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Hace ahora una década, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) estuvo a punto de cancelar el programa de trasplante cardíaco de La Arrixaca. Estas intervenciones ... se habían puesto en marcha en la Región de Murcia en 1999, de la mano de Ramón Arcas, pero en 2013 el hospital pasaba por un bache, con un número de trasplantes de corazón tan escaso (solo uno en 2012), que la continuidad del proyecto parecía inviable. La llegada de Sergio Cánovas a la jefatura de Cirugía Cardiovascular, y el impulso de los cardiólogos Domingo Pascual -actualmente jefe del servicio- e Iris Garrido, permitió darle la vuelta a esta situación.
El panorama, hoy, es completamente distinto. 2023 se cerrará con el mayor número de trasplantes cardíacos en La Arrixaca desde el inicio del programa. Hasta la fecha se han realizado 17, uno más que el año pasado. Una de las principales claves tras este éxito es la donación en asistolia (cuando el paciente fallece por parada cardiorrespiratoria en la UCI una vez retirado el soporte vital, de forma que el corazón y otros órganos son extraídos y aprovechados para trasplante).
La Arrixaca se ha convertido en el hospital español que más trasplantes cardíacos realiza a partir de estas donaciones en asistolia. De las 17 intervenciones registradas en lo que va de año, 13 se han llevado a cabo por esta vía, frente a solo 4 donaciones tras muerte cerebral, que era hasta hace apenas unos años la única forma de obtener órganos para el trasplante.
Fue en 2020 cuando La Arrixaca comenzó a realizar trasplantes de corazón con órganos donados en asistolia. Desde entonces se han llevado a cabo 24 intervenciones.
De cada cuatro trasplantes realizados en España con corazones procedentes de la donación en asistolia, uno se lleva a cabo en la Región de Murcia. Así que la ONT ha pasado de plantearse la continuidad del trasplante cardíaco en la Región a felicitar públicamente a La Arrixaca por estos resultados.
La Arrixaca realizó, en 2021, el primer trasplante con un corazón procedente de una donación en asistolia registrada en otro hospital de la Región. En concreto, en el Morales Meseguer. Este paso fue posible gracias a los equipos móviles para la oxigenación de la sangre por membrana extracorpórea (ECMO), que permiten mantener el órgano en buenas condiciones para su extracción. También en 2021, La Arrixaca fue el primer hospital español en recurrir a otra comunidad para obtener un corazón de un donante en asistolia. Los profesionales murcianos viajaron a Valencia, trajeron el corazón y lo implantaron a un paciente murciano. Desde entonces, estos operativos se han convertido en habituales. Dos de los 17 trasplantes cardíacos realizados en lo que va de año han sido posibles gracias a donantes en asistolia del País Vasco. Los profesionales de La Arrixaca actúan con la precisión de un reloj en traslados de este tipo: el corazón debe implantarse en el paciente receptor en un plazo no superior a las cuatro horas desde el fallecimiento del donante.
«El programa de trasplante cardíaco está en su mejor momento, y va a poder mejorar todavía más», resume su coordinadora, la cardióloga Iris Garrido. Además de la donación en asistolia, el otro aspecto clave es la «confianza» en el programa y la coordinación entre los profesionales. «Todos los hospitales de la Región saben que tenemos las puertas abiertas para valorar a cualquier paciente con una insuficiencia cardíaca avanzada, viva donde viva. Eso, antes, no era tan fácil. Ahora saben que somos una unidad de referencia. Los resultados han mejorado mucho y con ello la confianza en el programa, y eso es fundamental. Hay un aumento de los donantes, pero también de los pacientes receptores», explica Garrido. La supervivencia hospitalaria de los pacientes trasplantados este año es del 100%, lo que representa un resultado «extraordinario», subraya Mario Royo-Villanova, coordinador de trasplantes de La Arrixaca. «Ahora tenemos una mortalidad menor a la media nacional, tanto al mes como al año o a los cinco años. Comparativamente, tenemos los mismos resultados que centros con gran tradición en estas intervenciones, como La Fe o Puerta de Hierro», añade la cardióloga Iris Garrido.
