, observó otra furgoneta estacionada en cuyo interior otro varón, «también de origen magrebí», la miró e hizo el gesto de quitarse el cinturón de seguridad «para salir del vehículo». Al mismo tiempo, el vehículo que iba siguiéndola se detuvo, y vio cómo se bajaba del mismo el copiloto. «Al ver que abría la puerta y descendía, comencé a correr, llorando y muy nerviosa».
Por fortuna, solo unos segundos antes, la joven había llamado a su novio para comentarle lo que estaba ocurriendo, por lo que este se precipitó a alertar a su tío, que vive cerca de la zona. «Me dijo que alguien la estaba siguiendo, y justo después escuché su llanto y los jadeos al correr», explica el joven, de 21 años. La pesadilla duró cinco minutos, «los más largos de mi vida», y acabó tras recorrer cien metros, «en los que mis piernas no daban más de sí», y el familiar que había salido a buscarla la encontró en la calle Obispo Francisco Lerma. «Tenía un ataque de ansiedad y le dije que venían por detrás de mí». En ese instante, la persona que la seguía retrocedió, se subió de nuevo al vehículo y se retiró al parking, junto a la otra furgoneta, donde ambas permanecieron varios minutos con las luces apagadas.
La chica paró a dos agentes que iban en un coche patrulla y les contó lo ocurrido. Mientras lo hacía, vio a lo lejos cómo los dos vehículos arrancaban y se marchaban del lugar.
Desde entonces, la joven vive atemorizada y no sale a la calle. «Tengo que estar con ella mientras trabaja, porque no quiere quedarse sola, y cuando ve una furgoneta siente miedo y se pone a llorar», indica su pareja.
La chica denunció el intento de rapto en la comisaría de El Carmen. Su caso es similar a los denunciados días atrás por otras dos adolescentes, una de la pedanía murciana de Javalí Nuevo y la otra de Alcantarilla, tal y como publicó LA VERDAD. El sospechoso de estos supuestos intentos de rapto fue detenido y quedó en libertad con cargos por un presunto delito de tentativa de secuestro, tras presuntamente pedir a las menores de edad que subieran a su coche.
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