El atasco en la Audiencia obliga ya a señalar los juicios para el año 2023

El presidente de la Audiencia, Miguel Ángel Larrosa, reconoce la gravedad de la situación –que no afecta, sin embargo, a las causas urgentes– y la achaca, en parte, a los problemas estructurales que arrastra la Justicia de la Región desde hace muchos años. La falta de medios personales –que sitúan a la Comunidad lejos de la media respecto a la ratio de jueces por población– es uno de los hándicaps que lastran esta administración.

La Audiencia, en otros tiempos, contó con más magistrados de refuerzo que le permitieron desdoblar secciones celebrando un número mayor de vistas. Actualmente, sin embargo, la falta de recursos ha complicado bastante esta posibilidad, empeorando enormemente la situación. Tal y como explicaron fuentes judiciales, a día de hoy hay en Murcia dos jueces de adscripción territorial (JAT) que trabajan dentro de la Audiencia y el TSJ ha reclamado reiteradamente la creación de una nueva plaza de magistrado en la Sección Quinta, en Cartagena, donde no están desdobladas las secciones.

Otro de los obstáculos con los que tropieza la Audiencia es el elevado número de causas complejas que están llegando a sus despachos y que, por sí solas, copan gran cantidad de tiempo. Es el caso, por ejemplo, del juicio contra la banda de narcotraficantes presuntamente liderada por Pedro S. G., 'El Karateca', que deberá comenzar en la Sección Segunda a partir del 3 de noviembre y que ocupará, en principio, 35 sesiones.

Según explica el presidente de la Audiencia, ahora mismo tienen en la agenda varios juicios que se prolongarán más de cinco días y otros tantos que lo harán, incluso, más de una quincena. Las salas tienen, además, la obligación de dejar huecos para las causas urgentes o con presos que tienen prioridad y no sufren estos retrasos. Según explican fuentes judiciales, además la Audiencia realiza un gran esfuerzo para reseñalar procedimientos cuando, por cualquier imprevisto, queda libre un hueco dentro de la agenda.

A todos estos obstáculos, asegura Larrosa, se suma el fuerte impacto que la crisis sanitaria de la Covid-19 ha tenido en la Administración. Los juzgados se están encontrando actualmente con problemas para celebrar varios procedimientos debido al contagio por coronavirus de alguno de sus actores. Además, se han visto obligados a reseñalar todos aquellos procedimientos que estaban previstos para los meses que duró el estado de alarma, en los cuales la actividad judicial prácticamente se paralizó.

A finales del segundo trimestre del año, el más afectado por la situación sanitaria, las secciones civiles de la Audiencia acumulaban 2.525 asuntos pendientes de trámite y en las salas penales el atasco englobaba ya 1.135 –a los que habría que sumar los 328 de la sección mixta–, según los datos que recaba el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

No en vano, la Audiencia murciana es la segunda con mayor tasa de congestión –en las secciones penales– del país. Solo se ve superada por los tribunales manchegos. En el caso de las secciones civiles, la Región de Murcia se encuentra en quinto lugar, según la estadística del Poder Judicial.

El atasco, además, no ofrece visos de que pueda tener una rápida solución. El número de causas que llegaron a las dos salas penales en 2019 superó las 3.200, mientras que la cifra de asuntos resueltos al cabo del año fue de 2.863. Con este panorama, de no acometerse un refuerzo muy importante en los medios personales con que cuenta este órgano judicial, el volumen de causas pendientes de resolución no dejará de aumentar y las fechas continuarán yéndose muy lejos en el calendario.