Todo esto ha hecho entrar al programa en un círculo virtuoso: entran más pacientes y el balance es cada vez mejor. Además de toda la Región de Murcia, La Arrixaca cubre también a la provincia de Albacete.
Eso sí, el éxito conlleva un aumento de la presión asistencial. El número de pacientes en seguimiento tras el trasplante cardíaco se ha incrementado un 40%. Por eso, el servicio de Cardiología está en «proceso para incorporar profesionales» con los que garantizar «la calidad en la atención» a estos pacientes.
Nada de todo esto sería posible sin un equipo «bien engranado», con una coordinación perfectamente engrasada entre muchos servicios, desde Cardiología a Cirugía Cardiovascular, pasando por Anestesia y la UCI, todos ellos bajo el paraguas de la coordinación de trasplantes del hospital.
El primer paso es no perder potenciales donantes, y aquí La Arrixaca es especialmente pionera, al convertirse en el primer hospital de España en la donación de pacientes fallecidos por un glioblastoma de alto grado, un tumor del sistema nervioso central muy agresivo, pero que suele estar muy localizado y presenta bajas tasas de metástasis. «De los 13 donantes en asistolia de este año, tres fallecieron por este tumor», explica Mario Royo-Villanova. Si Murcia ha abierto esta nueva línea de donación es gracias a la iniciativa de Juan Antonio Encarnación, oncólogo radioterápico de La Arrixaca cuyo padre falleció de glioblastoma. Pudo donar después de que su hijo desarrollase una tesis doctoral para demostrar que no había riesgos para el paciente trasplantado.
La nieta de José Bautista, Carmen, nació el 20 de octubre. Pero este aparejador de 64 años se encontraba durante aquellos días pendiendo de un hilo de vida. La miocardiopatía dilatada que le diagnosticaron en 1994 había ido desgastando su corazón, hasta el punto de necesitar ingresos continuos en la Unidad de Cuidados Intermedios de La Arrixaca. «Desde el pasado mes de julio, la mitad del tiempo lo he pasado en el hospital», resume. La única opción era el trasplante. El 2 de noviembre, a mediodía, recibió la llamada que le anunciaba que había un corazón disponible para él. Durante esa noche se realizó la intervención.
Todo ha cambiado desde entonces. «Gracias al trasplante he podido conocer a mi nieta. He vuelto a nacer, justo en Navidad», confiesa. Tras la intervención, José pasó seis días en la UCI, y otra semana en planta, aislado. Después, volvió a casa. Aún está recuperándose, y va a todas partes con su mascarilla FPP2 para protegerse. Pero su vida ya es otra. «Salgo a andar por la mañana y por la tarde, por zonas despejadas y con mascarilla. Ya me hago mis 10.000 pasos diarios», explica orgulloso.
La Navidad podrá pasarla en familia, con su nuevo corazón. Recuperará una vida que fue «razonablemente normal» durante muchos años pese a la miocardiopatía. «En 1994 fui a hacerme un chequeo porque quería hacerme un seguro de vida. Me diagnosticaron la enfermedad y me quedé sin seguro», cuenta con humor.
Se emociona, después, cuando recuerda a su hermana. «Falleció en junio y donó sus órganos. Supongo que pensó en mí». El programa de trasplantes de La Arrixaca esconde muchas historias de solidaridad extraordinarias como esta. José Bautista es testigo de este espíritu, y del empuje de unos profesionales entregados con este proyecto: «Esto es un orgullo para nuestra región. Aquí hay mucha gente pendiente de ti. Te cuidan, te miman, es un equipo muy comprometido, muy bien coordinado. La vida no tiene precio, y aquí se da vida».
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