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Los ayuntamientos de más de 20.000 habitantes deben contar con un protocolo sobre cómo actuar ante una situación de escasez de agua y regular las cantidades y los tipos de consumo. En realidad, se trata de planes para momentos puntuales y con medidas que ... buscan desde reducir el consumo hasta restringirlo. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) propone establecer cuatro fases de actuación: la de alerta ante una declaración de sequía; la de reducciones voluntarias de consumo mediante incentivos a la población y a las empresas; la de restricciones a determinados usos; y, en el estadio más grave, la de emergencia.
Jumilla cuenta con un plan de actuación frente la falta de abastecimiento de agua. En él se recoge que, en caso de que sea necesario activarlo, la primera media sería la de la concienciación ciudadana, mediante campañas de información. De esta forma, aseguran los expertos, está demostrado que disminuye el consumo. Además, se reduciría el riego en zonas ajardinadas y se prohibirían los baldeos. Igualmente, se realizaría un control del uso de agua estacional, como el llenado de piscinas y las actividades acuáticas. La última opción sería siempre la de activar las restricciones a la población, ya que también está demostrado que, cuando esto se pone en marcha, se suele producir un efecto contrario porque se generaliza el acopio y almacenamiento de agua en depósitos, por lo que aumenta el consumo y es perjudicial. Por eso, la primera opción y lo que se fomentaría sería siempre la información y concienciación ciudadana, según confirma Juana Guardiola, alcaldesa de Jumilla, y Manuel Rayo, gerente de la empresa mixta Aguas de Jumilla.
Alhama de Murcia también presentó su Plan de Emergencia ante la Confederación Hidrográfica del Segura en 2020 y, en la actualidad, el Ministerio está revisándolo, aunque debe adaptarse al nuevo protocolo de sequía de las diferentes cuencas hidrográficas.Águilas forma parte también de los municipios que elaboraron su plan de emergencia y del que algunas actuaciones ya están en marcha, como usar agua depurada para regar los jardines y el agua salada en la limpieza de las calles y en los campos de fútbol. «Se trata de medidas livianas que servirían solo para atender unas necesidades puntuales, durante dos o tres meses», explica un responsable municipal del servicio de Aguas de esta localidad, que revela que están analizando la posibilidad de potabilizar el agua salada procedente de las desalinizadoras. «Se deben plantear soluciones más serias ante la perspectiva de una sequía extrema», asevera.
Torre Pacheco también cuenta con un plan general de actuación, aunque confía en que en toda la demarcación de la Mancomunidad del Canales del Taibilla no se produzca un desabastecimiento gracias a la producción de las desaladoras.
Igualmente, Alcantarilla envió su plan, que describe las infraestructuras hidráulicas y evalúa los recursos disponibles en un escenario de sequía.
Por su parte, San Pedro del Pinatar no tiene un plan específico, aunque en periodo de sequía toman medidas como bajar la presión del agua o publicar un bando que prohíbe lavar los coches en la calle y limpiar con manguera los jardines o terrazas, además de recortar el riego en parques y zonas públicas.
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