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La doctora Araceli López-Guillén lleva años preocupada por la reincorporación al trabajo de las mujeres que consiguen superar un cáncer de mama. Desde la ... Cátedra de Medicina Evaluadora y Pericial de la UCAM ha elaborado un manual que busca favorecer el retorno al trabajo. En su opinión, es importante establecer actuaciones preventivas para que la vuelta al trabajo incluya las adaptaciones necesarias. Según explica a LA VERDAD, el cáncer de mama es el más frecuente en la mujer española. Además, asegura que este año se diagnosticarán 35.000 nuevos casos, 13.000 en mujeres trabajadoras. La edad de máxima incidencia de presentación del cáncer de mama está entre los 45 y los 65 años, es decir, en edad laboral. La edad media de las pacientes en baja laboral por este cáncer es de 49 años.
–¿Qué debe tener en cuenta una empresa cuando se incorpora o se reincorpora al trabajo una empleada recuperada de un cáncer de mama?
–La vuelta al trabajo significa un punto de inflexión para el paciente oncológico. Es el momento en el que se pone en evidencia su nueva situación de salud adquirida. La paciente retorna al trabajo con una aptitud sobrevenida, es decir, con un mayor riesgo para el trabajo y por el trabajo que desempeña. El mayor obstáculo referido por las pacientes es la duración del tiempo de baja, más cuando no coinciden el alta médica laboral con el alta sanitaria, la continuidad en seguimiento médico.
–¿Se hace más difícil cuando la baja temporal es larga?
–En procesos donde han sido necesarios mayores tiempos de incapacidad temporal, el retorno al puesto de trabajo se hace más difícil. Normalmente, esto se asocia al alargamiento de los tratamientos que la paciente ha precisado, a las complicaciones que hayan podido aparecer o bien a estadios más evolucionados del cáncer en el momento del diagnóstico. Cuando se asocia patología psiquiátrica, como trastorno adaptativo, también se alargan los tiempos de recuperación y se complica el retorno efectivo al trabajo. Los efectos secundarios no deseados de los tratamientos también influyen negativamente en la incorporación laboral.
–¿Qué debe hacerse para facilitar esa vuelta al trabajo?
–Nuestra propuesta es una incorporación progresiva al puesto de trabajo. Esto sería un factor facilitador de la recuperación completa de la capacidad laboral del paciente que ha superado el proceso oncológico. Supondría también una restitución progresiva de la confianza y la seguridad del propio paciente. La calificación de estas pacientes como «especialmente sensibles» sería otra forma de garantizar unas coberturas adicionales en Vigilancia de la Salud.
–¿Debe una trabajadora que ha superado un cáncer de mama advertir a la empresa durante una entrevista de trabajo después de superar la enfermedad?
–El empresario será únicamente informado de la calificación de la aptitud de la trabajadora para el desempeño del puesto de trabajo y, en su caso, si está limitado para alguna tarea o si deben introducirse modificaciones en el mismo, en términos de adaptaciones razonables de las condiciones de trabajo. Las trabajadoras no tienen que comunicar ningún dato concreto de salud. Desafortunadamente, determinados estigmas del cáncer se hacen evidentes en las entrevistas de trabajo a pesar de que no se hable concretamente de salud.
–La palabra cáncer ahuyenta pólizas de seguro, puestos de trabajo, hipotecas... ¿Por qué no aprendemos a convivir con una enfermedad que es más común de lo que nos gustaría?
–Nos encontramos en una sociedad cada vez más sensible a la necesidad de eliminar cualquier tipo de discriminación. La estrategia de Seguridad y Salud en el Trabajo 2023-2027 establece que debemos contribuir a la integración de todos los colectivos y promover lugares de trabajo seguros que garanticen la salud de las personas trabajadoras.
–¿Cómo se facilita la reincorporación al trabajo después de superar un cáncer de mama?
–La realidad es que ya estamos conviviendo con la integración del paciente oncológico en el entorno laboral. La desescalada terapéutica, hacer más con menos agresividad terapéutica, facilita también esta reintegración laboral.
–Como sociedad somos conscientes de que el cáncer de mama, cuando se coge a tiempo, tiene un alto porcentaje de supervivencia. ¿Lo ha asimilado nuestro tejido empresarial?
–La incidencia de cáncer de mama es cada vez mayor y la supervivencia se acerca al 98% en estadios tempranos. La sociedad es cada vez más sensible a esta situación y tanto las políticas nacionales como las internacionales caminan en el sentido de la integración completa del paciente oncológico concluidos los tratamientos. Murcia es una región especialmente comprometida con los proyectos que caminan en esta línea y nuestra Cátedra Internacional de Medicina Evaluadora Pericial y Laboral en la UCAM ha sido la primera en editar un manual específico para la valoración concreta del paciente tras el cáncer de mama. La adecuada valoración de estos pacientes y la situación de salud en la que quedan tras los tratamientos son un factor fundamental para garantizar una reincorporación laboral segura y estable.
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